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Días sin Alba: 17
Días hasta la graduación: 26

La nota de las gradas cambia las cosas.
Theo y Leo, que hasta entonces actuaban con la impresión de que podrían ganarse a Alba si llegaban hasta el final de la carrera, se esfuerzan ahora por asimilar la idea de que la princesa de la torre podría ser más bien un dragón. Dejan de picarse el uno al otro y empiezan a intercambiar muchas miradas taciturnas mientras Natalia hace todo el trabajo con las pistas. Prácticamente, tiene que arrastrarlos para llegar a la siguiente.

En cuanto a Natalia... Bueno, no es que Natalia se haya olvidado de cómo pensar en cualquier otra cosa que no sea Alba Reche. Lo que ocurre es que nada parece ni la mitad de interesante, y ella no tiene la culpa. A ver, el resto de las cosas podrían currárselo un poco más, ¿no?
—¿Te apuntas esta noche, Nat? —pregunta Oli.
Natalia parpadea, aturdida al salir del hilo de pensamientos. Mira a Oli, que está dos asientos más allá, en el banco elevado del coro, probando distintos cebos de pesca junto a los lóbulos de la oreja de Álvaro para ver cuál quedaría mejor como pendiente mientras este se sienta muy quieto a regañadientes.

—¿Qué? —pregunta Natalia.
—Marta y yo vamos a ir a buscar setas al parque que hay cerca de Winn-Dixie —dice Oli—. Marta pilló un libro para aprender a identificar setas, ¿te acuerdas? Te lo conté la semana pasada y me dijiste que te lo pensarías...
—Ah —dice Natalia. A decir verdad, no recuerda aquella conversación, pero finge que sí—. Sí, pero no puedo. Tengo muchos deberes.
Marta mira a Natalia con los ojos entornados por encima de la comida y Natalia se siente mal. Fatal. Pero ahora mismo solo le apetece hacer una cosa. Se promete que encontrará tiempo para estar con Marta el fin de semana.
Durante el resto de la semana descubren tres pistas más, una cada día. Todas contienen una nueva revelación, algún acto maligno que Alba mantenía guardado bajo llave. Natalia arranca una hoja para repasarlas de memoria.

Tarjetas:

1. Escritorio de Alba: Contraseña para la dirección de email temporal.

2. Taquilla de Theo: Indicación de que comprobaran los borradores.

3. Autoservicio del Taco Bell: Dirección de email temporal, amenaza implícita de que puede predecir todos mis movimientos.

4. Dentro del piano del coro (nota: con llave robada incluida: Se pasó la noche en vela memorizando la escena de Sueño de una noche de verano para que yo no pudiera humillarla delante de toda la clase.

5. Casa de Álex: Se planteó cortar con Theo.

6. Despacho de Reche: Chantajeó a Álex para que colaborase y luego lo apuñaló por la espalda de todas formas.

7. Auditorio (primera fila, debajo del asiento): Me lanzó un hechizo durante la matinal del domingo, hizo romper a Paul y María.

8. Estadio de fútbol (debajo de la tribuna): Utilizó a Theo para poner celoso a Leo adrede porque le pareció divertido.

9. Laboratorio de química (armario del material químico): Manipuló a la secretaria del consejo de estudiantes para que amañara los votos de la corte de la fiesta de bienvenida para perder contra todo pronóstico a favor de Suzete porque le "preocupaba tener demasiado protagonismo".

10. Azotea de Leo (atada a una piedra): Fingió la gripe el Día de la Firma con la Selección para no tener que estar en la difusión en streaming de Theo.

11. Taquilla del gimnasio de Alba: Se pasó el verano pasado metida en casa leyendo, con el móvil en modo avión, mientras todos pensaban que estaba de misiones en Nicaragua.

Cada una de las tarjetas es otro chute rosa de satisfacción.
Natalia las atesora en el neceser para maquillaje que guarda en el fondo de la taquilla, como si fuese la bolsa de pruebas del escenario de un crimen, y va catalogando todo lo que sospechaba que era Alba (mentirosa, calculadora y falsa) y un millón de apelativos más que de otro modo no habría podido demostrar jamás. Vengativa. Destructiva. Mezquina. Una zorra absolutamente odiosa que se contonea en silencio bajo un hermoso disfraz de grulla para despistar.
Así pues, Natalia va ganando impulso, mientras que Theo y Leo lo van perdiendo. La moral está por los suelos en el chat "He besado a Alba Reche".

—Muy bien, la última nota dice que hay pistas para la siguiente en una foto del club que uno de nosotro se hizo con ella para el anuario —dice Natalia, y deja la bandeja en la mesa del Taco Bell que se encuentra cerca del colegio—. Tiene que ser la foto de la National Honor Society que se hizo conmigo. Es la única actividad extraescolar que alguno de los tres hace con ella, ¿no? Solo que no sé cómo acceder a la foto.
Theo se apoya la mano en la frente y contempla su vida, además de la carta con los distintos tacos que puede pedir, sin acabar se tomar una decisión sobre ninguna de las dos cosas.

—Entonces... Esta ni siquiera es una pista para la siguiente nota —comenta Theo—. Es una pista para encontrar otra pista para encontrar la siguiente nota.
—Vamos, alegra esa cara —dice Natalia—. Seguro que estamos cerca. Me da la sensación de que esta la ha puesto más difícil por que es la última.
—Ya no sé si quiero saber más —responde Theo cuando Leo deja una bandeja hasta los topes encima de la mesa.
Natalia pone los ojos en blanco y desenvuelve su quedadilla.
—Dios mío, qué aburridos sois los tíos. Estamos recopilando el perfil psicológico de alguien que, no sé, o va a ser presidenta de Estados Unidos o una asesina en serie.
Leo empieza a separar burritos y tacos de su pila de comida y los deja delante de Theo, quien por fin aparta la mirada de la carta del restaurante.
—¿Qué es esto? —pregunta.
—Tu comida.
Theo enarca las cejas.
—¿Qué me has pillado?
—No sé —murmura Leo—, lo que sueles pedir.
—¿Aún te acuerdas?
Leo frunce el ceño.
—Ya no tienen el Grande Soft Taco, así que te he comprado dos Soft Tacos normales y nachos con queso de acompañamiento. Tendrás que montártelo tú. O lo que quieras.
—Ah. ¿Y has pedido...?
—¿Un "cuchador"?
—Sí.
—Por supuesto.
Leo se dedica a separar sus nachos.
—¿Quieres que te lo pague ahora?
—Tranquilo, ya está.
—Ah —contesta Theo. Leo levanta la cabeza justo a tiempo de ver la sonrisa que ilumina la cara de Theo. Desde luego, la sonrisa de este es digna de ver. Sale de la nada y lo arrasa todo, tan absoluta y devastadora como un terremoto—. Gracias, tío.
—De nada —dice Leo, y parpadea como si estuviera mirando hacia el sol.
—Guau —comenta Natalia—. Una amistad recuperada.

El clásico ceño fruncido de Leo regresa de inmediato.
—Vete por ahí, Natalia.
Pero Theo tararea muy contento mientras desenvuelve el primer taco y Leo suaviza un poco la mueca de los labios.
Mientras tanto, Natalia repasa todas las entradas de Instagram de Alba por si hay algo que se le ha pasado por alto. No encuentra ninguna pista nueva, solo pequeñas sorpresas que no llevan a ninguna parte. Un ángulo poco habitual que deja a la vista una marca de nacimiento en la parte superior del hombro de Alba. Un verso bien camuflado de un poema de Emily dickinson en un pie de foto. Hay una foto de Alba sentada junto a María en un muelle, ambas con gafas de sol y una sonrisa ancha, y cuando Natalia la agranda, ve la leve silueta de un libro en el bronceado del estómago de Alba, como si se hubiera quedado dormida leyendo al sol. Todo son piezas del puzzle pero ninguna lo completa.

Revisa una docena de veces al día el documento de Google Docs que mandó a la dirección temporal de Alba, pero nunca cambia. Siempre están las mismas dos palabras, a la espera de la respuesta de Alba. La fecha de modificación más reciente en la parte superios de la página cambia de vez en cuando, pero no se materializa ninguna palabra nueva.
Aun así, va ganando terreno. Tiene todas esas pistas, estos secretos. Sabe que se está acercando.
Si Alba fuese una pregunta de un test de inteligencia, sería uno de esos problemas de lógica tan confusos. El razonamiento crítico sin respuestas evidentes a las que ceñirse. Palabras sencillas y directas ubicadas en un orden extraño y retorcido, algo en lo que entretenerse hasta que uno se da cuenta de que ha perdido mucho tiempo y le va a tocar rodear la opción C en las cuatro últimas preguntas.
Si Alba sale del pueblo por la autovía en dirección oeste a cien kilómetros por hora y Natalia se pasa las tres semanas siguientes persiguiéndola, ¿a qué velocidad viajará Alba cuando choquen?

Pues hasts aquí  el cap de hoy, solo digo que se vienen cositas...

He besado a Alba Reche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora