Capítulo6 Nada sale como lo esperamos

36 17 45
                                    

Ha pasado ya dos semanas desde aquel día tan raro, pero hermoso.
Todo ha ido bastante bien. Thomas es muy atento y cuidadoso, hasta posesivo, diría yo, casi le rompe la cara a golpes a un chaval de la universidad al que el profesor James había asignado como mi pareja para un trabajo solo por pedirme el número de teléfono para poder hacer el trabajo, claro, me tuve que meter en medio y Thomas, al igual que todos, se quedaron sorprendidos cuando esquivo magistralmente un puñetazo que viene directo y por poco me da.

Me invento que tomaba clases de defensa personal, por eso de que las chicas tienen que saber defenderse solas y gracias a Dios funciona, si no, por poco me delato con mi estúpida idea de meterme en broncas ajenas, aunque tuviera que ver conmigo, pero bueno... soy lo que soy, así que los líos es como si me persiguieran.

Hoy me levanto temprano, me arreglo para ir a la universidad y estoy contenta de que hoy no trabajo, porque compaginar trabajo, estudios y «novio», bueno, lo que Thomas y yo seamos no se me da muy bien, sobre todo con mi trabajo nadie sabe a lo que me dedico, pero es por su bien y el mío personal no me gusta- ría que nadie se viera implicado en mis asuntos de trabajo.

Me visto, me pongo mis famosos vaqueros desgastados con una camiseta verde larga y mi botas negras altas parecidas a las que tengo que utilizar con el uniforme de policía y mi chaqueta motera, me recojo el pelo en un moño alto dejándome el flequillo recto, un poco de maquillaje, lo básico como siempre, y lista para ir a por mi Thomas... (sí, porque de momento es mío y eso no me lo va a quitar nada ni nadie) y mis amigos.

Cuando voy a cerrar la puerta del piso oigo sonar el móvil. Es un mensaje, pero no es el mío. Entonces me doy cuenta que es el móvil del trabajo. Tiene que ser muy importante, casi nunca recibo mensajes en él, a no ser que sea de algún operativo o archivos que debo revisar, así que decido entrar y ver qué pasa; cuando lo cojo no me lo puedo creer lo que veo. Es el archivo de un operativo nuevo que entra en vigor hoy a las 14 horas, tengo que estar en la sucursal de narcóticos de Madrid para prepararme, ¿qué hago ahora?

Me quedo pensando... decido llamar a Thomas y avisarle de que no voy poder ir a la universidad Al tercer tono contesta:
—Hola, nena.
—Hola, Thomas.
—¿Qué pasa? Te noto nerviosa, ¿estás bien?
—Sí, es que...
—¿Qué pasa, Mía?
—Me tengo que ir a Madrid.
—¿Qué?, ¿por qué?
—Una emergencia familiar —le digo no muy convencida.
—¿Qué ha pasado? ¿Está todo bien?
—Sí, pero tengo que irme a arreglar algo, te llamo cuando sepa algo, ¿vale?
—¿Quieres que te acompañe?
—¡¡No!!, quiero decir, no te preocupes, estaré bien, además, tienes que ir a la universidad y todo eso, ya sabes.
—Bueno, como quieras, ¿cuándo vuelves? —me pregunta él no muy convencido de mi respuesta.
—No lo sé, te llamo.
—Vale, nena, cuídate, ¿vale?
—Tú también —le contesto a punto de colgar, pero me cuesta, es como si algo faltara en nuestra despedida, pero no sé el qué
—Mía.
—¿Qué?
—Te echaré de menos, nena —me dice y me deja boquiabierta su confesión, sé que es sincero, pero no me lo esperaba.
—Yo también, nene —le contesto con el corazon encogido y con las lágrimas amenazando con salir.
—Adiós —le digo.
—Hasta luego, Mía —me contesta y por fin cuelgo.

Hacía tiempo que no me sentía así, es como si dejara medio corazóin aquí por irme, pero yo sé que no tengo corazón hace tiempo quedó tan destrozado que no sé siquiera si sigue latien- do, pero con Thomas todo es diferente, me siento viva, hasta con ganas de hacer planes de seguir y de esperar con ganas el día de mañana.

Después de derramar una lágrima por mis tormentosos recuerdos, me pongo a preparar la maleta y a vestir el uniforme que ahora es mi vida para encaminarme hacia mi trabajo, hacia lo que me llena más últimamente, aparte de Thomas, claro, y me dispongo a viajar a Madrid.

Change --Ya en Físico en Amazon y La casa del libro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora