Semana 3 pt.II

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Chiara no era una persona de enfadarse, era incapaz de estar enfadada más de diez minutos con alguien pero aquella tarde estaba enfadada.

Su pase del jueves no tuvo muy buenos comentarios por parte de los profesores, sentía que la coreo, la interpretación y la voces aún no estaban bien empastadas y que necesitaban ensayar mucho más. Odiaba ir a plató con inseguridad porque luego allí siempre se cambiaban cosas y tenía que adaptarse de nuevo así tenía que llegar al ensayo general con todo bien asentado pero era difícil cuando tu compi no ensayaba contigo.

Sabía que Violeta tenía la regla y que estaba mal por eso no había dicho nada cuando la pelirroja se echó un rato la siesta. Cuando llegó la hora de la merienda Violeta ya estaba mucho mejor, de hecho ella y el resto se montaron una fiesta de la que Martin, ella y Ruslana no fueron participes porque no les apetecía.

Ver a Violeta haciendo el tonto con sus compañeros y sin ninguna intención de moverse a ensayar le enfado. Ella adoraba esos momentos con sus compis pero Noe ya les había dado un toque de atención a todos con el tema del trabajo y su tema no es que estuviese perfecto. Pero lo que más le dolía realmente era que la chica le había prometido que ensayarían más tarde y no había sido así. Eso y, que sentía que la semana llegaba a su fin y cuando más conectadas estaban y más disfrutaba Chiara era en esos momentos de ensayo y veía como el tiempo se les agotaba.

Eran pocas las veces que la menorquina sentía que había conseguido poner nerviosa, en el buen sentido, a Violeta pero estas semanas con las clases de interpretación y el baile habían tenido varios momentos donde Chiara realmente sentía que los sentimientos de Violeta eran recíprocos, por más que la chica se lo hubiese confesado.

En definitiva, vivía por esos momentos de ensayo y Violeta le había dejado plantada ensayando sola. Se encerró en el box y se puso a probar cosas con el piano. La verdad que salió mucho más de lo que esperaba. Una letra que se parecía demasiado a la situación que estaba viviendo pero que le gustaba. Miraba de reojo como su compañera de canción se entrenía con Salma y Denna en la sala de ensayo y Violeta debió sentir su mirada porque al poco se acercó.

-¿Quieres que hagamos la canción un par de veces? ¿o estas ocupada?- preguntó la chica con bastante suavidad ya que había notada el mal humor de Chiara.

-No, esto lo puedo dejar para luego.

-Vale, terminan Salma y Denna y vamos nosotras.

No es que su enfado hubiera desaparecido por completo pero si que se había ablandado bastante al ser Violeta que había iniciado el acercamiento.

Había repetido la canción muchísimas veces pero había algo diferente en ese pase. Violeta le tocaba mucho, mucho más de lo que era habitual y en sitios en los que no estaba marcado. Bloody hell (hostia puta) pensó Chiara cuando la mano de la pelirroja recorrió parte de su pecho, two can play that game (si tú juegas, yo también) volvió a pensar Chiara. Elevó un poco el tono de la interpretación, jugando más con el pelo de la chica, agarrando con más fuerza, prolongando los toques... Buscaba provocar a Violeta todo lo que pudiese, volver completamente loca a la chica.

Violeta estaba acostumbrada al calor pero aquello era insoportable. Chiara estaba completamente desatada. Quizás se lo había buscado, porque a decir verdad, era ella quien había empezado aquel juego pero no se esperaba que la menorquina fuera a reaccionar así. Que Chiara era sexy lo sabía, que era capaz de provocarle y calentarle también lo sabía pero nunca habían llegado a este extremo. La de Granada se sentía al límite de sus fuerzas. Por suerte para ella las luces de la academia se fueron apagando y cuando terminó la canción decidieron dar por finalizada la noche de ensayos.

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