21

50.4K 2.5K 452
                                    

Akira.

Me despierto y está todo oscuro, a penas abro los ojos recuerdo todo lo que pasó anoche con Damon...

Dios.

Hace mucho, mucho tiempo que no despertaba de tan buen humor.

Damon no está a mi lado. Debe estar trabajando. O quizá se fue a dormir a otra habitación.

Mi celular suena, y antes de atenderlo me pongo ropa interior.

Me siento en la cama y agarro el celular que me ha pasado. Tengo el número de Fátima, quien no pudo venir, y Edgar.

No sé cómo el señor que se hace llamar mi padre tiene mi número. Me ha escrito. Y preguntó por Oliver...

No sé que clase de broma es esta. Pero es cruel.

¿Acaso no recibió mis mensajes hace años?

Estoy a punto de escribirle un testamento cuando la puerta se abre de un golpe fuerte. Y tres hombres armados pasan.

¿Qué está pasando?

—¿Q-que paso?—pregunto asustada.

—Agárrenla, el jefe la quiere en el patio.—ordena uno ignorando mi pregunta.

—¿Qué mierda?—Forcejeo cuando los dos sujetos me agarra.—¡DAMON!

Grito esperando de su ayuda. Repito su nombre una y otra vez. Esperando que aparezca.

Pero no lo hace. Me sacan con solo ropa interior. El frío me hace temblar, el miedo también.

Sigo pataleando.

Se suponía que estaría protegida. Se suponía que Damon no dejaría que me dañaran...

El miedo me congela.

Me tiran al suelo como un saco de papas, caigo en la tierra, y al levantar la vista veo a Damon.

Me paro rápidamente y corro hasta él, pero antes de que pueda llegar a abrazarlo, me vuelven a tomar unos hombres.

—¿Qué?—Digo y miro a Damon.—¿Qué está pasando?—Pregunto al borde de las lágrimas.

—Me traicionaste.—dice con rencor.

—¿Qué? No, yo no he hecho nada te lo juro solamente he...

—¿Te creías que no sabría que eres una perra de los rusos?—dice con una sonrisa burlona— Fuiste muy estúpida al creer que podrías jugar conmigo y salir con vida.

—Damon, no sé dé que me hablas, te lo juro.—Hablo esperando que me crea.

—Te daré una oportunidad.—su mirada recorre mi cuerpo semi desnudo, veo un poco de sorpresa ante mis tatuajes.—¿Oliver? ¿Es el perro ruso con el que vendes mi información?—Pregunta secamente—¿Te folla mejor que yo?

Su tono de burla no pasa desapercibido.

—Cállate...—Digo en un sollozo.—No sabes de lo que estás hablando.

— Te daré una oportunidad. Vas a correr... si te llego a ver, te mato... si logras sobrevivir esquivando las balas y escondiéndote te dejaré ir, pero si no... ya sabes lo que pasará.

—Te lo puedo explicar... yo no tengo nada que ver.

—Corre.

—Pero...

—Uno...

Empieza a contar.

Mierda.

—Dos...

Mis piernas se empiezan a mover, para cuando llegue a quince, estaré acabada. Tiene un gran equipo armado atrás. Si no soy lo suficientemente rápida, moriré...

Pienso en Oliver. En mi madre, en todo lo que esta vida me ha quitado. Es injusto, pero no puedo hacer nada. Voy a morir...

—¡FUEGO!—su grito me hace perder toda la esperanza de poder sobrevivir.

Damon

—¡FUEGO!—Grito lleno de odio.

Mis hombres empiezan a disparar.

Jamás me esperé que me traicionara. Y me duele, me duele que ella me haya traicionado, me duele porque ella llegó a ser tan importante para mí como respirar, yo confíe en ella. Y eso duele.

Veo como ella esquiva las balas.

Una parte de mí desea que ella sea lo suficientemente rápida.

Mi celular empieza a sonar.

Me obligo a apartar la vista para contestar.

—¿Si?

—Señor...—Contesta Uriel agitado.

—¿Qué pasó Uriel?

—Encontramos al traidor y las pruebas concretas.

—Lo sé, ya me estoy encargando de ella. No hacen falta más pruebas —Hablo mientras la veo correr, veo como una bala le logra dar en el hombro, haciéndola tropezar...

Luego otra bala impacta en ella y mi corazón se aprieta.

Cierro los ojos y me concentro en la voz de Uriel.

—No, señor. Hubo una confusión... El traidor es alguien muy cercano a usted, pero no es ella...—Suspira—Es Edgar, lo encontramos... ahora le enviaré las fotos de él con los rusos.

Mi corazón cae a mis pies y las náuseas se presentan.

—No, no, joder.—Suelto el celular y me acerco a mis hombres.—¡PAREN FUEGO!

Ninguno me escucha.

Joder.

La miro y ella está en el suelo.

Mierda.

¿Qué he hecho?

—¡PAREN, JODER PAREN!—llamo la atención de los chicos y se detienen— ¡ABAJO ARMAS!

Dicho eso salgo corriendo hasta donde está...

¿Cómo pude ser tan estúpido?

Mierda.

Todo era falso.

Testimonio falso.

De un tipo que Edgar supuestamente atrapó y torturó... Y luego confesó.

Una maldita farsa.

Llego rápido hasta donde ella está.

Ella...

Está en el suelo.
Tiene sangre.

Mucha sangre.

No...

—Kira...—Me tiro al suelo.—Mi niña, despierta.

No se mueve.

No...

No.

Joder.

—Vamos cariño... estarás bien.—hablo, pero no hay respuesta de su parte.

No se mueve...

No respira...

—¡TRAIGAN A FIERRO!

—Vamos hermosa... resiste.—toco una de sus heridas de balas—Lo siento tanto.

Nota: y aquí esta;(

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora