E N T R E C A N T O S D E S I R E N A S ★

La caída de una mentira...

[7]

Guillermo podía oler el aroma de Antonella desde la parte de abajo, Lionel creía que estaba dormido y al parecer penso que sería buena idea hablar con su amiga.

Guillermo gruñía bajo y arrugaba la nariz ante el olor que desprendía la mujer que se mezclaba con el olor que el propio Lionel desprendía, Guillermo solo sabía describir ese olor en una palabra: Asqueroso, no podía creer que un olor tan delicioso y adictivo como el de Lionel se mezclara con el de una simple bruja.

Podía escuchar los suaves susurros que ambos daban pero la conversación que tenían llamo su atención y olvidó por un momento su molestia para centrarse en lo que decían...

— Para, para un poco Anto, ¿Porque estás tan interesada ahora en ese tema? - la voz de Lionel se escuchaba relajada aunque por dentro se muriera de nervios.

— ¿Te darás por vencido? - murmuró Antonella en un susurro apenas audible para Guillermo, ignorando la pregunta que le había echó el capitán de l a scaloneta.

¿A qué se refería aquella bruja? Guillermo agudizó un poco su oído para poder escuchar mejor la conversación pues sin duda aquel problema que tuvieran estaba relacionado con el.

— Kun tiene razón no puedo matar a Guillermo para demostrar mi inocencia, el no tiene nada que ver en esto, nisiquiera vos, nadie... Es mi batalla no la de vos...-

Guillermo se quedó en silencio, sus ojos se abrieron en sorpresa y su cuerpo comenzó a temblar, por instinto se llevó sus manos a su boca mientras sus ojos temblaban de incredulidad y miedo, Lionel planeaba matarlo, entonces ¿Porqué no lo hacía? Sentía unas inmensas ganas de golpear a Lionel ahora mismo...

—ademas... Guillermo no es cualquier tritón, es EL tritón que quiero a mi lado, me vale una chota si vos o el mundo entero no entienden, Guillermo es muy importante para mí...-

Las ideas y pensamientos de Guillermo eran un caos un sonrojo cubrió sus mejillas, tenía un fuerte deseo de golpear pero abrazar a Lionel, tantos sentimientos juntos que no podía describir en palabras.

— ¿Y que planeas decirle?¿Que le dirás cuando no tengas el control de esto?

— Cállate un rato Anto, lo eh pensado, lo mejor es dejar ir a Guillermo... Aunque eso signifique que no lo vuelva a ver, su vida es más importante que la mía o la tuya, Guille es más importante que todo el mundo para mí.

—Y estoy dispuesto a morirme con tal de protegerlo a el y a su tribu...

¿Así suena el amor? Guillermo creía que si, pero aún así tenía una fuertes ganas de golpear a Lionel y hacerlo sufrir, su mente y sus corazón estaban en un debate horrible que le revolvía las entrañas de tantos pensamientos que tuvo de golpe, ¿Que se hacía en estos casos?.

—pero Bue, si solo veniste a hablar de esto ya podés irte no quiero escuchar nada más del tema

—Lio...

—no Anto ya lo eh decidido, Guille no va a morir hoy ni mañana mientras yo siga vivo...

El corazones de Guillermo latía fuertemente y sus mejillas se pusieron más rojas, estaba emocionado y enojado, cone rapidez se escondió en el agua y comenzó a festejar su triunfo.

Se sentía muy nervioso pero también muy contento.

•••

Guillermo seguía pensando en lo que escucho, la mejor opción era callar no decir nada de lo que había escuchado pues talvez Messi se preocuparía por lo que escucho sin su permiso.

El tritón miraba fijamente el agua mientras sus escamas brillaban con la luz de la luna que se filtraba por la pequeña ventana del baño dejando que sus pensamientos vuelen y las posibilidades y posibles escenarios de lo que ocurriría más adelante llegarán a el.

Mientras tanto Lionel se encontraba escribiendo una carta, la miraba con indeciso mientras golpeaba la punta de su pluma contra la mesa con un ritmo ansioso.

Frunció sus labios y nego frustrado para llevar su pluma al tarro de tinta y poder sumergirla para seguir escribiendo, pero antes de que siquiera la pluma llegar al tarro Lionel se quedó quitó.

—¿Es buena idea?— pensó Lionel mientras veía fijamente el tarro de tinta y luego la carta frente a el.

Frustrado dejo la pluma y tomo la carta para arrugar la y luego romperla tirando los pedacitos al piso, algo molesto se puso de pie y camino hacia el baño sobresaltado a Guillermo por el estridente ruido que hizo cuando abrió la puerta.

Guillermo solo lo vio en silencio y Lionel se acercó hasta la bañera y lo abrazo, sin decir nada simplemente abrazo a Guillermo envolviendo se así mismo entre los brazos del tritón quien sin duda estaba muy sorprendió y nervioso.

—Callate y abrazame— demando Lionel algo agresivo

Guillermo parpadeo confundido y luego le retribuyo el abrazo a Lionel viendo cómo este se tranquilizaba ante el suave toque de Guillermo quien comenzó a acariciar el cabello de Lionel.

La posición no era la más cómoda pero al menos les daba algo de calma a ambos por tener a sus cuerpos en contacto.

Sus mentes que antes eran un caos se relajaban ante la presencia del otro al punto que lo único que estaba en la mente de cada uno era el contrario, solo ellos dos en ese pequeño momento que no era romántico más bien reconfortante.

Guillermo no tuvo valor de decir nada de lo que escucho y Lionel no tuvo valor de decirle la verdad y ambos sentía ese sentimiento de culpa y remordimiento, pero aún así se aferraba al otro como si sus vidas dependieran de eso.

— Sea la intención que tengas conmigo Lionel... Siempre te voy a seguir...— pensó Guillermo de forma calmada mientras seguía acariciando el cabello del pirata.

Y en aquella fría y desolada noche, Guillermo descubrió la verdad, talvez no debía confiar en los humanos esa era la primera regla de toda especie pero sin duda... Con Lionel era distinto y Guillermo estaba dispuesto a tomar la mano de Lionel a ciegas y seguirlo...

A dónde fuera Lionel, Guillermo estaría ahí...
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De todos modos ya sabía la verdad...
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Lionel no lo iba a matar...
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¿Entonces?
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¿A quien debía temer?
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