Capítulo I

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La multitud gritaba más fuerte mientras las luces se apagaban. Entre bambalinas, Violeta
comprobó dos veces que los ajustes de su vestimenta con frutas estuvieran bien. Escuchó al director de producción, Rick, dar la bienvenida a todo el mundo y dar a conocer la lista de mujeres que se presentarían esa tarde. Todos eran nombres conocidos para ella, habiendo trabajado ya casi seis meses en el salón Tom Cat. Dos mujeres con escasa vestimenta arreglaban
sus trajes listas para tomar sus posiciones en el escenario. Violeta inclinó la cabeza y esperó al lado del punto central.

—¡¡Y bien!! Sin más tardar... —dijo Rick. —Tengo el gusto de presentarles a las Tom Cat Kittens, con su protagonista principal, ¡La gatita del mes, Violet Peaks!

La multitud gritó más fuerte mientras las luces iban tornándose tenues. La cortina subió y la música comenzó. Violeta envolvió su brazo izquierdo alrededor del tubo, esperando el momento justo. La conducción, el toque erótico, fue diseñada para captar el estado de ánimo carnal del público, y la pelirroja bailarina de striptease sabía cómo usar ese estado de ánimo para ventaja suya.
Mostrando su sonrisa falsa a la audiencia, sus ojos escudriñaron las mesas más cercanas al
escenario. La experiencia le había enseñado muy bien y Violeta pudo rápidamente escoger a sus principales posibles clientes. Escogiendo al mejor pretendiente, un hombre de mediana edad que sujetaba varios billetes en su mano, le guiñó el ojo y dio vueltas alrededor del tubo. Las demás
chicas a ambos lados de ella hicieron lo mismo, y llevaron a cabo la misma rutinaria actuación.

Conforme la música iba cambiando, Violeta tiró de su corsé arrancándolo con fuerza de su cuerpo dándoles una sonrisa falsa en respuesta a sus aclamaciones, sacudió y meneó sus senos como muchas otras veces lo había hecho, manteniendo su mirada en él, pensando para sus adentros fríamente. Mira todo lo que quieras, jamás lo tendrás, oscilaba por el centro y se movía haciendo
que sus pechos cubiertos de aceite saltaran y se balancearan al ritmo de la música.

Esta noche, sin embargo, el destino tuvo otros planes para la joven artista de striptease. Conforme avanzaba por el borde del escenario y se inclinaba para que su cliente colocara algunos billetes a
lo largo de su tanga, una mano grande se extendió hacia ella y la empujó fuera del escenario. Violeta se encontró de pronto en el regazo de un hombre parcialmente calvo, la mano todavía agarraba su brazo.

—Quiero un poco más que una simple sacudida por mi dinero, cariño. —le dijo lascivamente, usando su mano libre para tomarse la libertad de tocar sus pechos expuestos. Su fuerte agarre no le permitía liberarse, obligándola a soportar las "caricias" hasta que los gorilas de seguridad
llegaron y le quitaron de encima al cliente ofensor.

Por más que quiso Violeta un minuto para poder recuperarse, una señal de Rick la forzó a volver sobre el escenario.

Varias filas atrás, el camarero colocó una bebida en la mesa.

—¿Se les ofrece algo más? —preguntó.

—Estoy completamente servido. —dijo el hombre mirando a su compañera sorprendentemente bella. —¿Y tú qué, Chiara?

Ella sostenía su vaso a medio acabar.

—Estoy todavía bajando este, Martin. —Colocó su pluma sobre su cuaderno de notas y sonrió burlonamente. —Recuerda, emborracharme no ayuda a tu causa para nada. Mejor gasta tu dinero en meterla por ahí. —dijo señalando a uno de los gorilas de seguridad.

—No me digas eso ni de coña. —Martin contestó, pasando sus dedos por su delgado cabello moreno y miró al de seguridad otra vez. —¿Tú piensas que él lo es?

—Bueno... —respondió con intención ella, tomando otro sorbo de su whisky escocés con cola.

—¿Y qué hay de ti? —Hizo señas con sus ojos hacia el escenario. —Un par como aquellos podría sofocarte.

El corazón de VioletaWhere stories live. Discover now