3 Noche en vela

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Ya era de noche, y Snape y Astrid todavía no habían regresado.

Celine caminaba de un lado a otro del salón, sin poder ocultar su nerviosismo, a pesar de que se repetía una y otra vez que sus padres estaban bien, y que regresarían vivos. Harry y Draco estaban con ella porque no sabían qué más hacer, pero no hablaban demasiado. Draco miraba a la chica de mal humor.

–¿Quieres estarte quieta de una vez? –preguntó de malas maneras, cuando ella volvió a pasar por delante de él–. Así no solucionarás nada.

–Para ti es muy fácil decirlo, no son tus padres –respondió Celine.

–Qué poca confianza tienes en ellos –comentó el Draco, arrastrando las palabras. Celine le fulminó con la mirada.

–Déjala en paz –intervino Harry, cansado de su comportamiento.

–¿Qué pasa, Potter? –preguntó Draco con sorna–. Ah, claro, se me olvidaba que sientes debilidad por los sangre-sucias.

Harry se puso en pie como un resorte, empuñando su varita, y Draco hizo lo mismo, pero Celine se adelantó, y antes de que ninguno de los dos pudiese hacer nada, cogió a Draco de la ropa, y con una fuerza increíble le empujó y le pegó contra la pared, con un ruido sordo.

–Escúchame bien, porque no voy a repetirlo –acercó su cara a la de él, enfadada, y siseó con rabia–. Vuelve a insultarme a mí o a mi familia, y te juro que haré de tu vida un infierno ¿me entiendes? –amenazó, mirando a Draco a los ojos. Estaba muy cerca de él, y sus ojos verdes resultaban amenazadores en todos los sentidos. Draco estaba mudo de asombro, nadie le había tratado nunca así–. ¿Vas a contestarme? –insistió Celine, recalcando sus palabras con una mayor cercanía.

–Te he entendido –masculló él, bajando la mirada.

–Pues no lo olvides –Celine le soltó con brusquedad y se apartó de él.

Se taladraron mutuamente con la mirada, ella para recalcar su superioridad y él para intentar recuperar su orgullo perdido, y Harry no dijo nada, sino que se limitó a observarles, deseando poder quedarse a solas para escribirles a Ron y a Hermione lo que había pasado.

El timbre de la puerta les sobresaltó, pero Celine reaccionó rápidamente y corrió a abrir, no sin antes cerrar la puerta que conectaba el salón con el pasillo de la entrada. Los chicos la oyeron exclamar, y después se oyó claramente la voz de un hombre joven, hablando animadamente.

La puerta del salón volvió a abrirse, dejando pasar a Celine, quien venía abrazada por su hermano Iván. Harry se sobresaltó al ver a aquella versión joven de Snape, y por un momento, sintió cómo su cuerpo se tensaba, preparándose para lo peor.

Sin embargo, su inquietud se transformó en desconcierto al ver que el mago iba vestido como un cantante de rock, con ropa de cuero cubierta de tachuelas y runas, además de unas pesadas botas negras; de hecho, le recordó a Bill, el hermano de Ron.

Iván fijó sus ojos oscuros sobre él, y Harry tuvo que contener el impulso de empuñar su varita. Se forzó en mantener la calma, recordándose a sí mismo que ese hombre no era el odiado profesor de pociones. Y efectivamente, Iván esbozó una sonrisa cálida y afable, mientras extendía su mano.

–Tú debes ser Harry Potter. Tenía muchas ganas de conocerte –saludó con entusiasmo. Harry respondió a su cálido apretón de manos, y notó que había algo de Astrid en la amplia sonrisa de Iván.

Su tensión se relajó, mientras observaba cómo Iván saludaba también a Draco. Celine, quien en todo ese tiempo no se había despegado de él, se apresuró a llamar su atención.

La familia Snape (Severus x OC)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon