54

23.1K 1.2K 13
                                    

Akira.

—¿Estás bien?

Dios estoy cansada de esa pregunta. Agradezco que se preocupe o finja hacerlo pero me cansa. De verdad.

—Sí.—Contesto incómoda.

Me siento fuera de lugar.

—¿Necesitas algo?—Pregunta.

—Necesito ir a mi casa. Tengo que sacar unas cosas...—Le digo y luego doy la dirección.

Tengo que ser rápida.

—Te puedo comprar lo que desees. No es necesario.—Saca su billetera.

—Son cosas de Oliver.—Comento y veo como su mano se detiene.

Se queda congelado.

—¿Podemos hablar de eso?—Habla con suavidad. Bueno. Con tanta suavidad que pueda hablar un hombre de este mundo.

—Algún día. Ahora no puedo.—Explico y él asiente.

Todavía todo se siente raro.

Aún guardo rencor. Pero me está ayudando.

¿Significa algo?

¿O simplemente lo hace por lástima?

—¿Es verdad?—Pregunta.—¿Abortarás?

—Sí.—Miento.

Nunca hay que confiar mucho en alguien. A veces es bueno tener la clase de secretos que solo uno sabe. Y así se quedará.

—Sé que esto no cambiara nada...—Cambia de tema.

Lo agradezco. El embarazo no es algo de lo que quiero hablar.

—Pero realmente lamento haberte abandonado con tu hermano. Estaban solos... Desprotegidos.—Continúa—Lamento todo lo que ha pasado. Juro que de haber podido jamás me hubiese ido.

Abro la boca para hablar pero me detiene.

—Déjame explicarte.—Asiento y continúa—Estaba metido con gente mala. Muy mala. Que era capaz de matar a mujeres embarazadas imagínate lo que le hubiesen hecho a ustedes... Tuve que sacrificar todo lo que me importaba para llegar hasta donde estoy. Estuve mucho tiempo escondido. Es cierto. Tuve una nueva familia. Pero me abandonaron en cuanto encontraron como obtener más dinero. Y se fueron...

No digo nada solamente escucho sin interrumpir.

—Todo ese tiempo que no estuve con ustedes. Estaba trabajando. Para tener algo que ofrecerles. Algo más que una pocilga, pero...

—Te olvidaste de nosotros en el proceso.—Añado con amargura.

—No. Jamás. Cuando pude tener lo que quería empecé a tener problemas con los italianos. Se formó una guerra. Una maldita guerra dónde estaba involucrado Damon. Temía que si iba a ustedes él les hiciera algo.—Explica.

—¿Alguna vez leíste los mensajes que te mandé?

Él niega.

—No. Por un tiempo tuve que estar prácticamente incomunicado. Solo ocupaba radio transmisores que eran más difíciles de rastrear.—Baja la mirada.—Si hubiera sabido que Oliver estaba tan mal... Habría quemado el mundo para salvarlo.

—¿En todo ese tiempo nunca pensaste si teníamos para comer siquiera?—Inquirí.—Gracias a dios fueron pocos los días que nos quedamos sin comida.—Suspiro entrecortadamente.—Con la pensión que dabas no fue suficiente. Entre el alquiler, la escuela. Los útiles... No nos alcanzaba.

Una vez mi hermano estaba llorando. No sabía de qué era. Y él tampoco...

Cuando lo lleve al hospital me dijeron que era de fatiga...

Aún duele acordarse de eso. Pero gracias a eso salí adelante. Trabaje.

Cuide de él.

—Pensé que había alguien de la familia de su madre cuidando de ambos.

Me río.

—Esa gente ni siquiera nos conoce.—Niego.—Pero ya no importa. Nada devolverá el tiempo. Nada me lo traerá de vuelta.

El auto se detiene.

Miro por la ventana y veo que llegamos.

—Vuelvo enseguida.—Abro la puerta del auto.

—Te acompaño.—Dice Alan.

No protesto.

No saco nada con eso.

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora