7. Celos.

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Hi~ Hoy llegue más tempranito de lo usual a tirarles el capítulo, aprovechenlo porque no solo da confort sino que cuando entremos a prisión las cosas se pondrán un poco más densas por el desarrollo de la trama y por las propias luchas de Ash. Espero que les guste.

Siguiendo con las dedicatorias, hoy le toco a mi preciosa Eri-Jaeger, sé que te gustan las cosas más o menos suavecitas y reconfortantes, así que te pense caleta, gracias por tanto apoyo en las dinamicas, se te quiere muchisimo, mujer.

Siguiendo con las dedicatorias, hoy le toco a mi preciosa Eri-Jaeger, sé que te gustan las cosas más o menos suavecitas y reconfortantes, así que te pense caleta, gracias por tanto apoyo en las dinamicas, se te quiere muchisimo, mujer

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Eiji es muy bonito.

Sí.

Lleva un tiempo analizando, metabolizando y asimilando la idea para hoy finalmente concluir que es cierta.

Si bien, no es el tipo de belleza frívola como la suya, de esa que todos vanaglorian y utilizan como un pretexto para hacerle daño, esa misma que tienen las rosas que se secan sin espinas, esa que poseen los depredadores pero solo detrás de las jaulas, la de Eiji es contraria, es una belleza cotidiana, puede que a simple vista no impresione ser gran cosa puesto que se esconde tras un manto de peculiaridad compuesto por suéteres de abuelo, pajarracos feos, comida apestosa, modales corteses, una timidez ensayada, invalidación internalizada y una complacencia a terceros que la cubren como una crisálida.

Se precisa ser paciente para vislumbrar las primeras grietas, más, una vez aparecen resulta imposible negar semejante belleza, no es solo su personalidad encantadora que le derrite el corazón, es... todo.

Son sus ojos jodidamente amables que transmiten tantos sentimientos que lo ahogan cuando quiere sostenerle contacto visual, es abrumador, lo deja pasmado igual que si observara el Big Bang y quizás sean metáforas exageradas para un amigo, no obstante, lo remece la sinceridad del omega que acaba impregnada en cada una de sus facciones, le gustan las medialunas que se forman en sus ojeras si la sonrisa es de verdad, sus hoyuelos, su piel bronceada que impresiona dorada bajo el sol, sus cabellos esponjados de conejito regalón, sus pestañas largas y curvas, su nariz de botón y los labios que pasan estornudando su nombre.

«Ash-u», le dice.

¿Acaso no es adorable?

—¿Tengo algo en la cara? —Entonces Eiji lo arranca de los pensamientos, están sentados uno pegado al otro en las banquetas de la biblioteca pública, lo tiene cerca, demasiado cerca—. ¿Ash?

—Una basura. —Y asume que por eso se perdió en sus facciones, lo sorprendente de esto es que no le incomoda ni un poco dichosa cercanía, ¿por qué será?—. Tienes una basura en la cara.

—¡Ah! —Qué le crea y se limpie es tan bonito—. ¿Ya salió?

—No. —Ash se inclina—. Déjame ayudarte, acércate y cierra los ojos.

Eiji lo obedece sin siquiera dudarlo.

Es que existe algo innegablemente encantador en ese chico que apenas consigue cuidarse a sí mismo aunque es dos años mayor, tiene voz suave, es ingenuo, inocente, terco, cálido y es increíble en todas las labores domésticas, Eiji es su misma antítesis, es su opuesto, es el constante recordatorio de cada cosa que le arrebataron incluso siendo un niño y debería odiarlo por lo mismo, es un bebé, es incapaz de cuidarse y Yut-Lung tiene razón en cierta medida, debería ser una carga.

Taming the lynx [Omegacember 2023].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora