✿⁠ D i e c i o c h o ✿⁠

48 20 9
                                    

DE FAMILIA Y CIERTAS CONTRAPARTES

Para cuando volvimos a la uni, nos encontramos con un tumulto tremendo de personas en la calle que dividía el edificio con la residencia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Para cuando volvimos a la uni, nos encontramos con un tumulto tremendo de personas en la calle que dividía el edificio con la residencia. Charlie nos abrió paso entre la gente amenazando a los gritos a cualquiera que se interpusiera en nuestro camino. De otra manera, dudo mucho que hubiéramos podido dar medio paso. Para sorpresa de nadie, habían más o menos cinco autos de policía estacionados en toda la cuadra, una docena de oficiales interrogando a los alumnos y quizás unos diez más inspeccionando la residencia.

—¿Dónde queda la casa de Aaron? —le pregunté a Charlie cuando nos íbamos alejando lentamente de la uni. —Y ¿Max y Zeva ya están ahí?

—No sé, no llamé a Aaron todavía. —dijo Charlie y sacó su teléfono de su bolsillo. Lo desbloqueó rápidamente y se puso a marcar un número a toda velocidad.

—La casa queda en Spring's Street. —explicó Lia al ver que Charlie no tenía ánimos de entablar una conversación conmigo. —Está a unos veinte minutos en auto, pero no creo que tardemos mucho tiempo a pie.

—Podemos pedir un taxi. —propuse.

—No creo que alguno se detenga. —murmuró Lia. —Vayamos nomás a pie, tardaremos más en conseguir en taxi que en ir a la casa.

—Pero... —arrugué las cejas. —Solo tenemos que pedirlo y ya.

—Lawrence. —exhortó Charlie con los dientes apretados. Apartó el teléfono de su rostro por unos segundos.—Camina.

Abrí la boca para replicar, pero mis ojos se encontraron con el rostro suplicante de Lia. Con suspiro de resignación, las seguí.

✿⁠ ✿⁠ ✿

La casa estaba mucho más apartada de lo que Lia me había dicho. De hecho, tardamos casi una hora.

Aunque estaba clarísimo que, tanto como a mí y a Lia nos dolían los pies de tanto vagar por Spring's Street, Charlie ignoraba magistralmente un dolor al andar en los zapatos altos que traía puestos y el sol abrasador del mediodía que nos achicharraba la cabeza. Lia, que siempre llevaba una sudadera larga para proteger su piel del sol, sudaba horriblemente y la pobre no podía sacársela.

Supongo que el resentimiento sin sentido que me tenía Charlie y el hecho de que quizás hubiera sido más coherente ir en taxi, la impedían quejarse del calor horrible o de sus tremendos zapatos. Yo simplemente iba a su lado, ya que se había puesto estratégicamente en medio de Lia y de mí.

La muy desgraciada.

No podía verla y cuando me asomaba para mirarla de reojo, los ojos furiosos de Charlie me mandaban a volar.

Quizás no me tenía rabia a mí, quizás solo estaba nerviosa por lo que había sucedido. Por el comportamiento de la oficial que había interrogado a Lia. Porque ya era demasiado evidente que había un puto asesino en Jacksonville.

Historia de un Escritor Fracasado [EN PROCESO]Where stories live. Discover now