Capítulo 197: Te extrañé

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Su Shen dejó el termo, sin prisa por abrirlo, y respondió: "Escuché la conmoción afuera, así que supuse que debías ser tú".

No había ido a casa anoche debido a la intensa carga de trabajo. Le había pedido a Li Zhu que le pasara un mensaje a Gu Zi, pero todavía se sentía en deuda con ella.

Extendiendo la mano, acercó a la mujer y la sentó en su regazo. Gu Zi disfrutó la sensación de ser abrazado por él. Ella voluntariamente le rodeó el cuello con los brazos.

Quizás porque no se habían conocido la noche anterior, el contacto en ese momento le parecía inusualmente satisfactorio.

Al mirar al hombre, sus rasgos limpios y su mirada severa insinuaban un desenfreno en la cama, sin mencionar que había visto sus abdominales definidos, mostrando un cuerpo sexualmente cargado.

A pesar de su comportamiento noble, ella sintió que su mirada la estaba desnudando, especialmente considerando que había visto algo más que su ropa.

Perdida en sus pensamientos, se sonrojó pero besó audazmente los labios del hombre y dijo: "Su Shen, te extrañé”.

Su Shen la abrazó aún más fuerte, inhalando suavemente el aroma de su cabello, besando apasionadamente el lóbulo de su oreja y susurrando: "Yo también te extrañé".

Ella no pudo evitar sorprenderse. ¿Cómo habían mejorado sus habilidades para besar tan rápido?

Su Shen continuó besando el costado de su cuello. Su aliento caliente hizo temblar incontrolablemente a Gu Zi.

Un fuerte deseo surgió en su corazón. Tenía muchas ganas de presionar a esta gata salvaje bajo su cuerpo y conquistarla. Quería tenerla entera.

Sintió que había hablado demasiado pronto y le prometió a Gu Zi que esperaría hasta su noche de bodas. Lo que ahora cuestionaba era su confianza en el autocontrol, ya que sentía que pronto podría perder el control.

Estos pocos segundos pasaron nerviosamente para Gu Zi. ¿Qué significaba su mirada intensa e inquisitiva? ¿Podría querer estar con ella aquí mismo en la oficina? Para una persona del siglo XXI, ¡eso sería bastante estimulante!

Al momento siguiente, sonó el teléfono, rompiendo la intensa atmósfera entre ellos. Rápidamente, Gu Zi se levantó de donde estaba sentada sobre él, mientras Su Shen cambió su expresión rápidamente y respondió a la llamada.

Al escuchar la voz desde el otro lado, Su Shen frunció ligeramente el ceño y preguntó: “¿Por qué el cambio repentino en la declaración? Hmm ya veo."

Pensando que estaba relacionado con el trabajo, Gu Zi le abrió el termo y le dijo: “Aquí está la papilla y el cerdo encurtido con repollo que preparé. Termínalo antes de volver al trabajo. Yo me iré a casa primero”.

Su Shen encendió un cigarrillo, dio una profunda calada y mencionó: “Fue una llamada de la Oficina de Seguridad Pública. Dijeron que Mo Li, compañera de clase de Lin Miao, de repente se arrepintió de su decisión y no quiere ser testigo ni hacer un registro como prueba”.

Gu Zi se sorprendió. No se había dado cuenta de que Su Shen todavía estaba involucrada en este asunto. Pero ¿por qué Mo Li cambiaría repentinamente de opinión?

De repente recordó cómo Mo Li se había ido presa del pánico cuando la vio ayer. Su intuición era correcta; de hecho había un problema.

En esta época, Internet apenas era confiable. Sólo con testimonios y pruebas sustanciales se puede condenar a alguien.

Inicialmente, si Mo Li hubiera actuado como testigo, las cosas habrían sido excepcionalmente sencillas. Pero ahora se había complicado.

Gu Zi preguntó: "¿Quizás Lin Miao había ido a ver a Mo Li y le había ofrecido algo?"

Su Shen respondió: “Improbable. La policía ha estado vigilando a Lin Miao últimamente y ella no ha visitado a Mo Li recientemente”.

La expresión de Gu Zi cambió ligeramente. Si ese fuera el caso, sería aún más problemático.

Si Lin Miao hubiera ido a ver a Mo Li, podría haber encontrado algunas pistas para manejar esta situación. Pero si no, significaba que Mo Li, por alguna razón, quería ayudar a Lin Miao a encubrir algo.

Necesitaban saber qué esperaba Mo Li obtener de Lin Miao en esta situación.

Regreso al pasado: el ascenso de la falsa heredera (1)Where stories live. Discover now