CAPÍTULO 35

988 70 1
                                    

Engfa

Había visto la nota que el tipo le dio, incluso lo había estado vigilando antes de que incluso él decidiera acercarse a ella.

Sabía muy bien quién era porque lo había investigado a fondo. Keane de una de las bandas bastante reconocidas y exitosas en Tailandia, cosa que me importaba un comino.

Si tenía que romperle el cuello al tal Keane con tal de sacarle las manos de encima de Charlotte lo haría.

Lo sentí justo cuando se separaron y ella se le quedó viendo por un segundo y luego volvió a verme a mí, la vi subir y recibir su premio, el idiota estaba con la cara de alguien que recién había ganado un óscar.

Se me quedo viendo con esa cara de superioridad y troné los dedos, gesto que vio porque enseguida se dio la vuelta junto a sus compañeros de banda.

Cuando ella dijo de ir al baño, una parte de mí quería detenerla porque sabía que iría a ver la nota.

Llamé a Tina y ella la acompañó, cuando comenzaron a demorar, le rompí el auricular a Tina hasta que contesto, ambas volvieron y Tina me hizo el gesto de que todo estaba bien, pero sabía que no era así, sus ojos llorosos me lo dijeron.

Cuando por fin termino todo y él volvió a aparecer en el mapa, lo quise matar ahí mismo.

Una vez en la camioneta pude notar como movía sus pies de manera incómoda, así que le saqué los tacones y comencé a masajear sus pies.

Cuando pregunto si hablaríamos respire profundamente y conteste que más tarde. No quería que hablásemos aquí encerradas en este auto.

Llegamos al hotel y entramos al ascensor junto a Tina y Heidi, y una Chompu bastante enojada por algo el ambiente era tenso.

Charlotte estaba parada delante de mí, sobándose los brazos y me acerqué abrazándola para calentarla y ella se apoyó en mí, agradecí ese pequeño gesto porque significaba algo bueno, diferente a lo que mi mente manejaba.

Llegamos a la habitación que volvíamos a compartir, no quería sacarla de mi vista hasta saber qué había en esa caja.

Me quite el saco y arremangue las mangas de la camisa y me senté en el sillón, ella también se sentó a mi lado y tape sus piernas con el saco.

- Rompí la nota- es lo primero que dice y sonrió sin gracia alguna.

- No estoy celosa de él, aunque parezca todo lo contrario- le digo, porque es cierto no lo estoy, lo que estoy sintiendo en este momento es miedo, mucho miedo.

- Yo no lo quiero a él, lo de hoy me dio a entender algo, sabes- la miro y ella está viéndome ahí acurrucada.

- ¿El qué?- le pregunto.

- Que, puede que cuando lo haya visto, algo en mí se removió, pero eso no quiere decir que siga enamorada de él, sino que gracias a Tina y su historia, que no creo que ella haya entendido del todo bien lo que Heidi trataba de decirle, me di cuenta de que puedo decirte que te amo sin el miedo de haber dejado a alguien en el pasado, por eso actué como actué, porque muy dentro de mí estaba soltando el pasado y tú eres mi presente y quiero que seas mi futuro, confió en ti Engfa, con todo lo que tengo- escuchar eso me hace sentir como una basura, pero como dije antes, tengo miedo de perderla y sé que lo haré si le digo el verdadero motivo del porqué estoy aquí y prefiero demorar esos momentos agonizantes que sé que vendrán.

- Yo también te amo Char, perdón por todo- le digo, aunque ella no entienda el significado de ello.

- No lo sientas, perdón debería decirte yo, por aguantarme en todas las locuras- me dice y la tomo de la cintura sentándola en mi regazo.

- Puedes prometerme algo, por favor- le digo y ella asiente, peinando mi cabello.

- Cuando haya un momento en el que dudes de mí, quiero que recuerdes esto justo ahora, porque aquí contigo es donde soy yo misma, recuérdalo y recuérdanos- ella me mira extraña, pero asiente sonriendo.

Los días pasaron y mis nervios aumentaban por todo que se venía, Sarah dejo de molestar después de haber extraído información de los ejecutivos esos, que en realidad no tenían una mierda más que cuentas en paraísos fiscales y algún que otro hecho delictivo con respecto al lavado de dinero.

Ese tal Keane, era otro tema que me traía de los nervios, había ido al hotel cuando Charlotte no había aparecido en el lugar que él había escrito en el papelito, y da la casualidad de que toda la prensa australiana estaba ahí también, ahora todos los medios estaban hablando de una posible reconciliación entre ambos.

Tenía a mi mamá llorando en el teléfono a las siete de la mañana, exigiendo saber por qué había dejado ir a Charlotte, tuve que dejarla hablar con la misma Charlotte porque a mí no me creía que solo era un rumor.

Cuando llego el día de volver a Tailandia, estaba con los nervios de punta a no dar más, serían las once de la noche cuando llegáramos, así que me quedaría con Charlotte.

Le dije al resto que tenían la semana libre, pude notar que no les gusto mucho, pero me daba igual, justo ahora todos eran potentes traidores.

Una vez en la casa de Charlotte, revisé todo muy bien y de lo cansada que estaba Charlotte se durmió enseguida y yo la seguí.

Hasta que sentí un estruendo bastante grande debajo en la cocina, medio dormida fui a cerciorarme de que todo estaba en orden y pude ver a la coneja de Charlotte con su comida desparramada en todas partes y ella a un lado.

- Mira lo que hiciste Phalo- le digo.

Le acaricio la cabeza y voy a fijarme en todas las puertas y ventanas y todo está en orden.

Una vez que vuelvo a la cocina, Phalo esta parada en el mismo lugar, la llamo hacia el living, que es donde está su cama cuando no duerme con Charlotte, por lo que ella me dijo y ahí es cuando siento un golpe realmente fuerte detrás de mi cabeza, no me noquea, pero sí me deja bastante mareada.

Reviso mi mano y tiene sangre, cuando me doy la vuelta para ver quien es, otro golpe viene y todo se vuelve negro, lo último que escucho son las pisadas de Phalo.



Todos los derechos de la historia original reservados a su autor(a) historyou23

GUARDIAN- ENGLOTWhere stories live. Discover now