39. Rock'n Roll.

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—¿Qué es un bar? —el joven dragón frunció el ceño.

Los cuatro viajeros prófugos almorzaban en el balcón del hotel alquilado, sentados alrededor de una encantadora mesita de raíces blancas, elegante artesanía élfica como todo lo que los rodeaba. El océano susurraba índigo hasta el horizonte, mientras el sol en lo alto mantenía el ambiente tibio. La brisa agitaba sus cabellos y las campanillas colgando del barandal, llenando el ambiente con su agradable sonido.

El faro... El faro arcoíris no muy lejos, en el risco, deslumbraba con sus destellos mágicos volviendo la vista inolvidable. Filete y mariscos para el dragón y el gato. Ensaladas, pan y frutas para el elfo y el conejo. Todo era perfecto en sus "vacaciones". O no. Claro, lo sería si no lidiara cada quien con sus propios problemas; el incendio que convertía al elfo en una bomba de tiempo; recuerdos dolorosos que, por más que olvidados, picaban al ser requeridos haciendo dudar al hechicero; la ausencia del padre dragón y la culpa que por ello cargaba el príncipe. Con ellos Louis, quien sufría por los tres sin saber cómo resolver el gran embrollo en el que estaban. El conejo sorteaba la mirada buscando hacer contacto con los ojos tristes cuando soltó su "gran idea": visitar un bar.

—¿Un bar? —Agust fue el primero en apartar su semblante abatido y mofarse de la idea— ¿Quieres que Vante conozca un bar? ¿Sabes cómo se ponen los dragones borrachos?

—¿Es malo, gatito? —Vante se preocupó al instante.

—No —manos en alto, aclaró—. No te confundas, no es malo, está bien relajarse y divertirse bebiendo alcohol, pero debe hacerse con especial responsabilidad en tu caso; si te mareas debes parar, porque si sigues y pierdes un poquito la razón... Digamos, un monstruo de cientos de toneladas será un poquito difícil de manejar, ni hablar si te enfadas y causas peleas. Si vas a beber, debes ir acompañado.

—Entonces vamos todos —Jack apoyó la idea con una sonrisa tiesa—. Digo, para que Vante pruebe algo nuevo.

—Sí... —Agust asintió con el ceño fruncido, sin saber por qué la idea le hacía mucho sentido—. Probar cosas nuevas lo hará aún más grande. Igualmente, más escándalo que el que ya causamos regresando el color al faro no podemos hacer ¿No? Es... demasiado evidente nuestra presencia en la ciudad, y más temprano que tarde nos encontrará el Ejército de Bella Nocte.

 demasiado evidente nuestra presencia en la ciudad, y más temprano que tarde nos encontrará el Ejército de Bella Nocte

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—¡Mi idea es buenísima, Jack! —Louis brillaba emocionado, estaba convencido.

Tras el almuerzo dio vueltas por la ciudad en su compañía, con su pelaje blanco gracias a la magia del hechicero. La idea era burlar a las hechiceras de Bella Nocte, pasar desapercibidos bajo sus narices, y lo hacían exitosamente; nadie busaba un elfo de cabello lavanda con su conejo blanco, nadie, todas estaban enfocadas en dar con el gato mágico y el muchacho de cabello azul, quizá a Louis la liebre negra, y al descolorido Jack con su cabello negro y mirada psicótica.

Jack ya no parecía el "Loco Descolorido" que escapó del cementerio: iba tranquilo, elegante, como si su encuentro con Dandelión le hubiese devuelto un poquito de su luz.

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