(6) Guerra

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Ya había terminado el horario de rodaje; eran las 7 PM, y todos ya se estaban yendo. Agustín empezó a sacar un cigarro y encenderlo cuando ya estaba afuera. Ya no era necesario preguntar si iban a fumar; simplemente se sentaban a hacerlo y listo. Esta vez, Juani no se quedó con nosotros.

- ¿Y eso que no te quedas con nosotros? -Pregunta Agustín extrañado ya que Juani se estaba yendo y con una sonrisa de oreja a oreja.

- Es que.. tengo una cita -Dice Juani un poco nervioso.

- Uyyy -Dice Enzo para después todos copiarle.

Juani se puso rojo y reía.

- Ya déjenlo que después no nos va querer contar nada -Digo sin dejar de mirar a Juani que estaba nervioso.

- Dale anda, después nos cuentas como te va, eh. -Dice Matías, los chicos ríen y Juani se despide para irse a su cita con quién sabe quién.

Casi una hora después, todos se estaban yendo y despidiéndose. Yo me despedí de todos, menos de Matías, ya que él se iba conmigo. Así que ahí estábamos, los dos juntos caminando hacia mi casa y riendo. Matías estaba caminando muy pegado a mi, rodeando mi cintura con su brazo y acercándome más a él. Podía sentir el delicioso olor de su perfume, con un aroma muy característico impregnado en su ropa. Mientras caminábamos, miré hacia arriba un poco para verlo, y él me miró de vuelta. En eso, desvié la mirada, me había puesto nerviosa con ese contacto visual.

- ¿Te pusiste nerviosa, flaca?

Ya habían llegado a mi casa y intentaba abrir la puerta evitando la pregunta de Matías.

- Nena, mírame cuando te hablo y respóndeme -Matías me agarra de la mandíbula para que lo mire.

- No me puse nerviosa, que hablas. -Digo mintiendo claramente y este me suelta.

Abro la puerta y entramos a mi casa, Matías cierra y me sigue a la cocina.

- ¿No tienes algo para comer? -Pregunta Matías haciendo un puchero con sus labios.

Yo me río y lo miro a los ojos.

- Ya te preparo algo, pesado -Me doy la vuelta.

- Pesados mis huevos, tarada -Me revuelve el cabello despeinándome y riendo.

- Te odio Matías - Digo intentando acomodar mi cabello.

- Yo sé que me amas -Dice riendo.

Veo la cara de Matías al cual se le había ocurrido una idea, su rostro hablaba por sí solo.

- !¿Y SI HACEMOS PIZZA?! -Dice emocionado.

- Vé si queda harina, sino, cagaste.

Matías revisa dos de los cajones y en el tercero encontró, lleno de felicidad, me pasó la harina. No usaron todo el kilo; Matías me estaba ayudando. Cuando metimos la pizza al horno, empezamos a limpiar la cocina. En eso, Matías agarra un poco de harina en la palma de su mano y me la tira, dejándome la cabeza blanca.

- !Por la cresta Matías!

Agarro harina ahora yo y se la tiro. El chico, en forma de venganza, otra vez me lanza harina, y así sucesivamente hasta que quedaron blancos, llenos de harina y el piso igual. A Matías se le ocurrió sacarme una foto con mi propio celular y subirla a mi Instagram.

"Guerra de harina (Termina mal 😥)"

Se etiquetó a él mismo en la historia y la publicó.

Ninguno de los dos estaba blanco; se habían sacudido toda la harina de su ropa, pero aún así se iban a bañar. Por suerte, Matías trajo ropa para el siguiente día, pero nuevamente no tenía pijama, así que tenía que prestarle el de mi hermano. Los dos subimos a las habitaciones, Matías fue a la habitación de mi hermano a buscar el pijama, y yo dejé la puerta entreabierta de mi habitación sin darme cuenta. Me estaba sacando la ropa para irme a bañar, y Matías había entrado a la habitación sin que me diera cuenta, ya que le daba la espalda a la puerta y él estaba observándome apoyado en el marco de la puerta. Cuando ya estaba solo con ropa interior, sentí unos brazos abrazándome por detrás y besando mi nuca delicadamente. Era obvio que era Matías.

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