capítulo 30

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Rubius había conducido hasta casa de su madre para sentirse mejor, ya no podía pasar otro rato en esa casa. Necesitaba acabar con todo lo que sucedía en su vida gracias a su decisión.

Toda su vida Rubius fue comparado con Willy. "Deberías ser como Willy," "Mira lo ágil que es tu hermano," "Es mejor, deberías poner empeño." Willy, Willy, y Willy.

Por una vez en su vida quería sentirse que importaba, que también era talentoso en algo incluso si lo odiaba. Solo con conseguir la aprobación de su padre y por más que lo odiaba, sentía que era lo menos que podía hacer. Se pasaba toda su vida culpandose por el divorcio de sus padres cuando no tenía la culpa, fueron decisión que tomó su madre para su propia seguridad.

Se sentía un idiota, pero solo era un joven que quería el cariño de su padre sin importar el daño.

ㅡ ¡Rubius! ㅡ. Su madre exclamó cuando su hijo apareció por la puerta de aquella mansión enorme, las lágrimas rodaron por su mejilla sujetando las mejillas de Rubius con inquietud. ㅡ ¿Estás bien? ¿Cielo?

ㅡ Ya no quiero seguir esto ㅡ. Pronunció mirando a su madre a los ojos, sus grandes ojos azules observaron los avellana escuchando todo lo que decía. ㅡ  Fue un error, llévame a casa.

ㅡ No puedes irte así, debes ser una estrella junto a tu hermano..

ㅡ No ㅡ. Interrumpió. ㅡ Que sea él, ya tuce suficiente. Los hermanos Doblas son enemigos en la cancha hasta que to me gradue, no volvere a jugar después de eso ㅡ. La mirada qjue reflejo fue una que reconoció Willy, un sentimiento de nostalgia golpeó su memoria sintiéndose incómodo ante el cansacio reflejado en su hermano.

ㅡ Noah, por favor ㅡ. Pidió su ex-esposa por algo de comprensión común.

El Señor Doblas miró a su hijo peliblanco que tenía a un lado, la estrella actual en el mundo de fútbol universitario y pronto profesional. Después, miró a su otro hijo sin pensamiento alguno.

ㅡ Bien ㅡ. Dijo sin más robando un suspiro de alivio de su ex-esposa.

Rubius desvió la mirada desde su padre hasta su hermano: el capitán de los Lobos. Ellos nunca podrían volver a ser los dos chicos cercanos que alguna vez fueron hace años, no se soportaban y si estas semanas prácticaron como si nada fue por la supervision que tuvieron sobre ellos.

Compartieron miradas secas con sus ojos oscuros, sin ningún brillo en ellos y se alejó junto a la Señora Gundersen de vuelta hasta su hogar. Esperaba que su padre no hiciera nada para intentar forzarlo a volver, conocía a ese hombre como la palma de su mano y dejarlo ir tan fácil no solía ser algo frecuente en él.

El viaje fue un poco más largo comparado a lo de antes porque su madre si le gustaba detenerse a tomar aire fresco y comprar alguna chucheria para el camino, Rubius no se quejo de esto porque podía pasar tiempo con su madre que solía ver muy pocas veces durante los semestres de universidad que ocurrían durante el año.

Llegando, fue Rubius quién ayudo a su madre a entrar a casa por ser detallista y ella lo agradeció mucho. El aroma a vainilla y mocha sería su aroma favorito en toda su vida, algo que se conectaba con todas sus memorias felices.

ㅡ Ten cariño ㅡ. Su madre le extendió una caja de carton que contenía cuatro velas algo grandes. ㅡ Para tu dormitorio, así te sientes como en casa. Yo me encargaré de tu padre, ¿entendido muchacho?

ㅡ Si mamá ㅡ. Le sonrió sujetando la caja después de rodearla con sus brazos, ㅡ Me servirá mucho, de verdad.

ㅡ Cualquier cosa llamas, aquí estaré ㅡ. Beso la frente de su hijo con cariño para despedirlo. ㅡ Ten bonito viaje de vuelta, espero algún día traígas algunos de tus compañeros.

ㅡ Quizás ㅡ. Dijo dudando con una leve sonrisa ㅡ. Sólo quizás, adiós mamá.

ㅡ Adios corazón.

Rubius subió la caja a su automóvil para volver a la universidad, era demasiado temprano para volver porque aún faltaban semanas. Incluso quisiera quedarse con su madre durante el resto de tiempo, fue más práctico que él volviera a los dormitorios escolares una vez estaban todos vacios.

Este viaje fue más rápido debido a que no se detuvo en ningún momento, condujo bastante hasta ver un cartel que le daba la bienvenida a Madrid y fue cuando pudo respirar un poco.

Aún conservaba su llave de respuesto del dormitorio y sería sencillo volver, aunque siempre podía entrar por la ventana. Las luces del sitio estaban encendidas de algunas habitaciones porque muy pocos se quedaban aqui durante las vacaciones o días libres, asi que bajo su mochila junto la caja de velas que su madre le dio para adentrarse a su dormitorio.

Recién eran las cinco de la madrugada cuando llegó por fin a la universidad, así que cuando dejo sus cosas dentro y aseguro el conche antes de cerrar su dormitorio, fue directo a dormir.

Se sentía demasiado cansado que logró quedarse completamente dormido en su sitio por primera vez en todo lo que llevaba de universidad.

Mañana sería un día tranquilo en largas semanas.

Mañana sería un día tranquilo en largas semanas

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flawless ★ rubegettaWhere stories live. Discover now