Capítulo 27: Proyecto Regicidio (Parte 1)

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-Damien–

Miré la mirada boquiabierta de Miguel mientras miraba mi forma de Arcángel.

"Bueno, ahora lo sabes todo".

Le devolví la lanza a Sean mientras volvía a mi forma diabólica y Michael salía de su trance.

"No me preguntes cómo. Ya has visto los recuerdos".

Respiró hondo. —¿Qué vas a hacer ahora?

Le sonreí al responder directamente a esa pregunta. —¿No me pides que vuelva?

Se quedó inexpresivo. —¿Lo harías?

"Ahora mismo no".

—No tiene sentido preguntar, entonces. ¿Desde cuándo me escuchas?

"Eh... Estoy bastante seguro de que hubo momentos".

—¿Nombra dos?

....

....

"¿Quieres tomar una copa?" Ofrecí un camino intermedio.

Permaneció inexpresivo.

Recordé aquella mirada de decepción que le dedicó hasta el punto. Y era bastante doloroso estar del otro lado de esa mirada.

"Muy bien, muy bien. No hay necesidad de ponerse tan serio. Yo... quieres recoger las cinco reliquias sagradas. Me han estado llamando desde que accidentalmente me encontré con el Verdadero Longinus por primera vez. Cada vez que toco uno, mi alma se cura un poco y... Tengo la sensación de que voy a conseguir... para conocerlo cuando me ponga en contacto con los cinco".

Eso sí que le llamó la atención.

"Así que es por eso que..."

"Sí. Tengo tres de ellos. La Sábana Santa fue la cuarta. Solo queda la Santa Cruz".

"Enviaré un vigía para ello. Siempre estamos atentos a los portadores de las reliquias cada vez que aparecen. Es solo que casi nunca tenemos suerte".

"No te preocupes. Ya sé quién lo tiene. Solo tenemos que encontrar su ubicación exacta. Por no mencionar... Tengo una tarea muy importante antes de ir a por ella primero".

Enarcó una ceja.

Dejé escapar un suspiro. "El Inframundo... es mi responsabilidad".

"Y... ¿Rizevim? —preguntó, con seriedad.

"Es mío. No voy a negociar sobre esto".

"No tienes que hacer todo solo". Se ofreció, pero negué con la cabeza.

"Todo lo demás es negociable. Éste... no lo es. Éste... es demasiado personal para mí. Es mi mayor error y lo voy a aclarar con mis propias manos. Yo mismo".

Dejó escapar un suspiro. "Sólo... Prométeme que pedirás ayuda si alguna vez la necesitas".

Dudé un poco antes de asentir.

Hablamos de muchas cosas diferentes y llegó el momento de que finalmente se fuera y le pregunté algo que había estado en mi mente durante mucho tiempo.

—¿Cómo está?

Michael hizo una pausa.

Una mirada de dolor apareció en su rostro.

Me di cuenta de que era bastante real.

"Su alma partió al mismo tiempo que la de su padre".

A pesar de saber que no estaba emparentado con ella, las palabras me afectaron.

DxD: Trato con El DiabloWhere stories live. Discover now