Capítulo 12

40 5 0
                                    

Maléfica es lenta pero Regina esta segura de que solo lo hace para torturla, cierra los ojos unos segundos dejando escapar un suspiro, y pronto siente los labios de esa hermosa rubia de nuevo sobre los suyos, cuando se separan abre los ojos para mirarla y puede sentir las lágrimas empezando a caer por su cara. 

– ¿Qué pasa Gina?, no haré nada que tu no quieras, podemos parar. 

– No es eso –de pronto Regina se siente demasiado expuesta y usa sus brazos para taparse un poco–. es solo que todo es tan nuevo para mi que no se que debo hacer. 

– Oh, mi hermosa niña –Maléfica sonríe porque entiende lo que la menor está sintiendo–. primero que nada ya te dije que no haré nada que tu no quieras, segundo, no debes taparte ante mi, eres hermosa, perfecta… y tercero tu me dirás cuando detenerme. 

– ¿Y lo harás? 

– Lo haré sin importar que –dejo un pequeño beso en la frente de la menor–. tu me importas Gina. 

– También me importas mucho Mal. 

La rubia se sentia completamente perdida por Regina, volvió a besarla logrando que se le escapara un pequeño gemido, Maléfica sonrió mientras bajaba poco a poco por el cuerpo debajo suyo. 

Quería ser ella quien adorara y complaciera a la morena, quería ser ella quien la llevara a la locura una y otra vez. 

– Quiero enseñarte lo que es el amor, niña mía. 

Dejo un beso en sus muslos, con sus manos separó sus piernas para estar más cómoda y lo que vio hizo que sintiera una opresión en su pecho. 

– Gina… ¿cuándo hizo esto? –señaló una gran cicatriz que recorre parte del muslo derecho de la menor. 

– Lo hizo… la primera vez, estaba demasiado asustada y no supe que hacer… él uso una navaja para que abriera las piernas. 

– Oh Gina –dejo un beso en sus muslos, buscando de alguna forma reemplazar ese dolor, aunque no sabia si podría lograrlo–. prometo jamas lastimarte. 

– Lo sé, confío en ti. 

Maléfica lleva una de sus manos hacia el vientre de la menor haciendo pequeñas caricias, sube para dejar un beso ahí. Lo haría lento, casi como una tortura, tomándose todo el tiempo que quiera. 

– Relájate pequeña mía –subió por su cuerpo y una vez que estuvo frente a frente de nuevo deslizó sus dedos hacia su centro, haciendo una caricia tranquila y rítmica. 

– Mal. 

– Tranquila mi amor, solo respira –repartió varios besos por su cara mientras que llevaba sus dedos hacia la entrada de la morena sintiendo como se tensaba al instante–. soy yo linda, no te voy a lastimar, confía en mi. 

Regina asintió y empezó a relajarse poco a poco, sabía que la otra mujer no buscaba lastimarla, tomó aire profundamente en el momento en que Maléfica deslizó sus dedos dentro. 

– Oh mierda. 

– Solo disfruta mi amor –bajo su cabeza para besar el cuello de la menor, no quería dejar ninguna marca pero la haría disfrutar cuanto pudiera. 

Movió sus dedos dentro y fuera a un ritmo lento, llevaría a Regina hasta la locura. Luego de varios minutos saco sus dedos y se tiró a un lado de ella, puso sus manos en la cintura de Regina colocandola encima suyo. 

– Quiero que te muevas. 

– ¿Cómo debo… 

– Déjame mostrarte como –con sus manos en su cintura le indicó cómo debía moverse, deslizó el cuerpo de Regina de adelante hacia atrás marcándole el ritmo–. sigue asi mi amor. 

Mi enorme dragón..Where stories live. Discover now