Capítulo 16

19.6K 1.3K 170
                                    

—Te ayudaré a buscar esos diarios.

La voz de Lauren sorprendió tanto a Camila que estuvo a punto de atragantarse con el zumo de naranja.

La había creído. Pero la felicidad que sintió era por algo más que por la posibilidad de encontrar los diarios de Sinuhe.

—¿Por qué quieres ayudarme?

—He hablado con Dinah y me ha dicho que no has incumplido el acuerdo. Aunque te echase de aquí, tendría que pagarte un millón de dólares.

—Ah, es por eso. Pues no te preocupes, yo no aceptaría dinero por un trabajo que no he hecho —replicó Camila, dolida—. Pero, por favor, ayúdame a encontrar los diarios antes de que esto termine.

—Esto no va a terminar por ahora. Yo también he perdido recientemente a mi padre y sé cómo afectan esas cosas... y también sé lo que es quedarse sin respuesta a muchas preguntas.

Camila se enamoró un poquito de ella en ese momento. Pero intentó aplastar ese sentimiento. Su relación con Lauren era temporal y no podía arriesgarse a perder el corazón por ella. Además, aunque quisiera prolongar aquel matrimonio, no era tan tonta como para creer que Lauren iba a enamorarse de ella. Estaba claro que no tenía nada que ver con las mujeres con las que Lauren solía salir.

—He comprobado tu historia de todas formas —suspiró Lauren, sirviéndose un café—. Y he leído la necrológica de tu padre. Una pena lo del accidente.

—Murió haciendo lo que más le gustaba: volar. Probando nuevos aviones. Y de uniforme, como él quería.

—Mi padre era igual, vivía sólo para trabajar —dijo Lauren—. Pero, en fin, te sigo necesitando para conseguir lo que quiero.

—No voy a defraudarte, en serio.

Haría lo que tuviera que hacer para ayudarla a convertirse en la nueva presidenta de la Cámara de Comercio e intentaría hacer ver a Chris que podía contar con su hermana para dirigir la empresa.

—Muy bien, de acuerdo. Tú me ayudas a mí y yo te ayudo a ti.

Camila se incorporó un poco para darle un beso en la mejilla.

—Gracias.

—¿Por qué?

—Por ayudarme. Por creer en mí historia.

—Deberías habérmela contado, Camila.

—Sí, lo sé. Y lo siento.

—¿Hay algún otro secreto que yo deba conocer?

Camila pensó en contarle lo de su juventud rebelde, pero sus días de rebelión habían pasado y no lo afectaban a ella. Ariana vivía al otro lado del país... y seguramente estaría en alguna cárcel. Además, la anulación significaba que no habían estado casadas. Gracias a su padre, la ceremonia que no podía recordar había sido borrada de todos los registros. Se sentía avergonzada de sus estúpidos errores y tenía miedo de que Lauren la despreciase por ello.

—No.

—Me alegro —Lauren dejó la taza de café sobre la mesa e inclinó la cabeza para besarla. Nadie podía verlas, pero a Camila le dio igual. Lo único que le importaba era el calor de sus labios. No le gustaba admitir que había empezado a participar de esos besos, pero...

Pero Lauren se apartó enseguida.

—Te deseo, Camila. Y estoy harta de jugar al gato y al ratón.

El ronco sonido de su voz la hizo temblar.

Tenía razón. No podían seguir así. La tensión era insoportable.

The ProposalWhere stories live. Discover now