Capítulo 5★

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LA DESCONOCIDA, NO TAN DESCONOCIDA

Cincinnati

Es domingo y voy, como todos los años, a casa de mi madre. Siempre nos reunimos para ir al cementerio a llevarle flores a mi abuela. Murió un día como hoy, 14 de diciembre.

La abuela solía cuidarme mucho. La extraño más de lo que pensé. Me pongo ropa junto con los zapatos y desayuno antes de marcar ruta hacia la casa de mi madre. Antes de llegar, compro flores color morado para mi abuela.

Cuando llego, saludo a mis familiares, amigos de mi abuela y veo a mis amigos de la infancia.

Me acerco un poco para saludarlos. Se sorprenden de mí, dicen que no parezco yo.

Mientras estoy hablando con mis amigos, se acerca una chica. -Hola, Cinci. Cuánto tiempo sin verte. -Me quedo sorprendido porque Cinci me llamaban cuando era niño. La saludo extrañado.

-¿No te acuerdas de mí? -pregunta, como si la hubiese visto ayer.

-¿Letticia? -decido soltar el nombre de golpe cuando percibo que ella no lo dirá.

-Sí, yo misma -vaya, parece que acerté.

-Qué hermoso te has puesto -agrega. Esbozo una sonrisa disimulada y le agradezco.

Recuerdo que ella siempre ha estado enamorada de mí.

Sigo saludando a las personas... Mis tías dicen que estoy más alto, mi madre me pregunta que si tengo hambre, y entre todo ese alboroto, decido ir hasta el auto. Conduzco rumbo al cementerio. Una vez ahí, saco las flores que compré y voy hacia la tumba. Están orando algunas personas que eran amigas y amigos de ella. Mi abuela era muy creyente.

Cuando termina la oración, camino hasta la lápida y me arrodillo. Coloco a un lado las flores y le digo unas palabras en susurro:

-Cuánto te extraño, vieja. En paz descansa. Me haces mucha falta.

Pasado un rato, me despido de mi familia y me voy. Llego a casa para preparar algo de cenar y descansar de ese largo viaje. Suena el móvil y me llega un mensaje:

-Hola. -Acompañado de una carita sonriendo.

Me parece extraño que me escriba alguien desconocido, ya que suelo agregar a las personas y no todo el mundo tiene este número. Le respondo el mensaje con un "Hola", y del otro lado recibo la respuesta casi inmediato.

-Me alegró verte hoy.

-¿Quién eres?

-Soy yo, Cinci.

Supe que era Letticia.

-¿Quién te dio mi número?

-Le dije a tu madre que me lo diera. ¿Te molesta?

-No, no te preocupes.

-¿Y qué tal de tu vida?

-Todo bien, de hecho.

-Me alegro, Cinci, que hayas estado bien.

Sin darme cuenta, llegan los recuerdos de mi infancia, como si alguien los hubiera despertado. Estaba en casa de mi abuela, y ella jugaba conmigo. Solíamos jugar cartas y apostar dulces. Mi abuela siempre nos preparaba el almuerzo. Ella estaba en la escuela conmigo, y en el recreo, ella siempre me protegía. Es mayor que yo y estaba enamorada de mí, pero nunca llamó mi atención. Ahora está un tanto diferente, quizás se cambio el color de pelo, no lo sé...

El sonido de otro mensaje me saca de mis pensamientos.

-¿Te fuiste?

-No no, estoy aquí, solo que estaba haciendo algo. ¿Y tú, qué tal tu vida?

-Todo bien, sabes, viviendo en la misma ciudad. ¡Ah, bonito auto tienes!

-Gracias.

-¿A qué te dedicas?

Leo el mensaje pero duro un par de minutos sin contestar.

-¿A lo mismo de tu padre?

-No, no. Tengo una mi propia marca de ropa y un pequeño bar. Me dedico a los negocios y eso.

-HMMM, ya veo.

Trato de evadir las interrogantes acerca del tema. -Hablamos luego, tengo que hacer algo. -dando la conversación por terminada.

Abro la laptop y entro, como de costumbre, a mi página web de Carta para verificar el catálogo de vestidos y los nuevos pedidos. Pasado un rato, cierro la página y agrego otra pestaña en el buscador para estudiar para un examen final que tengo en unos días.

LLama mi madre y al contestarle escucho su voz del otro lado de la línea. -Hijo, Letti estaba preguntando por ti, pero ya te habías ido. Le di tu número -dice sin apenas saludar.

-Sí, ya lo sé, ella me escribió.

Mi madre continúa. -Ella estaba preguntando si sigues viviendo en la ciudad. Tenía mucho tiempo que no te veía y, sabes, ella te miraba con ojos bonitos. No sé cómo tú y ella no están juntos, si ella toda la vida ha estado tras de ti.

-Qué graciosa, ma -digo entre risas. -Para la próxima, no le des el número a nadie sin mi consentimiento.

Cambio el tema y le digo -Ah, se me quedó mi reloj en tu casa, guárdamelo.

Hablamos durante los siguientes veinte minutos, sobre como me iba en la universidad, y como gestionaba la fábrica. Aunque no voy a visitarla tan a menudo, siempre trato de mantenerla al día con mis proyectos. Obviando ciertos detalles, claro. Hay cosas que es mejor guardárselas.

Termino de estudiar y lo único que quiero es descansar, así que apago todo y me voy a la cama. Justo cuando estoy a punto de conciliar el sueño, suena el móvil nuevamente. Al revisar la notificación, veo que Letticia le está dando Me gusta a todas mis fotos en las redes sociales y comenta bell'uomo en una de ellas, que es prácticamente una especie de cumplido en italiano, para expresar que un hombre es hermoso, o que es atractivo físicamente.

Mierda. No puede ser que esta tipa vaya tras de mí ahora.



Nota de Blue: ¡Feliz San Valentínnnnn! De Blue, para tí.

Hablemos de Letti... ¿Les cae bien?^^

Esto estará interesante. Lo mejor está por venir, se los prometo.

Ya saben que los quiero mucho y sobre todo...

Pásala bien, pásala azul.

DIPENDENZA. En ediciónWhere stories live. Discover now