38

29.2K 1.7K 57
                                    

Damon.

Los vieron. Me informaron al instante donde estaban. Joder. Ni lo dude en venir altiro.

Akira está despierta. De pie...

Ella está bien.

Joder.

Siento como se me va un gran peso de encima.

Está tensa. Con un arma en la mano.

Dios...

Se ve jodidamente bien con un arma. Aunque se ve un poco insegura sosteniendo la pistola. Seguramente nunca ha tomado una antes.

—Akira.—Hablo fríamente.—Suelta el Arma.

Ella fija su mirada en la mía. Y solo veo odio. Desagrado.

—Damon. Déjala ir. Es inocente no merece lo que le haces. Ella no es mi hija.—habla el idiota que se atrevió a llevársela.

—Tú cállate.—Apunto mi arma hacia él.—Tenemos mucho que resolver nosotros.

Me acerco lentamente a él. Le saco el seguro al arma.

Lo haré pagar...

—¡No!—Grita Akira y se interpone entre nosotros.

Está en medio. Bajo inmediatamente la pistola. Jamás me atrevería a levantar armas contra ella... Nunca más.

—Akira. Vete al auto. Tú y yo arreglaremos nuestras cosas más tarde. En casa.

—Déjalo ir. Déjanos ir. No haremos nada en tu contra. Por favor... No soy Yuri. Soy Akira. No me merezco esto.—Dice bajando la mirada.

—No vuelvas a decir su nombre.—La tomo de la barbilla. Haciendo que sus ojos vuelvan a los míos.—Estoy consciente de que no eres ella. Pero...

—Suéltala.—Fierro levanta su arma hacia mí.—Suéltala o te mato ahora mismo.

Lo ignoro y la atraigo hacia mí. Ella se resiste. Pero no dejo de usar mi fuerza hasta que está contra mi pecho.

—Suéltame...—Dice.—Déjame ir.

—Eres mía.—pongo mi cara entre su cuello e inhalo su aroma.—Eres mía Akira. Nadie cambiará eso.

Mía.

Solo mía...

Si la dejo ir. Ya no lo será. No puedo permitir que otro la toque.

—No lo soy. No me conoces. No soy ella. Por más que me parezca. No lo soy...—Dice con voz suplicante mientras sigue forcejeando.—Esto no es sano. Estás obsesionado.

Esta mujer me gusta.

No solo por el parecido. Es ella.

Se mueve rápido. Me hace soltarla porque me ha golpeado…

Joder.

Su rodilla la llevo a mi polla.
Maldita sea.

Ella corre hasta donde está Fierro.

Saco mi arma y disparo.

El sonido del arma la hace detenerse.

No le dispare a ella. Nunca lo haría nuevamente. Solamente lo usé como una distracción para que se detenga.

Tire una bala al aire.

—Akira. Ven ahora mismo.

No dice nada no responde. Intento acortar la distancia nuevamente pero su voz me detiene.

—Se te olvida quien soy...—Susurra.

—¿Qué?—Inquiero confundido.

Se da vuelta y me mira. Su expresión se vuelve seria como cuando me hacía su sumiso.

—Soy yo quien manda. Tú me obedeces A mí. No al revés.—Levanta su arma hacia mí.—Me vas a dejar ir. O el perjudicado serás tú.—Dice con voz dura.

Su mirada se ha vuelto totalmente fría. No hay sentimientos. No la puedo leer. Es como una hoja en blanco.

—No estamos en la cama, muñeca. No me mandes aquí.—gruño enojado. Me hace ver vulnerable. Por alguna razon me molesta que intente mandarme. Pero a la vez me gusta.

—¿Acaso te he dado permiso para hablar?—Sonríe fríamente.

Me callo.

Mierda.

Maldita mujer olvidé el efecto que tiene en mí.

No me importa que me apunte con un arma. Me acerco igual a ella. No creo que me dispare. Y si lo hace no me importa. Camino decidido hasta que siento algo frío en mi nuca.

—Ni se te ocurra acercarte a mi hija—Habla una jodida voz conocida.—Un paso más y te vuelo la cabeza. Estás en territorio enemigo. No me harán nada si te mato ahora mismo.

Me detengo.

Maldita sea.

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora