(20) Por qué lo amo tanto

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Estaba en mi casa después de la cena con Enzo, no sabía cómo me sentía pero por alguna extraña razón cuando me recosté en mi cama pensé en Matías. En cómo extrañaba que estuviera conmigo y en cómo me hacía sentir al estar cerca de mi, aunque sus palabras me hicieron sentir mal eso no quita que tenía razón, no éramos nada pero quería que lo fuéramos, no sabía si estaba pensando bien las cosas, no sabía si era lo correcto pero era lo que mi corazón pedía en ese momento. Miraba cada dos minutos mi teléfono y metiéndome a su chat para ver nuestra última conversación, quería hablarle pero ¿y si él no quería hacerlo? Finalmente con unos nervios le escribí.

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Matías 👻

¿Estás ocupado?-

-Para vos nunca, ¿pasó algo?

Perdón por reaccionar así hoy, solo no sé, me alteré-
¿Podemos arreglar las cosas?-

-Voy para tu casa

¿Ahora?-

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No me respondió el último mensaje pero supe que hablaba en serio cuando vi que el "en línea" ya no aparecía, estaba nerviosa ¿me viene a ver? ¿Estoy bien así? ¿Si me arreglo un poco? Quizás no le gusto como me veo.

Estresada veo que hacer mientras caminaba por toda la habitación así pasaron los minutos y escucho el timbre, había olvidad que Matías vivía cerca, el dolor en mi estómago empezó, mis manos empezaban a sudar y estaba completamente nerviosa ¿por qué me siento así? ¿Tanto lo extraño? Bajé a abrir la puerta y veo a Matías parado ahí, tenía unas ganas de besarlo y no soltarlo más, solo quería estar con él ¿estaba bien esto? ¿Lo que siento está bien?

-Made, no sabes cuanto te -No dejé que terminara sus palabras y me balanceé sobre él a besarlo, sus labios me recibieron al instante dándome a entender que él también esperaba este momento. Nos separamos por falta de aire y juntamos nuestras cabezas.

-¿Te quedas a dormir? -Le digo con una sonrisa en el rostro.

-La pregunta ofende -Dice Matías pasando.

Nos fuimos a mi habitación y Matías se sentó en mi cama y yo al lado de él para poder hablar.

-Perdón por dejarte de hablar así como así, sé que la cagué.

-No te preocupes, igual me sirvió para pensar -Dijo Matías para después mirar el piso.

-¿Pensar qué?

-Lo que quiero con vos. Made.

Yo no digo nada pero lo quedo mirando esperando que siga.

-Madeline, me gustas mucho, tanto que no sé qué hacer sin ti. Cuando no estás, me siento vacío; en cambio, cuando estás tú, me siento vivo, seguro y completo. No quiero que nuestra relación se quede así, Made. Quiero algo más que una amistad contigo, quiero algo serio, tenerte solo para mí y nadie más. Quiero poder expresarte mi celos sin sentirme culpable, poder verte sin necesidad de excusas. Quiero ser tu novio, Made. Quiero que estemos juntos.

Sus palabras me hicieron sentir aliviada, amo demasiado a Matías y en serio me encantaba estar con él. No sabía si lo podía hacer feliz pero intentarlo no sería una pérdida de tiempo.

Mi corazón se acelera, mis mejillas se enrojecen y mi sonrisa demuestra mi felicidad.

-¿Quieres que seamos novios y lo intentemos de una vez? -Me dice Matías agarrando mis manos.

-Si quiero Mati -Mis ojos se llenaron de lágrimas.

Matías se acercó a mi y me besó, ese beso lo sentía único.

Cuando nos separamos pude sentir una paz, tranquilidad que no sentía hace mucho tiempo, la tranquilidad que solo él me podía dar, la tranquilidad que me daban sus ojos cuando me miraba o sus labios cuando me besaba, esa tranquilidad volvió en mi, él volvió en mi.

Mati estaba con bóxer y yo en pijama acostados en la cama viendo una película aunque lo único que veíamos era al otro. No podía dejar de mirarlo y él tampoco lo hacía conmigo.

Esa noche fue una de las más felices, estar junto con él así, abrazados, y besándonos y lo mejor de todo. Siendo novios.

Siguiente día:

Había preparado el desayuno pero Matías aún no despertaba, pensaba esperarlo pero me estaba muriendo de hambre así que agarré la comida y dos bandejas. Le iba a llevar el desayuno a la cama.

Subí las escaleras con cuidado, abrí la puerta como pude y me acerqué a él dejando las bandejas en la cama, lo desperté y el sonrió mirándome. Se veía tan lindo.

-Levántate que traje el desayuno.

Matías se sentó en la cama y yo puse su bandeja encima de sus piernas, me senté a su lado y los dos empezamos a comer mientras hablábamos, me sentía bien hasta que los pensamientos inundaron mi cabeza. ¿Que hago con Enzo? ¿Que le digo? ¿Si se enoja conmigo? ¿Si no vuelve a hablarme?

Matías me sacó de esos pensamientos.

-Wacha ¿todo bien?

-Sí, tranquilo.

Me acerqué a él dándole un pequeño beso en la comisura de sus lindos labios y este sonrió para después seguir comiendo, me empezaba a contar anécdotas que le habían sucedido cuando no hablamos, me hacía reír con muchas de ellas, él sabía como hacerme reír cuando quería.

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Buenas noches gente, se me cuidan que aún falta drama. 😈

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