Capítulo 17★

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AÑO NUEVO CON COJONE


Cincinnati

Era 27 de diciembre cuando Beretta estaba en mi casa informándome que teníamos una fiesta con los socios del negocio de la cocaína para celebrar año nuevo.

-Bueno, no se hable más. Ya sabes lo que tenemos que hacer. -me miró con cara de aprobación y asintió.

-Maneja por mí, vamos a Zyd. -Le dije.

Zyd es la marca de ropa que uso; la personalizan a mi medida y me permite llevar el chaleco antibalas sin que se note mucho. 

Cuando llegamos a la tienda, veo un traje negro que llama mi atención pero, al final terminé escogiendo otro traje negro bastante parecido. Después de tomarme la medida, Beretta se fue a la comisaría porque tenía unos asuntos pendientes. Y me dirijo donde mi peluquero, Jay.

-Ey, ¿cómo va todo? es raro verte por aquí. -Me recibió con un apretón de manos.

Lo tomé por sorpresa, ya que él siempre va donde quiera que esté a recortarme, pero esta vez decidí venir por mi cuenta. 

-Supongo que ya era hora de darte una visita ¿no crees? -repliqué. 

Después de darme el corte, fui a casa para descansar. 

A veces pienso en dejar los estudios porque en verdad no los necesito, pero es algo que me sirve para declarar mis ingresos. Cuando llega el 30 de diciembre, paso a recoger mi traje, y me lo pruebo para asegurarme de que esté a mi medida y que todo esté correcto.

-¿Estás preparado para mañana? -le pregunté a Beretta.

-Sí.

El 31 de diciembre, justo las 9:43  de la noche, le dejé un mensaje a Beretta para que venga a mi casa e irnos juntos. Él llega, deja su auto en mi garaje y nos vamos en la Cadillac Escalade.

Para llegar al lugar de la celebración, dejamos la camioneta en el muelle y nos subimos al yate privado de mi socio, Johnny.

Saludo a mis colegas, algunos están pasados de drogas y otros de alcohol.

Johnny nos guió por el yate hasta llegar a su habitación privada. Llegamos hasta una habitación llena de mujeres bailando, y me pasó un tabaco.

Me senté en uno de los sofás morados que había en la habitación y me quedo mirando a las mujeres semidesnudas que estaban bailando. Beretta se sentó a mi lado y me quedé mirando a las mujeres bailar hasta que se convirtieron en un punto fijo y se me vino a la mente La de Rojo. 

Kapo me pasa un trago de whisky y me lo termino rápido, le paso el vaso y me sirve otro trago.

Sin darme cuenta llevaba 3 vasos tomados 

-Kapo, ¿qué pasa? Tenías mucho que no tomabas así -soltó una carcajada.

-Shh -él notó que miraba un punto fijo y me dice: -Sí, ya sé, estás pensando en esa chica, ¿no es cierto?

-Shh -solté de nuevo. No me gusta que se metan en mis asuntos cuando se trata de ella. Y no me había acostumbrado a hablar de ella con él. En algún momento lo haría.

Cuando faltaban cuatro minutos para el año nuevo, escuché por la ventana a uno de los colegas decir en voz alta -¡Vengan, vengan todos!

Cuando observo más detalladamente están mis socios con armas en las manos y me llama uno de los traficantes para que me acerque. 

DIPENDENZA. En ediciónWhere stories live. Discover now