Capítulo 24

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Las últimas gotas de café cayeron sobre la taza verde que iba destinada para el jugador. Bebí un sorbo del mío mientras le echaba leche al café de Pablo. 

Me había despertado antes que el jugador, cosa inusual en nuestra rutina puesto que el madrugador de la relación siempre era él. Pero ayer me quedé dormida editando las fotos y los vídeos de la campaña que me habían enviado hace unos dos días. Supuse que Pablo me había llevado en brazos hasta la cama puesto que era allí y envuelta entre los brazos del castaño donde había amanecido esta mañana. 

Cogí la taza y el bol de frutas con yogur que había preparado antes de ponerme con el café y fui hacia la habitación intentando hacer el menor ruido posible. 

Abrí la puerta y asomé la cabeza para comprobar que el jugador seguía tal cuál lo había dejado unos minutos atrás. La cabeza del andaluz era lo único que mi mirada podía captar ya que todo su cuerpo estaba tapado por el edredón. Cerré la puerta detrás de mi y dejé el desayuno en mi mesita de noche. Observé la cara del jugador mientras dormía. 

Nunca me cansare de decir lo guapo que era el andaluz, pero dormido parecía un ángel caído del cielo. Sus facciones estaban relajadas y sus labios hacían siempre un puchero cuando estaba dormido. Lo hacía de manera inconsciente pero era algo que me encantaba de él. 

Me senté en su lado de la cama y comencé a acariciarle lentamente el pelo. Unos segundos después parecía que su cuerpo reaccionaba a mi tacto, porque se giró en mi dirección, aunque todavía seguía profundamente dormido. Bajé mi mano hacia su nuca donde comencé a masajear esa zona de su cuerpo. Noté como su vello se erizaba y no pude evitar sonreír ante las respuestas que su cuerpo daba a causa de mi tacto de manera involuntaria. 

Comencé a darle besos por toda la cara, intentando que se despertara por fin. Comencé con su frente, bajando por los costados de su cara y siguiendo por sus mejillas. Acabé el recorrido en su barbilla y noté como su cuerpo se comenzaba a mover poco a poco. Sus manos empezaron a buscar mi silueta por la cama, hasta que me encontró en su lado de la cama. Sus manos envolvieron mi cintura y me subieron sobre él, haciendo que cada una de mis piernas quedarán a sus costados. 

Sus ojos se abrieron perezosamente y conectaron al instante con mi mirada. Una pequeña sonrisa surcó sus labios y sus manos comenzaron a acariciar mis piernas. 

-Creo que es la primera vez que te levantas antes que yo

-Puede ser- dije divertida

Su sonrisa se acentuó tras mi respuesta. Las yemas de sus dedos acariciaban con delicadeza mis muslos.

-Buenos días Tana

-Buenos días Pablo

Parecía nuestro mantra de cada mañana. Veía imposible empezar el día sin que Pablo me hubiera dado los buenos días. Y creo que el jugador pensaba lo mismo. 

-¿A qué huele?- dijo el jugador olfateando la habitación

Lo miré, sintiendo como se me coloraban las mejillas al pensar en el arrebato que me había dado de prepararle el desayuno al jugador. No soy de hacer acciones amorosas, pero nada más levantarme y mirar al jugador me apeteció hacerle el desayuno para que empezara el día de la mejor manera. La sonrisa del jugador pasó a ser divertida al ver mi expresión. 

-Puede que... ehm... te he hecho el desayuno- dije, sintiendo como el rubor aumentaba

-Pues vamos a probarlo, ¿no?- dijo el jugador con un brillo en los ojos

Me puse las manos en la cara mientras reía, un poco avergonzada. Me sentía extraña al hacer muestras de cariño voluntarias por alguien, no sabía como sentirme ya que no estaba acostumbrada a mostrar cariño por muchas personas. Era algo que me costaba y el andaluz lo sabía. 

Nunca pensé que serías tú - Fanfic de Pablo GaviWhere stories live. Discover now