capítulo 5

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La fiesta seguía trascurrido normal, todos ya habían comido de lo que ofrecieron en el local y ahora se encontraban la mayoría de pie charlando e incluso bailando ante el ritmo de la música, era una manera de mantener la paz entre los equipos antes que la temporada de fútbol iniciara. Un recordatorio de que esto eran juegos entre diferentes universidades y no algo profesional del todo, no hasta que lograran dedicarse a eso después de su graduación si es que decidían continuar.

El capitán, dueño del uniforme naranja, miraba a su equipo divertirse entre ellos mismos porque siempre fueron más reservados a excepción de Fargan quién hablaba con cualquier persona con tal de divertirse. Con una bebida en mano desvió la mirada al azabache, el nuevo integrante del uniforme morado, dirigirse a los baños sin acompañamiento.

El vaso que sujetaba el pálido fue posicionado en la mesa y se alejó de sus compañeros hasta los baños, el entrenador le dio una mirada desde lejos al saber que Rubius se alejaba ㅡ no siempre confiaba en él sabiendo el tipo de persona que era ㅡ hacía otra dirección solo sin tener a Nieves o Fargan detrás suya.

Cuando vio que se dirigía a los baños fue cuando alejó su atención del albino para continuar charlando con los demás entrenadores.

ㅡ Eres muy familiar, detesto ese sentimiento en mi cuerpo ㅡ. Su hombro se chocó contra el marco de la puerta viendo al azabache terminar de secar sus manos una vez el albino apareció ㅡ. Estoy teniendo un déjà vu.

La mirada del más alto llegó hasta el capitán, se sentía algo intimidado estando frente a un superior de equipo especialmente de Los Osos. Su propio equipo hablaba mierda de él, justamente él.

Vegetta por fin pudo tener una imagen de él, nunca lo había conocido en persona y sólo imaginaba al chico como un monstruo. Lo hacían escuchar así.

ㅡ ¿Déjà vu? ㅡ. Habló Vegetta. ㅡ No sabía que eras tú, no quería entrar y caminar para interrumpir eso.

ㅡ No necesito ninguna aclaración tuya, en absoluto ㅡ. Le sonrío mostrando los colmillos que portaba el pálido, así que mientras se acercó hasta el más alto la puerta del baño se cerró detrás suya.

Los ojos avellanas recorrieron el cuerpo del mayor, analizando su vestimenta y cabello bien arreglado manejando una compostura impecable. Tipico de un lobo de mierda pensó el albino sin expresión alguna, se incorporó frente suya y sujetó la corbata blanca que portaba alrededor de su cuello para acercarlo a si mismo.

El jalón causo al azabache inclinarse hacía abajo inesperadamente gracias a la diferencia de altura, sus ojos se abrieron ante la sorpresa sintiendo el aroma a cigarro golpear sus fosas nasales.

ㅡ Imagino que has escuchado un montón de cosas sobre mí, ¿verdad? ㅡ. Vegetta sintió a su palabra, la cercanía que tenía contra el capitán era demasiado para decir que no interrumpía su espacio personal. ㅡ Era de esperarse, nada nuevo.

Vegetta tenía tantas preguntas, tenía que preguntar y obtener esas respuestas que tanto quería saber desde que escuchó a sus compañeros hablar del chico que estaba sujetándolo por la corbata. El mismo capitán que tanto detestaba su equipo, era el mismo chico que se topó en un club aquella noche y tuvo una conversación de unas cuantas palabras sobre la barra, sin mencionar el incidente del baño.

ㅡ Pero, ¿Por qué? ㅡ. No entendía la razón de sus propias palabras, solo se digno a mirar al albino regresarle una mirada curiosa pero inexpresiva a la vez. Buscó su voz, su garganta picando ante la sensación de decir algo. ㅡ No entiendo.

ㅡ ¿Por qué? no lo vas a entender, no tendré esta conversación contigo ㅡ. Soltó el agarre que sostenía en la corbata blanca viendo como recuperaba su compostura al instante, le echo un vistazo nuevamente recorriendo su anotomia con sus ojos avellanas pensando un instante. ㅡ Sería divertido ver como logras sacarle el puesto a tu capitán.

Las palabras helaron su piel, la forma en que lo decía sonaba ligeramente en diversión si ponías mucha atención a su forma de hablar. Algo que era difícil diciendo que el albino no hablaba con nadie, no que el pelinegro supiera porque apenas intercambio palabras en la mesa con ambos equipos presentes y después con Nieves quién Vegetta desconocía.

ㅡ No, eso no sucederá ㅡ. Respondió cuando logró recuperar sus palabras, otra vez. ㅡ Ni siquiera debería estarte hablando.

ㅡ Oh, no vengas a odiarme tú también, ¿alguien más al montón? ㅡ. Los ojos intensos se posaron en los morados, parecia no romper contacto visual e incluso notó como el brillo que extrañamente estaban en sus ojos desapareció por completo en un instante.

ㅡ Me han contado las cosas que has hecho, no conocía tu rostro y ahora lo sé ㅡ. La seguridad de sus palabras lograron que el albino se alejara del más alto, Vegetta se sentía satisfecho con eso.

Los compañeros de equipo de Vegetta le habían comentado demasiado del albino y sus actitudes, o más bien cosas que había hecho en su pasado. Willy nunca abrió la boca sobre exactamente que, pero sólo tiraba comentarios de odio una que otra vez ㅡ usualmente estando lejos de la gente ㅡ y odiaba tener que hablar de Rubius con la prensa.

Rubius caminó hasta la salida del baño dándole la espalda pero antes de que pudiera abrir aquella puerta con un ligero empujón dijo, ㅡ ¿A qué debo este honor?

El cuchillo en la mano izquierda de Rubius fue el nuevo objecto que portaba su ahora enemigo, por instinto miro hacía su brazo apreciando una cortada ligera con pocas gotas de sangre. ¿Cuándo y cómo?

 ¿Cuándo y cómo?

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flawless ★ rubegettaWhere stories live. Discover now