capítulo 12

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El sol brillaba sobre el estadio universitario mientras Los Osos se preparaban para enfrentar a los temidos Lobos de la universidad rival. El capitán de Los Osos, Rubius, miraba con determinación a su equipo, consciente de que pocos confiaban en que lograran llegar a las semifinales.

En la cancha, Vegetta, el nuevo talentoso centro de Los Lobos, no podía apartar de su mente el beso que compartió con Rubius la noche anterior. A pesar de estar concentrado en el partido, su corazón latía con fuerza cada vez que sus miradas se encontraban. Rubius, por su parte, se esforzaba por petición del entrenador Marlin ignorando por completo a Vegetta. Aunque había una tensión entre ambos chicos que podría llegar a ser visible si ponían mucha atención.

Alex y Fargan estaban muy atentos a todo movimiento, acompañados del resto de su equipo que con nervios y emoción de estar en la cancha les brindo, intensificando sus miradas una vez todos estaban posicionados.

El árbitro hizo sonar el inicio del partido y ambas escuadras se lanzaron al ataque con agresividad. Los Lobos, con su gran experiencia y habilidad, presionaban con precisión, pero Los Osos demostraron una determinación manteniendo el balón lejos de su portería. El partido se convirtió en un duelo de estrategia, velocidad y agresividad. Los aficionados estallaron de emoción con cada ataque y defensa.

Mientras el tiempo pasaba, los momentos de tensión se acumulaban para todos. Rubius lideraba a su equipo con carácter típico de él desde la portería gracias a que sentía la mirada del entrenador y la señorita Caramelo: la enfermera, manteniendo los pies en la tierra y deteniendo el balón intentando proteger la portería lo más que podía. Vegetta se esforzaba por concentrarse, pero la imagen de Rubius lo distraía, empañando muchas emociones que lo consumían en medio del partido.

Los Osos se mostraban sólidos en defensa, frustrando los intentos de Los Lobos de marcar un gol. En el segundo tiempo, una jugada por Fargan, que obtuvo gracias a Alexa, permitió que Los Osos anotaran el primer gol del partido. El contador cambió a favor del equipo naranja y los estudiantes estallaron, todos celebrando a excepción de los visitantes.

Nieves jadeaba siguiendo las instrucciones de Rubius mientras lo daba, sentía su cuerpo débil queriendo caer.

ㅡ Eso fue agresivo ㅡ, jadeo Monica a un lado de la pelirroja que solo respondió asintiendo mientras intentaba recuperar el aire. ㅡ Resiste, esto será largo.

Willy estaba molesto para este punto, su equipo apuñalado en su orgullo, pusieron mejor en su ofensiva, presionando a Los Osos con jugadas rápidas y peligrosas que ya habían estudiando sin que ellos supieran. Sin embargo, la defensa de Los Osos se mantuvo firme, con Rubius haciendo intervenciones cruciales en su portería. El partido se volvió más intenso con cada minuto que transcurría.

ㅡ Quiero destruirte ㅡ. gruñó el peliblanco vestido de morado hacía el portero contrario, sus ojos reflejando odio ㅡ. Te vas a tu casa hoy mismo.

Una risa burlona fue su respuesta. ㅡ Oh quiero verlo, Willy, quiero verte intentarlo.

Los dos capitanes estaban casi frente a frente después de ese primer gol hasta que retomaron el juego.

En medio de la presión y la emoción, Vegetta no podía evitar seguir pensando en el beso que compartió con Rubius. Estaba harto. La incertidumbre y la tensión emocional lo sacaban de su concentración, dificultando su trabajo en el partido. Mientras tanto, Rubius tenía la determinación aferrada a su misma piel, motivando a su equipo e imponiéndose en cada balón mientras le daba miradas a Willy con odio.

A medida que el reloj avanzaba, Los Osos lograron asegurar un segundo gol aumentando su ventaja. Sin embargo, Los Lobos no se rendían, manteniendo la lucha sin descanso. En los minutos finales, Vegetta tomó una decisión audaz, liderando un formidable avance que finalmente culminó en un segundo gol para Los Lobos, acercándolos en el marcador.

Con el tiempo casi agotado, la tensión en el estadio era tensa. Cada posesión, cada pase, se realizaba con una urgencia desesperada. Vegetta, mirando fijamente a Rubius desde el campo mientras tenía el balón no era de mucha ayuda, sentía una mezcla de emociones que lo impulsaban a luchar contra eso, a pesar de todo.

Finalmente, el árbitro pitó el final del partido y los Osos salieron como los victoriosos del partido, con una emocionante victoria por 3-2. Los estudiantes que venían de naranja estallaron de felicidad, celebrando la victoria de su equipo contra todas las expectativas.

Los Osos se dieron un apretón de manos como felicidad abrumados por la emoción y el orgullo. El equipo del uniforme morado estaba molesto y sus fans estaban decepcionados, incluso enojados contra los osos. Mientras tanto, Vegetta se sumió en la decepción de la derrota, pero su mirada se cruzó de nuevo con la de Rubius, quien sonrió con complicidad sosteniendo el balón.

Después del partido cuando todos habían salido y los capitanes hablaron con la prensa, todos los jugadores fueron a los vestidores para retirarse a sus dormitorios y, en el caso de Los Osos, a festejar.

Rubius se acercó a Vegetta con determinación. La tensión entre ambos era evidente, pero también la conexión que compartían. Vegetta, a pesar de sus sentimientos encontrados, escuchó las palabras de felicitación y cordialidad de Rubius.

En un momento de intimidad, Rubius y Vegetta finalmente encontraron un momento a solas. La atmósfera estaba cargada de emociones y anticipación. Con delicadeza, Rubius abordó el tema del beso que compartieron la noche anterior, reconociendo la complicada situación en la que se encontraban. Vegetta, confundido, expresó sus propios dilemas y sentimientos encontrados.

ㅡ Bien hecho, chicos. ¡Ahora váyanse de aquí y celebren! ㅡ. Exclamó el entrenador contento mientras tomaba sus llaves.

 Exclamó el entrenador contento mientras tomaba sus llaves

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flawless ★ rubegettaWhere stories live. Discover now