Semana 9 pt.II

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A Violeta le tocó madrugar para ir a Madrid a firmar, pero estaba tan feliz que casi ni le importaba. En el AVE pudo dormir un poco hasta llegar a la capital, pero a medida que se iban acercando los nervios aumenta y dormir ya era imposible.

Sus padre le abrazaron muy fuerte en cuanto llegó a ellos, sumó a su hermana al abrazo y sintió el mayor nivel de paz que había sentido en muchísimo tiempo. Aún así no pudo evitar acordarse de Chiara y en como le estaría yendo a la chica o en si ya habría visto a su familia también.

Las firmas en Madrid fueron muy bien, a Violeta aún le alucinaba que tanta gente le queriese de esa manera. Cada diez minutos miraba a sus compis confirmando que no era la única que estaba flipando con todo.

En Barcelona Chiara estaba viviendo lo mismo. Miles de personas totalmente volcadas con ella, dádonle ánimo y cariño. Fueron cinco intesas horas hasta que la firma terminó y pudó reunirse con su familia.

Chiara miraba las decenas de pulseras que llevaba en los brazos y maldecía haber optado por una falda que no tenía bolsillos por lo que no había podido guardarse nada de lo que los fans le regalaron. Muchas de las pulseras que llevaba ni siquiera eran para ella, los nombres de sus compañeros como Rus o Paul se podían leer en las cuentas pero, si alguno se repetía especialemente era Violeta. Se guardó para ella una de las que más le gustaba, ponía Vio y a cada lado un corazón.

En el tren de vuelta Violeta se removía un poco incómoda por todas las cosas que llevaba en el bolsillo interno de su chaqueta y los bolsillos de sus pantalones cargo, cortesía de Chiara. Tenía guardadas muchísimas cosas, tanto para ella como para sus compañeros y su novia.

Aunque la menorquina estaba agotada, y algo nerviosa por el pase, tenía energía suficiente como para saltar sobre la pelirroja, que por suerte estuvo atenta y logró agarrarla sin caerse, en cuanto esta cruzó la puerta de la academia.

-No sabes la de cosas que me han dado para ti- le contaba Chiara a su novia.

-A mi también y había un montón de gente con tu sudadera de la estrella y con la mía morada, muy fuerte.

Durante la merienda hablaban animadamente sobre las firmas, los regalos que les habían dado, lo que la gente les había dicho, lo que habían hablado con sus familias...

-¿Sabes que nuestras familias hablan muchísimo? Me lo ha dicho mi madre- le dijo completamente sorprendida la menorquina.

-¡Ay si, me lo han dicho a mi también! Sobre todo mi hermana y la tuya, se han hecho amigas

-Que fuerte que se llevan tan bien nuestras familias

-Es muy bonito- habló Violeta un poco emocionada por la idea de que sus familias se llevasen tan bien y se apreciaran tanto.

Chiara apoyó su cabeza en el hombro de su novia y pusó su mano en la rodilla de esta para darle cariño cuando vió los ojos acuosos de la chica tras hablar de sus familias.

-Igual la siguiente Navidad la pasamos todos juntos- comentó la morena captando por completo la atención de la andaluza.

-¿Te imaginas? Ojalá- el timbre interrumpió su momento de ensoñación conjunta, tenían un pase de micros que hacer.

El pase fue bastante bien para lo cansados que estaban todos. Mientras Chiara cantaba Violeta le miraba con orgullo, admiración y amor. Recordó las palabras de su padre esa mañana en el poquito rato que estuvieron juntos antes de la firma.

-Lo de Kiki- ella sabía que no debí aexplicaciones a sus padres sobre su relación pero le salía del corazón hablar con ellos de la morena.

-Adoramos a Chiara, se ve a kilometros lo buena niña que es y te mira y trata con un amor...

In my feelingsWhere stories live. Discover now