E N T R E C A N T O S D E S I R E N A S ★

está condenado a repetirla.

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Cuando Julián tenía 10 años sufrió una de las peores epocas de su vida, su aldea luchaba por sobrevivir de un grupo de Piratas, irónico ¿No?

Día y noche Julián se la pasaba escondiéndose de los piratas que aterrorizaban su aldea, deseaba ser mayor y acabar con ellos y el repudio por los piratas creció y creció.

— Juli... - el murmuró de su madre hizo que el pequeño saliera de su escondite y fuera a refugiarse con ella.

La mujer soltó un jadeo de tristeza y luego comenzó a llorar de felicidad, su mayor temor era que al regresar su pequeño ya no estuviera, el tráfico de infantes era muy común ahora que los piratas los tenían sometidos.

Se agachó frente al niño y reviso todo su cuerpo, había pequeños rasguños pero era todo, abrazo al pequeño y luego caminaron en silencio hasta la pequeña mesa de madera vieja.

La situación en la que estaban no era tan buena, la madre de Julián quedó embarazada a los 18 de el, sus padres le dieron la espalda todo ese tiempo, ella anhelaba tener a Julián y lo hizo comenzó a trabajar y tenían una buena casa con todo lo necesario.

Que se le fue despojada por un grupo de piratas que se adueñaron de muchas casas, cosas y mujeres del lugar.

— ¿Que vamos a comer? - apenas y era un susurro audible lo que broto de la boca del menor.

— Arroz, huevos duros y te traje un alfajor - dijo con una sonrisa

— mami, pero aquí solo hay para uno -  la mujer asíntio y le acercó el plato al niño.

— anda come, yo ya comí -  Julián la miro con duda pero aún así comio el contenido del plato de Unicel.

La mujer lloro en silencio impotente mientras lo veía comer era tan pequeño que no merecía eso, luego de esa cena tan triste la mujer y el niño se acostaron a dormir en silencio abrazado el uno al otro protegiéndose mutuamente del frío, la mujer acariciaba el cabello de Julián mientras cantaba en susurros una canción de cuna.

Los cantos pararon cuando la mujer escucho gritos y golpes en la casa de alado, asustada abrazo más a su hijo y pidió silencio.

— Tengo miedo...

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La puerta cayó asustando a la mujer que se puso de pie rápido y oculto a su pequeño hijo entre un montón de basura y ropa vieja.

— Te amo Juli - dijo mientras desbordaban lágrimas por sus mejillas, dejo un beso en la cabeza de su hijo y termino por ocultarlo.

En el cuarto entraron tres hombre, la mujer aterrada retrocedió, chocando contra la pared, no había escape alguno.

— Déjame, déjame será rápido - dijo el pirata más pequeño de forma energética.

— Vete de acá pelotudo - el hombre apunto con su arma a la mujer que trago grueso - lo siento bonita pero no aportas nada a nuestra sociedad.

Uno, dos balazos impactaron contra el cuerpo de la mujer su cuerpo se deslizo manchando la pared de sangre.

Los ojos de Julián temblaron y lágrimas cayeron por sus mejillas cubrió su boca con su mano, se quedó quieto sin respirar, cohibido por lo que acababa de pasar.