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Ghost te había estado mirando más de lo habitual últimamente, haciéndote temblar bajo sus ojos vigilantes. Parecía como si quisiera comerte entera.
Lo sentiste rozar contra ti después de tu última reunión y todo tu cuerpo se calentó. Debió haber notado tu sorpresa porque podías ver sus ojos entrecerrarse en una sonrisa. Sentiste que el aliento se perdía en tu garganta cuando Ghost te levantó durante el entrenamiento y sus manos se detuvieron demasiado en tu cintura.
Y entonces te sorprendiste cuando sentiste su cuerpo deslizarse en la cama detrás de ti. Giraste la cabeza y viste a Ghost mientras se acurrucaba contra tu espalda, abrazándote.
"Los ronquidos de Soap me estaban volviendo loco."
"¿Entonces tu solución fue venir a mi cama?" Preguntaste nerviosa. En realidad, nunca había hecho un movimiento como este contigo. Simplemente te jodió con los ojos. Sus brazos rodearon tu cintura y se te puso la piel de gallina. "Tu cama está caliente," susurró, su aliento caliente en tu cuello. Se podía oler el whisky.
"Cualquier cama con una manta es cálida, Teniente." Tu voz tartamudeó, y eso sólo hizo que Ghost sonriera con arrogancia.
"Me muero por sentirte," murmuró contra tu hombro. Tragaste saliva cuando él te atrajo hacia él, tu cuerpo plano contra el suyo, su pene inconfundiblemente duro y hundiéndose en tu trasero. Tu voz vaciló, "Ghost." Dios, ¿qué estaba haciendo? Querías echarlo de tu cama y, sin embargo, tu voz se perdía en tu garganta mientras sus manos te manoseaban. Cerraste los ojos momentáneamente mientras las manos de Ghost recorrían tu estómago y luego tus muslos. Una de sus manos agarró tu pecho a través de tu camisa de dormir y te sacudiste para salir de tu aturdimiento. "¡No deberías estar en mi cama!" Susurraste con dureza.
