No eres extraño, simplemente no eres común.

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Craig ♣.

-¿Crees que haya gente?.

Pregunto Tweek que miraba constantemente las calles asegurándose de que ningún, auto, anciana, persona, agente del gobierno o gnomo nos siguiera.
Se veía tan lindo con las mejillas y la nariz rojas por el frío, una ventaja del acostumbrado aire en el pueblo era la bonita forma en la que el cabello de Tweek se agitaba.

-No lo creo, este parque prácticamente fue abandonado después de que abrieran la tienda de juegos.

Y era verdad, solía venir a matar el rato en este lugar cuando me sentía agobiado, por ejemplo cuando mis padres discutían o cuando simplemente todo me incomodaba, una vez había pasado una semana entera en las casa de plástico.
Mis padres se dieron cuenta de mi desaparición después de 4 días, pude sobrevivir con una manta, 25 dólares y una vieja radio.
Lo único malo fue la acumulación de tareas y los cuestionamientos de todos.

-Okay.
¡Aaagh! Craig, quería saber si tú...

Mire a mi rubio, simplemente deseaba llegar ya para poder descargar todas mis ganas de besarlo.

-Ajám.

Tweek mordió su labio, deseaba ser yo quien lo morderá.

-Bueno, ¡ahhh! quería saber si ya tienes ¡ngh! compañero de asiento.

Sonreí al escuchar eso ya que A) Tweek iría al viaje, hace mucho que no lo hacía y B) supongo que eso era una proposición de que yo fuera con él.

Iba a jugar un poco con mi paranoico.
Asentí metiendo mis manos en mis bolsillos tratando de adoptar mi acostumbrada apariencia indiferente.

-Oh, ¡ghaaa! bien, supongo.

Verlo con la cara agachada y hundiendo su boca en su bufanda me hizo sentir una pizca de ternura.

-Sí, quiero pasar todo el rato posible sentado a su lado.
Aprovecharé el largo viaje para pasar un buen rato juntos.

Por la mirada que Tweek adoptó sentí remordimiento, pero vamos, era solo un juego.

Nos adentramos al parque en donde los únicos que habían era unos tres perros echados cerca de los columpios, cuando nos miraron acercándonos se pararon seguramente para huir, me sentí fatal al mirar como sus costillas y sus caderas se remarcaban a través de su piel.

Tweek sacó de su mochila una bolsa de papel, los perros al escuchar el ruido de la bolsa caminaron un poco más rápido en busca de una salida.

-¡Hey! ¡ghaaa! no les haré daño.

Tweek saco de la bolsa un emparedado y medio que les ofreció estirando su mano, yo no pude dejar de sonreír y senrir un alboroto en mi estómago al ver como inocentemente mi cafémaniatoco intentaba alimentar a esos pobres perritos.

-Va-vamos.

Los animales se detuvieron, pero no se acercaron, yo me senté el la resbaladilla que estaba apenas en condiciones mirando Tweek agitar la comida, un perro ignoró al rubio, pero los otros dos se acercaron moviendo su nariz.

-No, no les haré daño.

Mi dulce Tweek, como si ellos le fueran a entender.
Antes había evitado pensar que algo era tierno además de los animales, por ello había hecho aquella página de animales tiernos hace años, pero joder en este mismo momento Tweek era lo más tierno que había visto.

-Dame un poco.

Dije con mi típica voz monótona que ahora sonaba más por el frío.

Tweek me miró pero no directo a los ojos dándome la mitad que tenía en la mano.
Imite sus movimientos de agitación invitando a los perros a acercarse.

Tiembla por mí (Craig & Tweek).Where stories live. Discover now