//Black star//

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Tweek

-¡Aghhh! ¡Mierda!.

Grite sobando mi estómago en donde me había recibido el golpe, al atravesar difícilmente y co pánico el jardín delantero de los Tucker, ya que estaba un poco cubierto de nieve.
Me sentía muy exaltado y lo único que quería hacer era llegar a casa y meterme bajo las sábanas y meditar acerca de todo lo que había sucedido hace apenas unos minutos.

*¿Qué sucedió?*.

Me dije a mi mismo mientras me alejaba cada vez más de la casa de Craig, tras cada paso que daba menos presión dejaba de sentir y mi respiración se controlaba.

Gire mi cabeza para mirar hacía ahí, o mejor dicho, hacia la ventana de la habitación de Craig, para mi suerte parecía como si no había nadie ahí.

Comencé a frotar mis manos para darme calor, las puntas de mis dedos estaban adoptando un color rojo, subí a la acera del otro lado de la calle, no soportaba la idea de alguien sonando tras mi espalda la bocina de su auto o siendo arroyado... ¡ngh!
Era mucha presión.

Comencé a tirar de mi cabello y a decir un par de cosas sin sentido, era consciente que estaba a punto de estallar.

-¡Ahhh! ¡¿Qué me está sucediendo?!, ¡Craig!.

Grité apretando mis ojos y dejandome llevar.
Poco tarde en darme cuenta de que la casa de los Tuckers aún estaba cerca.

Mire al rededor para asegurarme de que nadie me había escuchado, por suerte solamente había un puñado de niños jugando un par de casa más adelante y un hombre que bajaba de su auto en la casa de a lado, estaba demasiado ocupado tratando de bajar un montonal de bolsas como para prestarle atención a los ataques de histeria de un desconocido.

*Black star...*

Lleve mi mano directamente a mi pecho, justo en donde las palpitaciones de mi corazón se podían percibir sin esfuerzo.

Una frialdad recorrió mi cuerpo al percatarme de que había utilizado esa palabra nuevamente.
Hace mucho que había dejado de decirla (a mi mismo), incluso deje de pensar en ella, pero hoy, sólo me había nacido decirlo.

Desde que tenía 9 años había comenzado a llamar a Craig de esa manera, en cierta parte sonaba muy estúpido e infantil pero todo siempre tiene un significado.

Aunque su apodo no tenía ninguno en específico.

Simplemente le decía así porque le gustaban las estrellas
Una vez que habíamos salido de campamento por parte de la escuela, se metió a mi casa de campaña durante la noche y me insistió en que lo acompañará, yo me había negado continuamente, al final él se canso de insistirme y sólo se limitó a tirar de mi playera y sacarme casi arrastrandome.

Al rededor de 10 minutos llegamos un lago.
Fue entonces cuando Craig dejo de sujetarme, no dijo nada, sólo saco de su mochila una manta y me ordenó que me sentara, él también lo hizo.

Durante las dos horas que estuvimos, apenas y hablamos, él se veía muy feliz, mantenía los brazos cruzados tras su cuello, yo habia estado muy nervioso, incluso lloriqueando durante los primeros 25 minutos, pero después me tranquilice y comencé a disfrutar del paisaje.

Aún podía sentir el aire fresco rozando mi piel, y las palabras de Craig retumbando en mis oidos.
A pesar de los años, no podía superar aquellas palabras: "Tweek hagamos esto más seguido" .

Mi único reacción fue asentir con la cabeza y terminar hundiendo mi cara entre mis piernas.
Algo me ardía en el pecho.
Aquella estrellas que miramos durante toda la noche aquella vez, formaban parte de aquel apodo tan vergonzoso.

Tiembla por mí (Craig & Tweek).Kde žijí příběhy. Začni objevovat