16_Com você

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El pequeño herrero llegó a casa manteniéndose lo más silencioso posible, pues estaba consciente de que era tarde en la noche y no quería llamar la atención de Kanamori sabiendo del inevitable regaño.
Giró la manija con cuidado, luego abrió lentamente la puerta y vio que estaba completamente a oscuras. Cuando se asomó al interior de la casa, entró con cautela, cerrando rápidamente la puerta detrás de él, suspirando de alivio cuando pensó que estaba solo.

Pero fue sólo cuando dio unos pasos hacia adelante que fue sobresaltado por una lámpara en la pared que había sido encendida, iluminando mínimamente el lugar. Era el mayor que, a pesar de llevar su máscara, claramente no estaba contento.
Un espasmo de miedo recorrió el cuerpo del chico y dio un paso atrás, llevándose la mano al pecho para evitar hacer ruidos fuertes.

- Kotetsu, ¿dónde estaba? ¿Tienes idea de lo preocupado que estaba esperándote? - dijo el otro cruzándose de brazos para escuchar una buena explicación.

- Yo.... Err.. - Bajó la cabeza, ya que no tenía argumentos contra Kanamori y mucho menos podía decir dónde estaba.

- Vamos Kotetsu, te estoy esperando. ¿Por qué volviste Sólo Ahora? y... ¡¿Qué pasó con tu máscara?! - - preguntó algo angustiado y asustado, al notar la máscara rota dejando al descubierto uno de los ojos del menor.

Tartamudeó palabras inaudibles, mientras con una mano tapaba el agujero frente a su rostro, se había olvidado que se había roto y ¿ahora qué dirá?

- ¿I? Me caí camino a casa – habló rápidamente y sin temblar la voz, para obtener la aprobación de Kanamori.

- ¿Y dónde fue? ¡Sabes que no me gusta que te quedes ahí hasta altas horas de la noche! - insistió en obtener su respuesta.

- Lo siento señor Kanamori, no volverá a suceder – se inclinó como pidiendo perdón, provocando un suspiro del hombre mayor que se alisó el cabello hacia atrás, es difícil cuidar a jóvenes adolescentes.

- Veo que no quieres decirme dónde estabas... Lo siento Kotetsu, sabes que no me gusta hacer esto, pero no tengo otra opción... ¡Estás castigado! - dijo cruzándose de brazos nuevamente.

- o que?! ¡¿Por qué?! - el se quejó.

- Has estado actuando raro estos últimos días y no me cuentas qué pasa, sé que escondes algo y me preocupa lo que sea, sobre todo cuando es este momento de quién sabe dónde. Mañana llegas a casa del trabajo y no podrás salir - dijo con firmeza, el mayor se preocupaba tanto como si fuera su hijo y nunca se perdonaría si algo malo le sucediera.

Sin embargo, el niño no aceptó de buen grado su castigo, subiendo a su habitación con cara de mal humor sin darle las buenas noches, eso no era justo, no había hecho nada malo.
Eso es lo que pensó cuando cerró la puerta detrás de él para arrojar su máscara rota a un rincón al azar de la habitación y se arrojó contra la suave y cálida cama.
Cambiando el enfoque de su cabeza a otro lugar, sonriendo estúpidamente ante el recuerdo.

Hasta ahora no lo podía creer, él estaba ahí protegiéndolo nuevamente, el deseaba tanto estar ahí ahora a su lado.

Al parecer será difícil dormir esta noche, ya que el estaba ansioso por volver a verlo, feliz mientras sonreía al techo de su habitación.

Al parecer será difícil dormir esta noche, ya que el estaba ansioso por volver a verlo, feliz mientras sonreía al techo de su habitación

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El último demonio • ArmyotakuWhere stories live. Discover now