(12) +18 Éxtasis

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Nos encontrábamos envueltos en un beso apasionado, donde cada caricia intensificaba la aceleración de su respiración. Cada beso adquiría una agresividad y necesidad palpables, mientras sus manos desesperadas exploraban mi cuerpo, apretando mis muslos y deslizándose con urgencia bajo la falda que llevaba.

Experimentábamos un deseo mutuo en un escenario inapropiado: un bar a las 4:50 de la mañana, bajo los efectos del alcohol. De repente, gritos rompieron la atmósfera, dos hombres ebrios a punto de pelearse en medio del bar.

La multitud se aglomeró, camareros intentaban separarlos, pero uno se liberó y se lanzó al otro, desencadenando una pelea que atrajo todas las miradas. Gente grabando, gente mirando y gente yéndose.

La escena nos desconectó de nuestro íntimo momento, y Diego, con una mirada significativa, sugirió que abandonáramos el lugar. El impacto de la realidad disipó rápidamente los efectos del alcohol, dejándome con una sensación rara por la inesperada situación.

-Dale, wacha, vení -Dice Matías evitando que siga mirando la escena.

Matías entrelazó mi mano con la suya, guiándome lejos de allí tras mi hermano y la chica. Nos acomodamos en el auto; Diego, ligeramente afectado por el alcohol, aunque optamos por no pedir un auto y nos fuimos directamente. Al llegar a mi casa, nos bajamos todos del auto. Diego se acercó a mí, susurrándome algo de manera discreta.

- Pss, Made -Me agarra Diego del brazo acercándome a él.

Yo lo miro confundida esperando que hablara.

- ¿No teni algún condón que me des? -Dice susurrando y con una sonrisa en el rostro.

- Sí tengo, ahora camina -Digo entre dientes y entramos a la casa.

Estábamos adentro y cada uno se dirigió a sus respectivas habitaciones. Matías y yo entramos en la mía, mientras Diego y la chica ocuparon la suya. Matías se recostó en mi cama, mirándome con una sonrisa, mientras buscaba un condón para Diego en mi cajón.

-¿Que buscas? -Matías se levanta y se sienta a mi lado.

Yo simplemente le muestro el condón y se lo paso; él me mira con una sonrisa.

-¿Un cafecito primero, no? -Dice mirándome.

-No es para ti, tarado, es para Diego -Le quito el condón de la mano.

-¿Y no tienes otro más para usarlo nosotros? aunque sí quieres sin cordón igual no me molestaría.. -Dice mirando hacia el techo y rascándose la nuca de forma sarcástica.

-Te pone medio rarito el alcohol ¿no? -Le doy un piquito en los labios y me levanto para salir de la habitación.

Diego me estaba esperando afuera impaciente.

-Tanto te demorai, estabai fabricándolo o que wea -Dice agarrando el condón.

-Estaba usándolo mejor dicho -Digo sarcástica y me río al ver como tu hermano se fijaba si estaba abierto

-Como te voy a pasar algo usao' aweonao, anda que la mina se te va quedar dormida después. -Entro a mi habitación y cierro la puerta.

Al entrar, me di cuenta de que Matías se estaba quitando la ropa. Me acerqué y me senté en la cama, mirándolo. Él se dio cuenta y me sonrió, luego se quitó los pantalones y se quedó solo en bóxer.

Se acercó a mí, agarrándome de la nuca, y comenzó a besarme. Después de unos minutos, se sentó a mi lado en el borde de la cama, sin dejar de besarme, y me obligó a levantarme un poco para seguirlo. Me agarró de las caderas y me obligó a sentarme encima de él, colocando mis piernas a cada lado de su cuerpo. Me abrazó por la cintura, acercándome a él, mientras con su otra mano tocaba mi trasero por debajo de mi falda como le placía. Me sentía en las nubes.

Él bajó sus besos hacia mi cuello, dándome pequeños mordiscos para aumentar el placer y hacerme soltar gemidos suaves, deseando más. Bajó el cierre de mi falda y me levantó para quitármela. Podía moverme fácilmente. Luego, me volvió a sentar encima de él. Yo ya solo tenía ropa interior abajo y un top arriba. Él colocó sus manos en mi trasero y comenzó a moverme en círculos, frotándome con su miembro erecto que estaba debajo de su bóxer. Soltamos jadeos por la fricción, jadeos no muy altos pero que dejaban claro la necesidad que teníamos el uno del otro.

En ese momento, paramos al escuchar fuertes gemidos femeninos provenientes de la habitación de mi hermano. Matías y yo nos reímos por un momento y los gemidos comenzaron a ser más bajos, parecía que alguien estaba tapando la boca de la chica que gemía o ella misma.

Pov Matías:

Volvimos a besarnos, no quería que esto terminara nunca. Necesitaba estar dentro de ella y escucharla gemir. Veo cómo ella se levanta y se agacha en el suelo. Me baja los boxers y primero empieza con su mano. Sentía el placer recorrer mi cuerpo. Después de unos minutos, empieza a chupar mi miembro. Yo suelto gemidos mientras ella chupa. Cuando llega a la punta, succiona. Me estaba volviendo loco.

Yo agarro su cabello para darle más comodidad. Me estaba sintiendo tan bien, pero ella se detiene y me quejo. Luego, la miro y tratando de respirar bien. La agarro de la cintura y con fuerza la levanto del piso para quitarle la ropa que faltaba, dejándola completamente desnuda. Agarré un condón del cajón de Made, lo abrí y me lo puse.

Estaba mirando sus pechos y la agarro nuevamente para sentarla encima de mí. Ella posiciona sus piernas a cada lado de mi cuerpo. Se sienta con cuidado, haciendo que los dos soltemos un gemido. Estaba completamente dentro de ella. Yo posiciono mis manos en su trasero y empiezo a moverla de abajo hacia arriba a mi antojo. Puedo ver en su rostro el placer y cómo se retuerce encima de mí.

Cambiamos de posición sin separarnos. Ahora ella estaba acostada en la cama y yo encima de ella con sus piernas rodeando mi cintura. Me apoyo más en ella sin dejar de dar embestidas. Empiezo a besar sus pechos y a morder ligeramente sus pezones mientras los metía en mi boca y jugaba con ellos con mi lengua. Ella soltaba gemidos y entrelazó sus dedos en mi cabello. Aumento la velocidad y sus pechos se movían, haciendo que el respaldo de la cama chocara contra la pared. Ella resistía los gemidos e intentaba cerrar sus piernas inconscientemente.

-Eh, eh! -La agarro de la mandíbula para que me mirara a los ojos.

-Hace' eso de nuevo y te juro que te dejo sin caminar en dos días.

Ella solo me miraba con la boca entreabierta y la respiración acelerada.

-Y tampoco te aguantes los gemidos, quiero que sepan que eres mía. -Le susurro cerca de su oído.

Escucho cómo ella suelta un suspiro entrecortado seguido de un fuerte gemido, ya que sigo embistiendo pero ahora más fuerte y rápido. Su rostro expresa dolor y placer. Escucho cómo gime y pronuncia mi nombre con su voz entrecortada. Me encanta tenerla así, saber que soy yo quien la está poniendo así.

Casi 20 minutos después, ella suelta un largo gemido, se había venido. Unas dos embestidas más y yo también lo hago. Ella me abraza. Estamos sudados, cansados, agitados y acalorados. Me acuesto a su lado y me quito el condón. Hago un nudo y lo tiro al basurero. Me doy vuelta para mirarla y ella se acurruca a mi lado, abrazándome para después quedarnos dormidos.

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ESPERO LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO 💞

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