Capítulo 8★

33 4 6
                                    

MIRADA PROFUNDA, MIRADA PENETRANTE


Cincinnati

Me dirijo a la fábrica con la intriga de saber cómo llegó ese vestido a manos de La de Rojo. Mientras manejo, me llega la idea de amenazar a todos los empleados de Carta para que hablen y me expliquen cómo salió ese vestido. Sin embargo, me surge una mucho mejor. Al llegar a mi destino, reúno a todos los empleados de Carta.

-Todos están invitados a mi discoteca para celebrar el gran trabajo que han hecho. Brindaremos por la nueva y última colección de este año. El viernes a las 9:00 p.m. los espero en Sole -anuncio.

Todos parecen contentos con la noticia, y me dispongo a salir del lugar. En el auto, llamo a Beretta y le cuento el plan que tengo para descubrir cómo salió el vestido.

-A las 8:00 p.m. estoy allá. -Me asegura colgando la llamada.

Conduzco hasta la universidad, a pesar de que me dije a mi mismo que no vendría hoy. Pero necesito unos folletos para repasar un tema del examen. El profesor es un idiota. Deja todo para última hora. Hemos insistido en que el examen debía ser hoy miércoles, pero él ha dicho que el viernes es mejor, porque el 19 es un "buen número". Y para colmo agrega temas que ni él mismo los entiende. En fin, una vez que haga ese examen, se acabará la materia y no lo tendré que volver a ver.


***

La de Rojo

Estoy en la biblioteca leyendo un libro sobre Historia de la Moda. Tengo la mesa llena de apuntes y bocetos. Cada vez que leo algo que me trae inspiración o una frase que me llama la atención la anoto como si quisiera guardarla y recordarla todo el tiempo. También boceteo alguna que otra cosa, lo que sea que tenga en mente.

En frente de mi hay un chico observándome hace rato, pero paso de él y me concentro en el libro.
Pasado unos minutos vuelvo a mirarlo pero esta vez detenidamente.
Trae puesto una camiseta negra, y unos pantalones color oscuro. Lleva el pelo desordenado, apuntando hacia todas las direcciones.
Caigo en cuenta, es el mismo chico de ayer.

Asi que por eso me resultaba tan familiar... Pero, ni siquiera recuerdo haberlo visto antes en la biblioteca. ¿Este tipo me está siguiendo o qué?

En un pestañeo, percibo como se levanta de su asiento y camina en mi dirección. Arrastra la silla que está en frente de la mia sin hacer ni un mínimo ruido y se sienta a horcajadas.

Su mirada profunda de ojos verdes se encuentra con la mia. Yo en cambio le dediqué una amenazadora. Como si quisiese hacerle saber que si mete las narices donde no debe le clavo la punta del lápiz en la palma de la mano.

-¿Cómo estás? -fue lo que salió de su boca.

-Más que bien, ¿qué haces aquí? -contesté con desdén.

-Ey, ey. Tranquila, solo quiero charlar -se le formó una sonrisa en los labios.

-Ya. Entiendo. ¿Necesitas ayuda con algo? ¿En qué puedo ayudarte? -intenté sonar amable, aunque él no me daba buena espina por donde sea que lo viera.

-No me gusta este lugar, solo vine por esto. -Señaló los libros que había traído consigo. -Tengo un examen el viernes y, bueno, pienso estudiar un poco para no ir con la mente en blanco.

-Me parece bien -dije con desinterés.

Él intentó seguir la conversación y yo le presté atención como siempre hacía con absolutamente cualquier cosa.

DIPENDENZA. En ediciónWhere stories live. Discover now