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Damon.

Jamás en mi video he conducido tan rápido como ahora.

Joder.

Tiene que revisarla Lincon.

Tiene que...

¿Salvarla?

Joder.

Esta mujer pasa en peligro. Temo un día cerrar los ojos y no volver a verla más

La puse en el asiento delantero conmigo. Para poder observarla mejor. Tire el asiento para atrás. Para que así quede recostada y más cómoda.

Estoy afuera de la casa de Alan. Bueno. Es de Akira técnicamente.

Joder.

No hay tiempo para hablarlo a qué me abra. Por eso toco la bocina.

Tocó hasta que el puto Porto. Eléctrico se abre. Estuve a punto de echar atrás el auto para agarrar vuelo y derribar el portón.

Lincon está acá. De acá iban a salir hasta el paradero. Pero los idiotas nunca aparecieron...

Primero sale Alan de la casa. Cuando me ve bajando a Akira corre hacia nosotros.

—¿Qué...? ¿Tan temprano fuiste?

—Les envié mensaje. A ambos les dije la hora. Y que me siguieron. Nunca aparecieron par de idiotas.—Gruño.—Necesita ayuda...

—Joder.—Alan se pasa la mano por el cabello.—Vamos. Lincon la verá.

Asiento y lo sigo con Akira en brazos.

(...)

Alan le consiguió todo lo que Lincon necesitaba para revisarla en cuestión de minutos.

No ha salido.

Y no quiero entrar.

No puedo entrar y verla así. No nuevamente...

Tengo miedo con lo que me puedo encontrar.

La puerta se abre.

Y aparece Lincon.

—Gracias a dios son heridas superficiales. No hay ningún hueso roto. Solo hematomas y cara hinchada. Se le pasará en unas semanas.—Dice sacándose los guantes, aliviado.—Por suerte. No tiene signos de abuso sexual. Ni rastro de que alguien la agredió sexualmente.

Siento como si volviera a respirar.

—Solamente le hará falta suero mientras duerme. Luego de que se despierte hay que darle mucha agua para que se hidrate.—Suspira cansado.—Puedes pasar a verla. Pero no intentes despertarla. Necesita descansar.

—Está bien. Encárgate del suero. Es mejor que sobre a que falte.—Le ordeno.

—Damon.—Susurra—¿De verdad lo harás?

Se refiere al matrimonio.

Joder.

De tan solo acordarme de eso me duele la cabeza.

—No quiero ni pensar en eso ahora.—Suspiro agotado.

—¿Sabes? Puede ser una nueva oportunidad. Digo. Nunca se sabe, con el pasar el tiempo te puedes enamorar...

—Nunca.—Niego.—Si algo sentiré por esa mujer es odio. Por lo que le hizo a Akira. Y por lo que me obligará a hacer a mí.

—Nunca digas nunca.—Se encoge de hombros.

—Esa mujer, es la encargada de que Akira esté así. ¿Y tú quiere que me enamore de ella? Estás loco.—Digo incrédulo.

—Damon, ella te podría hacer cambiar...

—Jódete.—Lo dejo hablando solo y paso a la habitación.

¿De verdad cree que sería capaz de enamorarme de otra persona?

Está mal de la cabeza.

Mi corazón le pertenece a una sola persona.

Camino hacia ella.

Joder. ¿Cuántas veces me ha tocado verla en una camilla?

Empiezo a creer que esta mujer es inmortal. Si yo hubiese pasado por lo que ella ha pasado estaría muerto.

—Te prometí que te dejaría ir. Lo hice. Pero joder. No sabes lo duro que ha sido este tiempo sin ti.—Tomo su mano cuidadosamente.—Te metiste bajo mi piel en cuestión de segundos. Y desde ahí no te pude sacar de mi sistema.—Susurro.—¿Cómo lo hiciste?

(...)

Lincon llegó con Nilo en brazos.

—Pensé que te gustaría pasar tiempo con él.—Me dice mientras me lo pasa.

—Gracias.—Respondo.

Recibo al niño en mis brazos. El pequeño está dormido y verlo así me da tanta tranquilidad.

Por fin todo lo que quiero está en esta habitación...

Akira, mi hijo...

Y aunque me fastidie a menudo, Lincon.

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora