Capítulo VI

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Después de quitar el seguro de la puerta del pasajero, Chiara fue hacia su lado y entró en su Jeep de modelo atrasado. Se colocó el cinturón de seguridad y dio una mirada a su pasajera para que se lo pusiera, Violeta puso sus ojos en blanco y se colocó su cinturón de seguridad.

—¿Necesitas que te traiga de vuelta cuando hayas terminado? —Chiara inquirió al echar a andar el motor.

—Naa, conseguiré que Rick o una de las chicas me traigan a casa. No hay problema.

—Ok. —Echó marcha a atrás el vehículo y se puso en marcha por la avenida principal.

—Bonito coche. —Violeta comentó, mirando el tablero pulcramente brillante y los botones de la consola. —¿Tienes reproductor de cd's?

—Sí. —Sin mirar, Chiara buscó por detrás del asiento del pasajero y tomó un estuche lleno de discos. —Dudo que haya alguno que te guste.

Violeta tomó el estuche y miró los títulos, la sonrisa en su cara iba aumentando. —¿Los mejores éxitos de Paul McCartney? ¿Little River Band? ¿Capitán and Tennille? ¿Acaso te has quedado atascada en los setenta?

—En los años setenta y los años ochenta, en realidad. Me gusta esa música.

Violeta cerró el estuche y lo puso en la parte trasera. —No tendrás que preocuparte por mí por pedirte prestado cualquiera de tus CD's, eso tenlo claro.

—Déjame adivinar. A ti te gusta el heavy metal.

—Cuando mi estado de ánimo lo amerita sí. La mayoría de las veces escuchó rock.

—Prefiero escuchar canciones a las que les pueda comprender la letra, y no los tamborazos y guitarrazos. —Chiara dirigió el Jeep por la carretera y aumentó la velocidad. —¿A qué hora terminas de trabajar?

—La última función es a medianoche. Normalmente salgo de allí alrededor de las dos o un poco más tarde, no te preocupes por eso. Conseguiré que alguien me lleve a casa. —Sacó un cigarrillo de su paquete y comenzó a bajar la ventanilla.

—No permito fumar en mi coche.

—¿Aun con la ventana abajo? Se saldrá todo el humo.

—No se sale del todo.

—Está bien. —Violeta dijo molesta metiendo el cigarrillo de vuelta en el paquete. —¿Supongo que si busco una estación decente en la radio está fuera de discusión?

Sonriendo en la oscuridad, Chiara prendió la señal direccional y entró por una calle. —Mientras no encuentres una estación de radio que amenace con volar mis altavoces me parece bien.

La radio quedó completamente descartada.

* * * * * * * * *


—No puedo creer que esté todo lleno esta noche. Pensaría que es sábado o algo parecido.

—Realmente no puedes quejarte, Mónica. Mientras más clientes más dinero. —Violeta observó su reflejo en el espejo mientras ajustaba el top de su traje. —Mierda, ¿Ya me he engordado o estos trajes se encogen?

—Pues no hay mucho dónde escoger para empezar. —La otra mujer contestó. —¿Por qué no te pones el traje de leopardo?

—Uff, odio ese traje. ¿Alguna vez te lo has puesto?

—Pues es mejor que aquel. —La stripper rubia señaló un traje negro de cuero colgado en el porta trajes.

—Preferiría usar ese en vez del traje de leopardo. —Dándole la espalda al espejo, Violeta tomó sus guantes largos y comenzó a ponérselos rápidamente. —Espero que no dejen a Charlie poner la música esta noche

El corazón de VioletaWhere stories live. Discover now