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"König... demasiado grande... no cabe." Tus ojos se llenaron de lágrimas mientras mirabas su enorme pene empujando tu apretada vagina. Después de haberte estado comiendo durante horas, finalmente sintió que estabas lista para su polla. Lo has chupado muchas veces pero él siempre se contuvo. Esta noche no, esta noche se va con todo porque mañana se va por unos meses.
"Encajará. Estás mojada, muy mojada, tomando lo que te doy. Puedes tomar este último centímetro por mí, ¿no? Mi chica hermosa." La mano de König presionó contra tu coxis para empujar tus caderas más arriba mientras su otra mano recorría desde su pene hasta tu clítoris.
Dejaste escapar un gemido entrecortado ante la estimulación adicional y tu cuerpo reaccionó en consecuencia. El ajuste de tu coño alrededor de su circunferencia no hizo que fuera más fácil para la gran polla de tu gran novio. Lo disfrutó de todos modos, la sensación de tus paredes interiores absorbiéndolo.
"Demasiado... demasiado... no puedo". El grito que soltaste no fue por la incomodidad o el dolor sino porque sentías que lo estabas decepcionando. No era alguien que se rindiera o que le gustara cuando llorabas, necesitaba demostrar que estabas equivocada.
König retrocedió y luego lentamente volvió a entrar, sin superar aún el límite establecido. Sus muslos carnosos golpearon tu trasero, la cama protestó debajo de ti pero se mantuvo fuerte. Sus dedos permanecieron en tu clítoris, frotando, pellizcando el sensible capullo entre sus dedos. Tu vagina no tuvo un momento de descanso, constantemente se estiraba y llenaba y se adaptaba a su enorme pene.
"Puedes tomarlo. ¿Quieres saber por qué? Porque eres perfecta para mí. Este coño fue hecho para tomar mi polla, fue hecho solo para mi polla, un agujero perfecto, apretado y húmedo para mí. Haré que tu coño recuerde su forma para que cuando regrese no tengas problemas para tomarme por completo." Esta fue su manera de prometerle que volvería contigo. Y con su pene tocando fondo, con sus bolas golpeando contra ti, llenas de semen, selló esa promesa. "Lo hiciste, me tomaste todo. Mira, mira qué perfectamente encajamos."
Dejaste escapar un gemido ligeramente doloroso por estar tan llena. Era más de lo que habías tenido en tu vida, ya te dolía el coño. Pero también había un placer al sentir toda la polla de König pulsando dentro de tu coño.
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YASTA, HEMOS TERMINADO CON LAS PUBLICACIONES SEGUIDAS!!
MUCHAS GRACIAS POR LEER, SE LES QUIERE MUCHO, Y GRACIAS POR SUS LINDOS MENSAJES, ME MOTIVARON UN MONTÓN A NO DEJAR TIRADO ESTE LIBRO DE NUEVO 😭😭💖
