15. Un secuestro imprevisto

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Una vez que ya hemos divisado la Torre a lo lejos, Shailene y yo subimos a lo alto de una duna. Nos tumbamos sobre la arena y observamos la Torre, que está a unos pocos kilómetros de nosotros, para ver si vemos algo sospechoso. Lo extraño, es que todo parece estar en orden. Siguen llegando de todas partes esas singulares burbujas transportadoras, y la infinita cola de gente que sale desde la Torre sigue avanzando muy lentamente. Erik y Blake están detrás de nosotros, a un par de metros, hablando entre ellos.

—Quizá Malik no haya entrado en la Torre todavía —sugiero.

—No sé. Esto me da mala espina... —dice Shailene.

Erik y Blake se acercan a nuestra posición.

—¿Habéis visto algo raro? —nos pregunta Blake.

—No. Y eso es lo que más me inquieta —responde Shailene.

—¡Un momento! —exclamo—. El árbol está en la última planta, en el Despacho del Guardián, ¿no? Así que Malik, una vez llegó a este mundo, seguramente se teletransportó directamente a esa sala...

—Eso es imposible. La última planta de la Torre está protegida íntegramente con magia que usó el Guardián —dice Shailene—. Por lo que la teletransportación no sirve ni para entrar ni para salir de esa planta.

—¿Y cómo va a hacer Malik para acceder a esa planta? —pregunto intrigado.

—No lo sé... —me responde Shailene, y luego mira a Erik—. ¿A ti te dijo algo de cómo planeaba asaltar la Torre, Erik?

Erik niega con la cabeza y Blake lo mira con rabia.

—Todavía no me puedo creer que ayudaras a ese brujo —dice Blake.

—Sé que estuvo mal. Cuando esto termine, aceptaré mi castigo por traición —confiesa Erik.

—Bueno, primero vamos a acabar con ese vejestorio... ¿Blake, se te ocurre algún plan? —le pregunto.

—Lo más sensato sería avisar al Guardián, para que alerte a los Agentes de la Torre —me responde.

—¿Hay Agentes en la Torre? —le pregunto.

—Sí —me confirma Blake—. Hay una unidad especial que siempre permanece en la Torre, por si las cosas se pusieran feas. Podría decirse que son una especie de fuerzas especiales —me explica él.

Me pongo en pie.

—¿Pues a qué esperamos para ir a avisarles? —pregunto.

—Mucho me temo que no vais a avisar a nadie... —dice de improviso una voz. Es la siniestra voz de Malik, que ha aparecido de repente.

—Malik —grito. No tardo en levantar el escudo, y apunto con él a ese brujo. La forma triangular del escudo se ilumina: se está preparando para atacar y, acto seguido, lanza un rayo de luz, el cual, va dirigido a Malik, pero este desaparece instantes antes de que le alcance. El rayo de luz acaba impactando en la arena. Hay una fuerte explosión de luz, la cual genera una onda expansiva que nos alcanza y nos arroja a todos por los aires. Caemos uno a uno sobre la arena. Estamos todos en el suelo desperdigados.

—Shailene, ¿estás bien? —grito desde el suelo.

—Sí —grita ella.

—Chucho, ¿estás bien? —le pregunto a Blake.

—¡Pues claro, novato! —grita Blake.

—¡Yo también estoy bien! —grita a los pocos segundos Erik.

Es verdad. Me olvidaba del barbas. Me fijo en Shailene. Ella se pone de pie y, justo en ese momento, aparece Malik por su espalda, pillándola totalmente desprevenida. Yo me levanto rápidamente del suelo.

Adrien Fleming y el Mundo EspiritualWhere stories live. Discover now