epilogo

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Las noches frías del local siempre fueron lo más llamativo de esa zona aparte del famoso club que los Gundersen tenían bajo su nombre, el azabache pensó demasiado en venir a este sitio como una manera de comprobar si estaba listo para seguir adelante o no. Habían confirmado que su amado no seguía pisando la misma tierra que él, ahora era un hermoso angelito con su precioso cabello blanco y piel pálida.

Entro a ese balcón cerrado cerca de los baños donde nadie visitaba, ese mismo lugar donde por primera vez sintió los labios de su dulce chico. La vista se comenzó a sentir borrosa por las lagrimas que sostenía en sus ojos, miró la zona vacía y se inclino en el borde sintiendo un sentimiento de tristeza abundar su cuerpo.

ㅡ Amaría que todo esto haya sido un mal sueño ㅡ, Dice en voz alta sin miedo. Nadie escucharía y la música aturdía a la gente que estuviera incluso diez metros de ese lugar. ㅡ Lo que haría por poder besarte una ultima vez.

ㅡ ¿Te gustaría hacerlo?

Aquella voz hizo que su corazón latiera a mil por hora, sus manos comenzaron a sudar ante la posibilidad de que esa melodía si venia de la persona que esperaba y no fuera otra alucinación suya como las otras veces.

Tenía miedo de voltear y encontrarse a nadie, o incluso a un extraño que olvido ver entrar. El azabache se dio vuelta y sintió que la felicidad le volvió al cuerpo en solo un giro.

Rubius estaba parado en la entrada al balcón, sonriendo tímido mientras se mantenía quieto en su sitio. Se veía más sano, más expresivo. Corrió hasta él y lo abrazo con fuerza en medio de sollozos, los dos se sujetaron como si temieran que el mundo los iba alejar nuevamente.

Dos años. Dos años sin verse pero perteneciéndose a si mismos, amándose sin saber si uno estaba vivo y si el otro lo había superado.

ㅡ Eres tú..

ㅡ Soy yo, mi amor soy yo. Perdóname, te debo mil disculpas ㅡ, Los ojos avellana del albino estaban lleno de lágrimas mientras sujetaba las mejillas de su novio, sentía su cuerpo temblar y se comenzó a disculpar constantemente cuando los ojos azabaches estaban rojizos por las lágrimas. ㅡ Perdón, perdón, estoy vivo mi cielo mírame. Estoy contigo, Vegetta, cariño.

ㅡ Estás aquí, vivo ㅡ, Se repitió a si mismo y acunó las manos de su chico para besarlas con cierta desesperación y delicadeza. ㅡ Rubius, mi vida. Te extrañé demasiado, ¿Estás bien? ¿Dónde estuviste?

ㅡ Mi madre y yo nos fuimos a Inglaterra, temía que te hicieran algo a ti y pedí alejarme de ti con tal de que estuvieras bien. ¿Por qué dices que estoy vivo? se supone que estaba desaparecido, Vegetta per-.. ㅡ, Fue callado por un casto beso en sus labios que fue repetido muchas veces entre lágrimas.

ㅡ Sabía que estabas bien, sabía que ibas a volver ㅡ, Le dedico una sonrisa de felicidad llenando su rostro de castos besos llenos de amor y dulzura. ㅡ Te escribí una carta todas las noches desde entonces, dios, mi chico está bien.

Los dos comenzaron a sollozar en los brazos del otro, querían estar así por horas porque habían pasado mucho tiempo lejos del otro y solo querían estar abrazados para recomendar el tiempo.

" Las mentiras fueron varias, mi madre ya sabía como todo iba a planearse porque fuimos en un vuelo diferente al que nos predeterminaron. Se aseguro de ayudarme a sanar completamente, a dejar las pastillas que me estaban dañando emocionalmente y a terminar de estudiar en Inglaterra lejos de todos.

Las mentiras que decidieron decir después no fue bajo el control de ninguno de los dos, solo hablamos de "desaparecer" dos años.

Cuando los Gundersen fueron a la casa de los Doblas con una mochila mía fue algo inesperado, sin embargo nada planeado. Mis familiares se encontraron preocupados y tenían demasiados pendiente con el señor, Willy terminó aceptando todos los cargos incluso le dieran la opción de no hacerlo porque no era realmente su lugar. Yo personal lo hablé con él." Fue la explicación que Rubius le dio a todo susodicho que preguntó.

flawless ★ rubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora