6_Preso

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Dejando sus recuerdos para regresar al presente, notó que permanecía frente a la lápida de Tokito, y con un sobresalto se levantó rápidamente. Había estado mucho tiempo parado allí, sus amigos debían estar cansados de esperarlo.

- ¡Hasta luego Tokito-San! - se enderezó la máscara en su rostro y corrió a su encuentro, despidiéndose de la lápida mientras se alejaba.
Tenía que llegar pronto porque ya llegaba tarde, pensó mientras caminaba rápidamente hacia el frente de la tienda de dulces que era su punto de encuentro, al poco tiempo los vio frente al establecimiento.

-¡Paan-kun! ¡Nanatsu-San!
Perdón por la demora... ¿Aún vamos a comprar dulces? - preguntó mientras jadeaba luego de correr hacia el lugar.

- ¡Ya comprado! ¡¡Tardaste tanto que dejamos de esperarte!! - Dijo Paan golpeando al herrero en la nuca por su demora, haciendo reír un poco al otro.

- ¡Aquí Kotetsu-kun! Salvé tus dangos - Nanatsu le extendió el palo con los dulces a Kotetsu, quien los tomó, agradeciendo a uno de sus amigos por su paciencia.

El herrero no era el tipo de chico rodeado de amigos, pero por supuesto tenía algunos.
Nanatsu y Paan habían sido sus mejores amigos durante mucho tiempo, los tres tenían aproximadamente la misma edad y siempre salían juntos después de sus tareas.
Sus personalidades eran a veces muy similares, pero en otras completamente contradictorias. Nanatsu recordaba mucho al señor Kanamori, paciente, dócil y un poco miedoso, con el cabello oscuro siempre recogido porque si lo dejaba suelto parecería una niña, ya que era liso y un poco por encima de sus hombros.

Paan era un poco más impaciente, pero valiente, bastante sobreprotector y cuando quería podía incluso ser cariñoso. Tenía el cabello corto color castaño oscuro, la tienda de dulces era de sus padres, en el pasado eran herreros como la mayoría del pueblo, sin embargo con la extinción de los demonios cambiaron de profesión como muchos otros.
Ambos también llevaban sus máscaras, ya que siguieran trabajando como herreros o no, aún llevaban con gran orgullo el legado de sus antepasados.

- ¿De qué estaban hablando? - preguntó Kanamori, queriendo participar en el asunto.

- Sobre el.... - Habría habido una respuesta de Nanatsu, si no hubiera sido interrumpido por una voz estridente que venía desde el interior de la tienda de dulces hacia el exterior.
La voz que llamó su nombre con entusiasmo.

- ¡Kotetsu-Sempai! ¿Viniste a probar los dangos que hice hoy? - era ella, Kurinfu, la hermana menor de Paan.
Sin esperar respuesta, la chica que no llevaba máscara abrazó fuertemente al herrero, saludándolo siempre así. La muchacha era considerada una de las más bellas del pueblo, era muy popular a pesar de su nada discreto cabello rosa, que le caía hasta los hombros.

- ¡Kurinfu-Chan! tú... ¡¡Me estás dejando sin aliento!! - dijo Kotetsu, mientras intentaba soltarse del abrazo. Aunque era un año menor, era bastante fuerte.

- ¡Oh! ¡¡Gracias!! - dijo ella, apretándolo aún más fuerte con sus mejillas sonrojadas.

Para nadie fue sorpresa que la pelirrosa había sentido sentimientos por lo pequeño Kanamori desde hacía mucho tiempo, sin embargo él no le respondió ni tuvo el coraje de rechazarla. Simplemente continuó su relación amistosa con ella, fingiendo no saber sobre su interés por él, ya que la pastelera todavía creía que su amor no era tan notorio y lo mantuvo en secreto.

- ¡¡Basta Kurinfu!! ¡O lo matarás! - regañó el hermano de la niña al ver que su amigo pedía ayuda detrás de su máscara.

-¡Oh! Lo siento, a veces me emociono demasiado - dijo alejándose para darle espacio al otro, quien tomó una bocanada de aire en el mismo momento en que era liberado.
La chica rosa tenía muchos chicos interesados en ella por su belleza y adorable apariencia, pero ella no sentía nada por ninguno de ellos, siempre estuvo perdidamente enamorada de Kotetsu.

El último demonio • ArmyotakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora