capítulo 31

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Cuando abrió los ojos se encontró en los dormitorios universitarios con el sol completamente sobre el cielo, sabía que era tarde por la hora en la que quedó dormido sobre su aburrida cama. Sin más que hacer al respecto, solo se quedó pensando mientras seguía recostado mirando el techo encima suya como si fuera lo más entretenido del mundo.

Su mente iba y venía con cosas borrosas no pudiendo recordar o pensar con exactitud en lo que su mente estaba dando vueltas, así que para evitar agobiarse se levantó finalmente de la cama para sacar una vela de esa caja que su madre le dio. El resto las dejó en el carton y aseguro de poner esa caja bajo su cama para seguridad, incluyendo privacidad.

Prendió la que había tomado en sus manos para dejarla en el centro de la mesa que tenían en frente al televisor, así podría opacar más rápido con su aroma hogareño toda la habitación central primero.

Su celular sonó a lo lejos en su habitación, la vibración se escuchó contra la madera de su mesita de noche y fue a revisar que podría ser.

V:

"¿Dónde estás?
Responde cuando veas el mensaje."

Aquellos mensajes estaban resaltando en su pantalla y decidió llamar al número del azabache quién tardo poco en responder, suponía que se había alejado de alguien.

ㅡ Hola, Vegetta. Estoy en los dormitorios.

"¿Cómo sigues? ¿Todo bien?"

ㅡ De momento está bien, no puedo asegurarte en unas semanas ㅡ. Formó una muy pequeña sonrisa con sus labios ante la voz del azabache detrás de la linea. ㅡ ¿Dónde estás?

"Ahora mismo he acabado práctica, la última del día es algo tarde."

Rubius volteó a ver el reloj pegado en la pared, se vio en grande que eran casi las siete de la noche y eso lo empujó un poco hacía atrás por el mal horario que estuvo cargando.

ㅡ ¿Vas hacer algo?

"No creo, creo que los chicos querían salir a comer algo... Oh! solo hablo con un familiar.."

Detrás se escuchó una voz masculina y supuso que era el portero del equipo, mordió su labio inferior dudando en sus próximas palabras.

ㅡ Ven cuando puedas, quiero estar contigo ㅡ. Dijo casi susurrando, la habitación estaba iluminada únicamente por la vela que estaba comenzando a opacar con su aroma y aún asi sintió pena decir eso en voz alta.

"¿Dijiste que es una emergendia urgente? mierda, voy corriendo."

Fue lo último que dijo antes de colgar el celular, Rubius soltó una solitaria risa porque sabía que fue una excusa en voz alta para venir directamente hasta el dormitorio. Puso el celular en la mesita de noche y se levantó para cambiarse la ropa a una pijama cómoda para estar encerrado.

...

Unos golpes suaves se escucharon provenir desde una de las ventanas que tenía el dormitorio y Rubius fue a abrirla cuando supo que era la presencia del azabache, fue rápido con el proceso para evitar levantar sospechas de alguien y fueran a reportar a la persona misteriosa que han visto subir hasta acá.

ㅡ Uhm huele muy bien ㅡ. Vegetta dejó su mochila a un costado de la ventana para cerrar esta misma, incluyendo las cortinas. ㅡ ¿Qué aroma es?

ㅡ Vainilla y mocha ㅡ. Se sentó sobre el sofá y con un movimiento de mano lo invitó a sentarse a un lado suyo con confianza, no tardo ningún segundo en acompañarlo.

ㅡ Te extrañé mucho ㅡ. Musito Vegetta, recosto su cabeza sobre él respaldo del sofá mirando hacia el peliblanco, sus ojos púrpuras mostrando un brillo particular en ellos. ㅡ ¿Tú me extrañaste?

Movió la cabeza ligeramente, entendía que Rubius no era de mostrar sus sentimientos por su cuenta o no lo hacía demasiado grande. Entendía eso, le causaba ternura al azabache en cierta parte.

Rubius se movió más cerca al chico para poder jugar con sus cabellos oscuros con el brazo que tenía recargado en el respaldo ㅡ el mismo donde Vegetta tenía su cabeza recostada ㅡ y así poder solo tener su presencia cerca.

Miró el rostro del mayor con seriedad, pero sin ningún tipo de disgusto en su rostro. Vegetta le sonrió al sentir los pequeños masajes en su cabeza y cerró los ojos.

ㅡ Tu cabello es oscuro ㅡ. Apunto a ese dato mientras lo atrapaba en sus finos y pálidos dedos, acariciando los cabellos del pelinegro. Vegetta solo asintió lento, no queriendo romper su burbuja de paz con su chico.

Los labios del pelinegro eran algo rojizos comparados a sus propios que eran más rosados, ver su rostro calmado y sin ninguna expresión aparte de relajación lo hacía ver demasiado lindo.

Se inclinó un poco para no arruinar las caricias en la cabeza del azabache y así poder dar un casto beso sobre aquellos labios, sintió sus mejillas sentirse calientes cuando aquel ósculo fue regresado por su mayor.

ㅡ Te ves muy lindo ㅡ. Susurró, el sonrojo que mancho el rostro de Rubius lo delató bastante. ㅡ Ven, quiero abrazarte.

Rubius apretó los labios por la vulnerabilidad que sentía, se acercó y se puso a su lado escondiendo su rostro en el cuello del pelinegro sintiendo su aroma mezclarse con la vela que tenían en frente los dos.

Recorrió suave su cabeza para voltear hacia arriba y poder ver a Vegetta aunque su cabello cubría parte de su vista al estar desarreglado. Pequeños y  castos besos fueron compartidos por ambos jovenes sintiendo solo la necesidad de tenerse mutuamente en una misma habitación sin preocupaciones, al menos donde pudieran estar juntos.

ㅡ ¿Puedes quedarte la noche?

ㅡ ¿Puedes quedarte la noche?

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flawless ★ rubegettaWhere stories live. Discover now