18_Tudo o que queres

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{Te di el oro del sol, la plata de la luna, te di las estrellas para que diseñaras tu cielo. En la línea del tiempo el destino escribió con letras doradas, tú y yo...)

El pequeño herrero estaba en el claro frente al lago mirando su reflejo, no tuvo el valor de ir a la puerta de la cabaña y tocarla. Tenía miedo de que volviera a esconderse de sí mismo y no querer verlo, o peor aún, dudaba si lo que presenciaba era real, tenía miedo de que no estuviera allí y lo que veía era algo de su imaginación.

Por eso siguió mirando su reflejo sin máscara en el tranquilo y cristalino lago que se oscureció por la llegada de la noche, sin tener el valor de salir de allí.
Siempre fue una persona de pocos miedos, pero cuando se trataba de él, cualquier paso era una gran turbulencia de sentimientos.

- Kotetsu-kun, ¿qué haces aquí? - Sin siquiera haber escuchado o notado que el otro se acerca, el niño tiene un pequeño susto que lo hace estremecer cuando rápidamente mira hacia atrás y se encuentra cara a cara con el de las puntas ligeras.

- ¿I? ¡Tokito-san! Solo miré el lago, eso es todo - explicó entre tropiezos, sintiendo lo cerca que estaba el oni, sin poder siquiera alejarse para no caer directamente al agua detrás de él.

- Pensé que habías venido aquí a visitarme - Tokito se inclinó hacia delante, acercando aún más su rostro al del otro.

- ¡Vine por esto! ¿Pero que estas haciendo? - Intentó alejarse, pero desistió cuando dio un paso atrás y sintió el agua fría mojar su pie.

- No llevas máscara, ¿así es como se ve tu cara? No es feo, pero sí extraño, nunca había visto a alguien con un tono de piel tan rojizo – dijo colocando una de sus manos en la frente de Kotetsu, hacía más calor que la temperatura natural humana, ¿podría estar enfermo?

- Bueno... sí... entonces y-yo, estábamos equivocados... - El humano comenzó a murmurar cosas sin sentido incluso para sí mismo, quitando la mano del otro de su rostro para luego alejarlo de él con el rostro sonrojado, y incapaz de respirar adecuadamente.

¿Que demonios fue eso? Nunca antes había actuado tan tontamente.
Respiró hondo hasta que su rostro volvió a su color normal.
Cuando volvió a mirar al hombre de pelo largo, lo vio sentado en la orilla del lago con las piernas cruzadas en posición de loto, mirando con calma las pequeñas algas que bailaban lentamente bajo el agua, se sentó a su lado y comencé a admirar el lago también.

- Este lago parece un espejo del cielo, y las estrellas que se ven desde el bosque son mucho más hermosas que las que se ven desde el pueblo - comentó, levantando la vista para contemplar tanta perfección.

- Sí... - Asintió sin entusiasmo, no le gustaba ese lugar por lo que no veía ninguna belleza en él, y además no estaba acostumbrado a conversaciones y diálogos donde dos personas hablan, como le gustaba a Ginko. escuchado y no escuchado.

- Dime, ¿cómo terminaste aquí? ¿Cómo llegó a ese punto? - preguntó, yendo directamente al tema principal.

- Dime, ¿cómo terminaste aquí? ¿Cómo llegó a ese punto? - preguntó, yendo directamente al tema principal

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- Después de eso no recuerdo bien, no sabía cuánto tiempo estuve aquí, pero parece que fue mucho tiempo. Hasta que por casualidad encontré a Ginko, y ella puede traerme noticias de cómo es la vida fuera de este bosque - finalizó causando gran asombro y a la vez felicidad de haber sobrevivido para estar aquí a su lado.

-¿Ginko? ¿Ella sabe de ti? Y Tokito-san, ¿cómo te alimentas todo este tiempo siendo un oni?
- preguntó, ahora sin zapatillas y con los pies en el lago, moviéndolos de un lado a otro.

- Ginko me descubrió hace unos meses, y no estoy nada orgulloso de mis acciones, pero he estado atacando la aldea para sobrevivir - confesó, esto explicaba mucho, no sólo el hecho de los ataques, sino también el razón por la cual la ayuda de Tanjiro nunca llegó.
Pero estaba contento con eso, aunque sabía que no debería hacerlo.
Un pequeño silencio de repente se instaló en el lugar, mientras Muichiro esperaba con tristeza una mala reacción del otro acompañada de gritos y reprimendas, pero no llegó nada más que una mano en su hombro en señal de apoyo.

- Tokito-san tú... Pasaste dos años completamente solo.
Esto es horrible, no puedo imaginar la soledad que debió sentir - el demonio miró el rostro de aquel frágil, desacreditado humano de ojos grandes, ¿cuándo dejaría de sorprenderse por eso?
-y te extrañé mucho.
El de ojos claros se sentía tan débil frente al otro, como si sólo con palabras pudiera chuparle las fuerzas y arrojarlo a sus pies.

- Perdón por hacerte esperar tanto Kotetsu-kun - Sonrió levemente cuando el rostro brillante del joven brilló con una gran sonrisa, afirmando que aceptaba sus disculpas.

Al pasar su mano por el hombro del mayor, sintió su suave y hermoso cabello, sin embargo había un problema. Estaban enredados y anudados, y esos mechones necesitaban un buen cuidado.

- ¿Mi pelo todavía parece algas? - al ver que el otro observaba y jugueteaba excesivamente con su cabello, dedujo por sí mismo que ese era el problema.

- Sí, pero estas algas están pegadas unas a otras.
Déjame ayudarte con eso - sonrió al darse cuenta que el otro aún recuerda el apodo que el ojinegro le puso hace años, "cabeza de alga".

Sacó sus pies del lago para sentarse detrás del de cabello largo y poder desenredar sus mechones con mayor facilidad, pasando ligeramente sus dedos por ellos, haciendo que el cuello de la otra persona temblara al sentir su toque.

- Tu ropa es muy vieja y hasta tiene enormes desgarros. Tengo un uniforme tuyo, puedo traerlo la próxima vez que vengas, porque creo que mi ropa te quedará corta y ajustada - Tokito rebosaba euforia al escuchar un "la próxima vez", cerrando los ojos para disfrutar la sensación. de tacto busco al otro en sus mechones.

- Uhum, Kotetsu-kun - murmuró como respuesta, sin saber mucho de lo que intentaba decir. Solo quería disfrutar acariciando su cabello con los ojos cerrados, sin notar que poco a poco se iba acostando, acercando su espalda al pecho de la otra persona hasta tocarse.

- Tokito-san dame espacio, así no podré terminar - intentó empujar ligeramente a la otra persona lejos de él - ¡Tokito-san! Toki.... - Notó que no había forma de que el otro se alejara solo cuando escuchó el bajo ronquido proveniente de él, alegando que el oni dormía en su regazo.

Realmente no estaba acostumbrado al tacto, su cuerpo se relajó tanto que se quedó dormido.

{....Durante tanto tiempo esperé encontrar a alguien así, que encajara bien en los planes que un día hice para mí, para ti y para mí...}

(No olvides votar, nos vemos en el próximo capítulo)

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El último demonio • ArmyotakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora