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Pues me empeze a leer este manhwa y me encantó así incluire a algunos personajes a la historia.
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El momento llegó en la oscuridad del Inframundo, donde los susurros de las sombras se mezclaban con los lamentos de TN. El aire estaba cargado de tensión mientras TN, en medio de contracciones dolorosas, se aferraba a la mano de Anubis, quien la sostenía con firmeza.
TN: ¡Anubis, el dolor es abrumador! ¡No sé si podré soportarlo!
Anubis: Estoy aquí contigo, TN. Aguanta un poco más. Nuestro hijo está por llegar.
El Inframundo temblaba con los ecos de los gritos de TN, mientras la esencia de la vida y la muerte se fusionaba en un único momento divino. Las sombras danzaban alrededor, testigos silenciosos del nacimiento que ocurría en el reino de Anubis.
TN: ¡Ra, diosa del sol, te ruego que alivies mi sufrimiento! Que tu luz disipe las sombras de este dolor.
Anubis: TN, nuestro hijo nacerá en el Inframundo, en un reino donde la vida y la muerte convergen. Confía en el proceso.
El tiempo parecía eterno mientras TN se esforzaba en el parto. Las sombras se retorcían, reflejando la intensidad del momento. La desesperación de TN se entrelazaba con la esperanza de un nuevo ser destinado a caminar entre dos mundos.
TN: ¡Ra, por favor, haz que termine pronto! No sé cuánto más puedo soportar.
Anubis: Mi amor, eres fuerte. Nuestro hijo llegará pronto, y su luz iluminará nuestro reino.
Finalmente, en medio de los ecos de los gritos y las sombras danzantes, el llanto de un recién nacido rompió el silencio. Anubis sostuvo al pequeño en sus brazos, y la paz descendió sobre el Inframundo.
Anubis: Mira, TN, nuestro hijo ha llegado. La dualidad de nuestra unión se refleja en él.
TN: Aunque el dolor fue inmenso, ver a nuestro hijo me llena de amor y alegría.
El Inframundo, testigo de la unión divina entre la vida y la muerte, celebró el nacimiento del heredero de Anubis y TN. Aunque el sufrimiento fue intenso, la luz de la nueva vida iluminó incluso el reino más oscuro, demostrando que en la dualidad de su amor, la fuerza para superar cualquier desafío residía en la conexión única entre ellos.
Nota: TN es el dios de la flora y fauna desértica.
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TN, el dios de la luna, sintió las primeras contracciones mientras la luz plateada de su reino se tornaba más intensa. Envuelto en el resplandor lunar, dio a luz a su primer hijo, un ser celestial destinado a equilibrar el cosmos.
Mientras tanto, en los confines del desierto, Seth, el dios de la guerra, regresó victorioso de una encarnizada batalla. Entre las dunas doradas, encontró a TN sosteniendo al recién nacido. Sus ojos, aún cargados de la ferocidad del combate, se ablandaron al ver la fragilidad del pequeño dios.
Tn. La luz de la luna ha traído a nuestro hijo al mundo
murmuró TN, extendiendo al bebé hacia Seth.
Seth, con su corazón guerrero ahora latiendo con ternura, acunó al niño entre sus brazos fuertes.
Seth.Un guerrero nace en medio de la arena, guiado por la luz de la luna
dijo, sellando su destino con palabras impregnadas de amor.
Bajo el resplandor de las estrellas, la pareja divina, unida por la vida y la guerra, se dispuso a criar al niño que encarnaba la dualidad de su unión celestial.
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En las orillas del Nilo, TN, el dios del agua, se retorcía de dolor mientras Horus, su alfa divino, lo sostenía con preocupación. Las aguas se agitaban, reflejando la angustia de TN, quien estaba a punto de dar a luz al heredero de Egipto.
Entre gemidos, TN pronunció palabras de invocación, pidiendo la bendición de los dioses para el nacimiento. Horus, con ojos centelleantes, intentó calmar a su amado, jurando proteger a su descendencia.
Las deidades miraban desde lo alto, observando el drama divino desplegarse en el río sagrado. Los susurros del viento llevaban consigo el destino del nuevo heredero, cuyo nacimiento estaba envuelto en misterio y profecía.
Entre las contracciones del parto, TN recordó las antiguas profecías que preveían el papel crucial de su hijo en el equilibrio de poder en Egipto. Horus, con un amor inquebrantable, prometió enfrentar cualquier desafío para proteger a su familia y a la tierra que ambos amaban.
El Nilo, testigo silencioso de este evento celestial, llevaba consigo la promesa de un futuro divino.
Ya se que seth es el une en la historia original pero yo lo quería de alfa.
