Capítulo 28

33 6 0
                                    

La historia de la dragón y su Reina realmente lo había atrapado, jamás creyó que la historia de su madre fuera tan dura y fuerte. Claro que sabía que en el libro habían quitado muchas cosas pero lo más importante si estaba. 

Como la vez en que esa hermosa Reina escapo del castillo para pedirle a la dragón que le enseñará magia, o como cuando Regina la ayudó a recuperar su chispa, su fuego interior.

A partir de esta historia Henry descubrió que Regina si logró amar a alguien con todo su corazón, era una niña de 17 años la primera vez que le dijo que la amaba, solo 6 años mayor que él y ya estaba casada y cuidando de otra niña. 

Henry no se veía en 6 años casado y mucho menos cuidando de una niña, pero su madre lo hizo, cuido de Snow hasta que ella la culpo de la muerte de Leopold y le declaró la guerra. 

Y durante cinco años ella llevó adelante un reinado diferente al de Snow, pero con el apoyo de varios reinos más, entre ellos el páramo el reinado de Maléfica. 

Cuando Rumpelstiltskin le dijo que debía lanzar la maldición usando el corazón de la persona que más ama, ella le pidió a. Maléfica olvidarla, porque no quería perderla. 

Así que dentro de su anillo de casamiento estaban sus recuerdos juntas. Ese anillo que vio siempre en el cuello de su madre. 

– ¿Qué tienes ahí chico? –Emma se acercó a su hijo. 

– Son las hojas que le faltaban al libro. 

– ¿Dónde las conseguiste? 

– Las tenias Granny, supongo que Maléfica y Regina se las dieron.

– ¿Puedo… –señaló las hojas antes de que Henry se las diera, las reviso rápidamente antes de mirar a su hijo–.. ¿qué piensas ahora? 

– Debí escucharla cuando me quiso explicar. Ella se fue del pueblo. 

– Chico…

– Mi madre se fue y ahora no puedo pedirle perdón. 

– La vamos a encontrar. 

– ¿Puedes? 

– Chico, si tu quieres que busque a tu madre lo haré, se que aunque estabas enojado con ella la quieres. 

– Quiero pedirle perdón por todo lo que le dije. 

– Ven, te llevaré con alguien que conoce un poco más de su historia y tal vez pueda contarte un poco.

Los dos salieron del loft y fueron caminando hasta la cafetería, Granny recién estaba abriendo así que Emma los guió hasta la barra. 

– Buenos días Emma, Henry, ¿qué van a querer? 

– Dos chocolates calientes por favor Granny –una vez que la mujer mayor dejó las dos tazas frente a ellos, Emma decidió hablar de nuevo–. Granny, ¿puedo pedirte un favor? 

– ¿Qué pasa Emma? –la rubia se tomó unos segundos mientras se acomodaba mejor en el banco.

– ¿Tú… conociste a Regina? 

– Lo hice, cuide de Regina desde que era una niña. 

– ¿Y ella cómo era? –Henry se interesó por saber sobre su madre. 

– Tenaz, dura, muy valiente y una niña revoltosa, créeme lo siguió siendo mientras crecía. 

– ¿En serio? 

Mi enorme dragón..Where stories live. Discover now