capítulo 39

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El azabache miraba únicamente a su mano entrelazada con la ajena, su mente estaba vacía mientras se dejaba guiar por su novio. Atravesaron los pasillos del hotel, nadie en esta sona los conocía así que no les importo ser vistos de tal manera. El sitio tenía un aroma a rosas, era agradable y Rubius lo agradeció muy en el fondo por su sensible nariz.

Vegetta abrió la puerta deslizando una pequeña tarjeta azul por sobre un detector en su puerta, Rubius alzó la mirada cuando estuvieron encerrados en la habitación. Su pequeño sitio dónde podían actuar como una pareja sin miedo a que alguien entrara o apareciera de la nada. El peliblanco tomó aire y se subió a la cama cuando terminó de sacar sus zapatos únicamente, el azabache le siguió haciendo lo mismo pero primero apagó las luces de la habitación para poder encender una de las lámparas de noche a un costado de la cama.

Rubius se movió para quedar acurrucado en el pecho del mayor intentando tranquilizar su mente, no quería entrar en un episodio aquí.

ㅡ ¿Cómo te sientes? ㅡ Besó la sien varias veces cuando recorrió el cabello sutilmente de su rostro para poder verlo bien. ㅡ Ya estamos solos.

Rubius llevo sus ojos hasta los púrpura y sonrió sin mostrar sus dientes. El azabache analizó bien el rostro de su amado notando una pequeña marca por sobre su mejilla y con su pulgar tocó esa sona con suavidad para solo recibir un quejido.

ㅡ ¿Qué sucedió? ㅡ Preguntó. Esa marca no estaba allí cuando subieron y hablaron en el coche, así que la preocupación en su tono fue obviamente notable. ㅡ Rubius.

ㅡ No fue nada, ㅡ Sujetó la mano de Vegetta con ambas suyas y beso los nudillos de su chico sentándose en sus piernas ya que el pelinegro estaba acostado boca arriba.ㅡ No fue grave.

ㅡ Dime, ㅡ Sentía la mirada pesada y su corazón latía con intensidad, no quería decirle pero tampoco podía mentirle. En especial porque odiaba hacerlo.

ㅡ Willy, ㅡ Murmuró, pero fue lo suficientemente alto para que Vegetta escuchará. ㅡ Yo le golpeé el estómago, estamos a mano ahora.

ㅡ Voy a matarlo.

ㅡ No digas estupideces, ya tengo suficientemente, ㅡ El brillo en los ojos avellana desapareció en esas palabras. Esos mismos ojos que había cruzado en el baño de los vestidores la primera vez que lo conoció. ㅡ No te vas a meter.

ㅡ Pero..

ㅡ No, ㅡ Corto sus palabras, ㅡ No vamos a levantar sospechar por algo tan insignificante, ¿Me entiendes? No puedo perderte ahora, no ahora.

Por más que Vegetta quisiera decir algo o actuar con respecto a la situación, no lo hizo. El tono de voz que tenía Rubius era diferente y tomó eso como una señal para no meterse demasiado, no por el momento.

Sujetó la cadera de su chico para atraerlo cerca y poder sentir la temperatura de su cuerpo, su respiración era calmada con aroma a vino mientras su pecho subía y bajaba. Vegetta sonrió pequeño y junto su frente con la de Rubius después de darle un casto beso en sus labios.

ㅡ Te amo, Rubius, ㅡ Susurró contra los belfos y rodeó su cintura con sus brazos. ㅡ Mucho, lo hago mucho.

ㅡ Yo también te amo, ㅡ Le devolvió el susurro escondiendo su rostro en los cabellos oscuros y sujetando las mejillas ajenas.ㅡ Como nunca lo hice con nadie.

Vegetta soltó una risa atontada.

ㅡ Nunca dejes de amarme, ㅡ Pidió cuando se separaron lo suficiente para poder verse al rostro. ㅡ Quiero esos ojos avellanas para mí siempre.

ㅡ ¿Quién te asegura eso? ㅡ Bromeó tonteando con una risa floja.

El pelinegro rodeo fuerte su cintura apagandolo a él, Rubius se sobresaltó cuando fue prácticamente aplastado en los brazos del mayor después de sus palabras.

flawless ★ rubegettaWhere stories live. Discover now