Una Victoria Cadmeana

Capítulo 39: Los Delacours

Descargo de responsabilidad: Nada es mío; todo es de J K Rowling.

Es probable que sean menos frecuentes que antes, pero aún presentes. El primero de Fleur en el nuevo arco.

Capítulo 39

Fleur giró el suave relicario plateado en sus manos, cepillándose el pulgar alrededor de la línea de la abertura. El adorno triangular de esquinas redondas fue su creación más fina y favorita.

Ella lo abrió, mirando el pequeño reflejo de su rostro, en el espejo de tres lados dentro. Tenía tres pulgadas a lo largo de cada borde y normalmente colgaba sobre su corazón en su delgada cadena de plata.

Harry tenía uno propio, para usar de la misma manera.

'Le lotus', respiró suavemente y esperó a que Harry sintiera que su propia copia se calentaba. Ella había elegido su segunda flor favorita como la palabra para activar el encanto. A Fleur le gustaban las rosas sobre todo, pero se encogió ante la idea de usar una flor tan cliché para algo como esto. Ya era bastante malo que se llamara Fleur, pero no se había dado cuenta de eso hasta que Harry se lo había señalado con risa.

La superficie del espejo se volvió negra, luego Harry la estaba mirando.

'Tienes tiempo para visitar?' ella preguntó, con suerte. Fleur lo había extrañado lo suficiente como para alegrarse de que no hubiera una Sala de Requisitos en Beauxbatons. También era una trampa, sus padres habían dejado de esperar a que ella les dijera en sus propios términos y comenzaron a presionarla sobre dónde pasaba todo su tiempo. Harry tendría que enfrentarse a la música.

'Por supuesto que sí,' sonrió. El espejo se movió, y ella vislumbró brevemente un imponente retrato en verde y plata y estantes de libros. Ella asumió que era parte de la biblioteca que nunca había encontrado para ella también.

'Argent' ella lo escuchó susurrar, luego él estaba parado frente a ella, cerrando su relicario y metiéndolo bajo sus túnicas.

'Te extrañé', murmuró, sintiendo que el rubor se arrastraba por los lados de su cara mientras se acercaba a él.

'Tuve que evitar la habitación durante unos días', confesó, luciendo ligeramente mortificado. Sus palabras le dieron vida a algo cálido dentro de ella, brillando desde su pecho.

Fleur intervino junto a él, envolviendo sus brazos alrededor de su pecho e inclinando su mejilla izquierda sobre su hombro derecho. Harry barrió sus brazos sobre los de ella alrededor de sus hombros sin dudarlo. Se había vuelto más alto durante el verano, lo suficientemente alto como para que ella se apoyara muy cómodamente si dejaba que sus pies se deslizaran hacia atrás en sus pocas pulgadas. Ahora tenían casi la misma altura.

'Cómo has estado?' él le preguntó, hablando por encima de su cabeza mientras la apretaba suavemente contra él.

'Aburrida, sola', sonrió un poco lamentablemente. 'Gabby ha crecido ahora', le dijo, 'pasa todo su tiempo arrojando fuego a las cosas solo porque puede.'

'Qué pasa con el romance misterioso de su hermana? Me arrojará fuego?' Se alejó de ella, y Fleur lo miró, su reposacabezas se fue.

'Gabrielle es una veela mucho más sensible que yo', le recordó, 'pero soy más fuerte. Le brindaría por intentarlo.' Ella extendió la mano y trazó el triángulo en su pómulo, él no se estremeció. Harry ya nunca se estremeció de ella. 'Además, eso arruinaría la historia, no?'

Harry se rió. 'Supongo que lo haría.' Le cogió los dedos y la tiró hacia él, besándola con los labios ansiosamente volteados. 'Me has traído de vuelta para enseñarme más francés?' Se burló.