Capítulo13 Ojo de bruja nunca se equivoca

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La noche pesa sobre nosotros, el aire frío ondea nuestro pelo e inunda nuestras fosas nasales de la sal del mar, la humedad y el olor a rueda quemada y gasolina.

Los brazos de Eddy rodean mi cintura y su cabeza descansa sobre mi hombro, apoyados en el capó de su coche con mi moto
aparcada a un lado, esperamos a que Marcus haga su aparición junto al corredor que falta.
—¿Quién crees que será? —me vuelve a preguntar Eddy por tercera vez hoy. El nerviosismo embadurna el ambiente ya cargado de tanto alcohol y testosterona.
—No lo sé, Edward, la verdad, pero algo no me huele bien.
—¿Qué te preocupa? —me inquiere dándome la vuelta y poniéndome cara a cara con sus hermosa mirada llena de preocupación.
—Sinceramente no lo sé, es un presentimiento. Algo pasará hoy, ya lo verás —le digo dejando que la ansiedad se apodere de mí por completo y empezando a temblar.
Nunca había tenido ese miedo tan presente, pero ¿miedo a qué? Ni yo lo sé.
—Mía, cariño, escúchame, mírame a los ojos. —Instintivamente le hago caso y la angustia de sus ojos desaparece para dar lugar a un cariño casi paterno y un instinto protector que da miedo.
—Pase lo que pase, estoy aquí y no dejaré que nadie te toque, ¿entendido? —Sus palabras son tan sinceras y tan seguras que acongojan mi corazón y unas lágrimas afloran de mis ojos.
—Oh, cariño, no llores, te prometo que te protegeré, aunque sea lo último que haga —concluye abrazándome, besando mis mejillas y quitándome así toda preocupación posible.
El estruendoso ruido de un coche interrumpe nuestra muestra de cariño y conociendo ya el motor del Mustang de Marcus, le doy un beso fugaz a Eddy y limpiándome las lágrimas dejo atrás a
la Mía débil para traer de vuelta a la corredora y seguirle el juego a Marcus.

Su coche estaciona a nuestro lado y para nuestra sorpresa solo está él al bajar.
—¿Qué pasa Marc? ¿Dónde está tu corredor misterioso?¿Le ha entrado miedo a enfrentarse a la reina? —le pregunto burlona, mientras apoyo mi espalda en el pecho de Eddy para darme
más confianza.
—Tranquila, reina, tendrás tu lacayo aquí a tiempo para la carrera, solo preocúpate en ganarle, que me estoy dejando mucha pasta y tu noviecito también —me contesta irónico. Su nerviosismo es muy evidente y eso solo hace aumentar el mío.

La carrera está a punto de empezar. Ocupo mi puesto y me voy preparando, las manos me tiemblan, el motor de mi moto
espera paciente debajo de mí para hacerlo rugir y mi cuerpo me lo pide,sabe que solo así llegaré al estado mental necesario para hacer todo esto.
Aprovecho para echar una última mirada en
dirección a Edward, cuando el último corredor ocupa su sitio a mi lado, sé que no es Thomas, porque sus greñas no asoman por debajo de su casco y su altura y su espalda encorvada me indican
que podría ser un señor más mayor que él, pero su visera sigue escondiendo su identidad y eso me pone nerviosa.

El ensordecedor
grito de Marcus por los altavoces me saca de mi escrutinio y me activa como un botón de encendido y la carrera arranca.
Tengo que ganar y saber quién es y si puede serme de utilidad en el caso, la última vuelta es algo difícil, pero nada me impedirá ganar,estoy visualizando la meta, pero mi moto parece haberme dejado
tirada, lo último que recuerdo es la voz de Eddy llamándome y una luz muy fuerte antes de sumergirme en el mar oscuro.

Change --Ya en Físico en Amazon y La casa del libro Where stories live. Discover now