capítulo 16

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El tiempo pasaba demasiado rápido, los partidos de la temporada de soccer estaban llegando a su fin. Todos los equipos están entrenando muy duro y de manera estricta para llegar hasta las finales, sorprendentemente Los Osos eran unos de los ocho equipos restantes. Las semifinales se presentan en dos semanas y las finales en un mes. El tiempo corría y muchos no estaban contentos con los resultados, pero otros se encontraban emocionados.

ㅡ Mierda ㅡ. Gimoteo bajo sintiendo la respiración y jadeos calientes golpear su cuello con desesperación, las grandes manos ajenas manoseando su cuerpo por sobre y bajo las telas de su camiseta. ㅡ Vegetta.. mgh

El capitán y el miembro, central, de Los Lobos llevaban teniendo encuentros por sobre 17 semanas. Cada vez eran más intensos y más necesitados, la tensión entre toda la situación los ponía en este tipo de situaciones que no evitaban.

ㅡ Extrañé tanto tenerte cerca ㅡ. Su voz ronca fue capaz de murmurar contra su cuello mientras seguía lamiendo la zona, sus manos adueñandose del cuerpo casi delgado del chico.

ㅡ Solo fue una semana.. oh dios ㅡ. Cerro los ojos ante los apretones en sus glúteos, la mirada del azabache parecía tirar fuego y comerse vivo al capitán.

¿Dónde se encontraban estos chicos? En los vestidores de una tienda algo alejada de sus universidades, sentían que era más seguro verse retirados de sus zonas para evitar ser vistos juntos. Vegetta era muy conocido por el público al estar en camino a profesional, igual por estar jugando al lado de Willy quién es famoso y de familia con poder.

ㅡ Rubius ㅡ. El mencionado volteó a verlo con sus mejillas rojizas por el calor, sus cabellos alborotados que cubrían parte de su vista. ㅡ ¿Qué harás cuándo todo esto termine?

ㅡ Lo mismo, seguir entrenando para mi proximo año. ㅡ Le miró con su respiración agitada, ambos la tenían.

ㅡ ¿Sólo eso? ㅡ. Cuestionó juntando su frente con la de Rubius mientras lo veía fijamente, las caricias en su cintura y abdomen aparecieron al instante mandando escalofrios por todo el cuerpo al peliblanco. ㅡ ¿Qué hay de mi?

ㅡ ¿Quieres seguirme viendo? ㅡ. Susurró, su mano derecha tomó la mejilla del azabache dando caricias suaves antes de acercarlo casi por completo y así poder hablar sobre sus labios. ㅡ Yo no voy a ningún lado..

El azabache besó varias veces los belfos hinchados, humedos, y rosados del capitán. Vegetta estaba totalmente perdido por el chico frente suya, pero no tenía idea sobre la dirección opuesta. Rubius no era transparente, solo directo e inexpresivo en todas ocasiones sin excepciones.

ㅡ No quiero perderte ㅡ. Formó un camino de besos hasta su mandibula, el peliblanco movió la cabeza dándole más acceso a la zona. ㅡ He perdido la cuenta pero no quiero detenerme.

Aquellas palabras hicieron sentir al peliblanco extraño, pero simplemente lo dejó pasar sin decir nada al respecto.

ㅡ Vamos.. no podemos estar mucho rato aquí ㅡ. Intentó sacar el agarre que sostenía el azabache pero para su sorpresa ese mismo se aseguró fuerte en un movimiento rápido. ㅡ Vege..

ㅡ Un rato más.. ㅡ. Escondió su rostro en la curvatura del cuello ajeno, su voz siendo suave y baja en forma de susurro con una petición tímida. ㅡ Te quiero, Rubius.

Silencio.

La respiración del mencionado se acelero ligeramente junto sus latidos, Rubius sentía el corazón del azabache latir de igual manera suponiendo que eran por los nervios.

ㅡ Vegetta...

ㅡ No ㅡ. Susurró alto ㅡ. Te quiero demasiado, realmente lo hago y no puedo estar tantos dias sin ti. Sé que esto es una locura, que tú no sientes nada por mi más que para esto, pero sólo dime que me quieres..

El estómago de Rubius se volteó, las emociones le llegaron de golpe viendo como el azabache se alejaba para verlo a los ojos brillosos. Tenía lágrimas.

Todo había pasado muy rápido, todo inició solo por una tontería de tres noches sin más. Sin embargo, todo tomó un camino diferente cada vez que juntaba sus labios con los de Vegetta. Cada que se escapaban a un lugar a solas solo para poderse besar y verse, esto era muy obvio desde que se volvió a besar con alguien por segunda.

ㅡ Yo.. ㅡ. Sentía el corazón en la boca y manos sudar, aquellos ojos fijos sobre su silueta baja y delgada a su comparación lo hacía sentir pequeño, especialmente porque nunca mostro un tipo de afecto.

Una voz fuera de los vestidores llamó la atención de los chicos anunciando que ya se acercaba la hora de cerrar la tienda, todos se encaminaron hasta la salida o la linea para comprar sus productos con calma y eso hicieron los chicos.

El azabache y peliblanco salieron de los vestidores a tiempos separados, cuando Rubius salió de la tienda Vegetta sacó unas prendas consigo y las dejo en un carrito pequeño dondr mañana serían acomodadas, después salió y busco al peliblanco.

No había sido el momento adecuado ni para hablar del tema y Vegetta se sentía un ridículo. Vio al capitán en su coche y fue directamente con él, se subió y no dijo nada antes de acomodarse en el sillón algo inquieto.

ㅡ Lo que dije antes, ignoralo. No vale la pena ㅡ. Aclaró mirando al chico pálido, presionó sus labios para evitar dejar lágrimas resbalar por sus mejillas.

Las ventanas del coche estaban tintadas, así que era casi imposible ver por dentro del coche donde estaban ambos. Rubius suspiró y soltó el voltante frente suya para llevar su mirada al azabache, miró su nerviosismo y sujetó su mejilla para atraerlo cerca.

Un beso fue formado, uno lento y suave. Vegetta correspondió, no podía evitar pensar en otra cosa que no fuera el capitán estas últimas semanas pero de alguna manera Rubius se veía extraño ante toda esta situación.

ㅡ Eres como un suelo lúcido ㅡ. Murmuró el albino mirando contra sus labios, sentía sus labios temblar. ㅡ Un sueño que estoy viviendo consientenente, pero de algo que no va a suceder.

ㅡ ¿Por qué? ㅡ. Se alejó el azabache, sus ojos reflejando algo de tristeza en ellos. ㅡ ¿Todas estas semanas solo fueron un juego para ti? Casi seis meses.

ㅡ No  ㅡ. Claro el oso con frustración, sujetó el volante con fuerza intentando contrar sus emociones. ㅡ No podemos y es punto final, podemos seguir viéndonos pero una relación será imposible.

ㅡ Podríamos cambiarlo ㅡ. Rubius le miró confundido ante su propuesta.

Trago saliva mirando los ojos púrpura del azabache con dudas, curiosidad, y sin saber como lidear con los sentimientos que tenía dentro suya. Se incorporó y recargo en el sillon de su coche aflojando el agarre en el volante.

ㅡ Sal de mi coche, es hora de que me vaya ㅡ. Dijo brusco, pero el azabache queriendo decir algo más detenía sus acciones. ㅡ Maldita sea, vete ya.

Vegetta salió del coche en busca del suyo cuando el peliblanco avanzó su coche rapidamente alejándose del estacionamiento.

Vegetta salió del coche en busca del suyo cuando el peliblanco avanzó su coche rapidamente alejándose del estacionamiento

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flawless ★ rubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora