Capítulo 3 - Los nuevos vecinos.

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Llego a casa y puedo jurar que nunca he estado más feliz de estar aquí. El miedo que sentí en México fue tan drástico que no pienso salir de Estados Unidos nunca más. Y menos si se trata de buscar al tal Derek Hale.

Abro la puerta de casa, suspiro y entro dejando la mochila al lado de la puerta.

Miro por encima y veo que no hay nadie en casa. Tomo de nuevo la mochila y subo las escaleras para tumbarme en mi cama y no salir de ella durante semanas.

Stiles me preguntó si quería ir a la clínica veterinaria a no sé qué de Derek Hale, pero le dije que ya había vivido suficientes aventuras por este fin de semana gracias a Derek.

La verdad es que nunca conocí a Derek, pues cuando comencé a tratar con los chicos, Derek ya no estaba. Y pasar todo esto por alguien que no conozco...

No es por sonar egoísta, pero ya he sufrido bastante por estos días.

Lo único que quiero es encontrar pronto a Isaac.

Me tumbo en la cama y pienso en mi primo. Sé que los chicos no quieren decírmelo, pero ni ellos saben si él está vivo.

Lo echo de menos. Echo de menos que cada tarde venga a preguntar si estoy bien o si tengo algún novio escondido debajo de la cama. Que se asome a esta y me regañe por no tenerlo.

'April, deberías salir, relajarte y disfrutar.' 'April, puedo presentarte a algunos chicos del equipo de lacrosse, pero no a mis amigos. Ellos son muy idiotas para ti.'

Y sí, Isaac, quizás tuve que escucharte en más de una ocasión.

Me levanto de la cama y me acerco a la ventana. La ventana de Isaac da justo en frente de la mía.

Hace unas semanas esa habitación tenía luz, pero ahora está apagada.

—Te echo de menos...—Susurro.

Echo las cortinas y me vuelvo a tumbar en la cama. Escucho entonces la puerta principal abrirse e imagino que serán mis padres. ¿Quién sino?

Al momento, ambos suben y entran en mi habitación.

— ¡Ya llegaste! —Exclama emocionada mamá.

Camina hacia la cama y me abraza como si llevase un año sin verme.

Aplasta mi cabello y me llena la cabeza de besos.

—Mamá. —Me quejo, pero ella sigue. — ¡Mamá!

Ella se separa y sonríe.

Papá se acerca y me besa también en la frente, pero menos veces. Ambos sonríen y me preguntan por el campamento. Bueno, ya saben, el supuesto campamento al que hemos ido.

—Bien. —Miento.

—Oh, entonces podemos apuntarte el año que viene si quieres.

—Casi que no. —Sonrío.

Ellos me miran extrañados pero luego ríen, creen que estoy de broma. Yo sonrío para salir del paso.

Después de la cena, subo de nuevo a la habitación y me tumbo para dormir. Estoy realmente cansada y encima mañana tenemos que empezar las clases. No puedo estar más agotada, física y mentalmente.

A la mañana siguiente, despierto con otro color en el cuerpo. Me levanto de la cama y me acerco al armario a coger la ropa. Nunca me he preocupado por la ropa que utilizo para ir a clases, aunque eso no quiera decir que sea descuidada. Solo que, no soy como Lydia. Utilizo faldas y tacones, pero no para clases. Supongo que es normal.

Tomo unos vaqueros de pitillo y una bonita camisa. Me termino de vestir y me recojo el largo cabello con una gomilla para hacerme una cola de caballo. Uso maquillaje, pero natural.

CONTROL. || Liam Dunbar (Teen Wolf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora