//Que va el orgullo//

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Craig ♣.

Cuando llegue a casa de Butters esperaba que sus padres no estuvieran aquí, en mi opinión eran unos exagerados, a todo le ponían un pero, seguido de un castigo y no me sorprendiera que lo castigarán hasta por ocupar oxígeno en su casa.

No quería ni imaginarme el escándalo que harían si lograrán escuchar los motivos del por que de mi visita.

Toque el timbre unas dos veces.
Las manos me temblaban, no estaba seguro si era por nervios o ansiedad.
Me era difícil recurrir a alguien, y aún más si se trataba de algo tan personal. Mire a Butters mirar por detrás de la cortinas antes de abrir la puerta.

-Hola Craig.

Dijo en voz baja mirando detrás de mi hombro y de ambos lados de la calle.
Se veía nervioso.
Era de esperarse, nunca andaba rondando por aquí.

-¿Están tus padres?.

El rubio hizo una expresión de horror, al mismo tiempo en que comenzaba a untar lo nudillos.
Deje salir el aire intentando cambiar mi expresión a algo más amigable.
Pero lo único que logre fue hacer una expresión rara.

-Necesito hablar seriamente contigo.

-N-no, pasa.

Acepte la invitación y entre a su casa, vaya que la casa de los Stotch era linda, la luz entraba por todos lados y cada cosa estaba en su lugar, hasta los más pequeños adornos de cristal que la señora Stotch había colección durante los últimos 8 años.
En cambio mi casa era muy diferente a la del rubio, no porque mi madre fuera desordenada sino porque Ruby y yo lo éramos por lo cual hacíamos un desastre todo el día.

-¿Te ofrezco algo de beber?.

Siempre este chico hablaba bajo pero ahora lo estaba haciendo más, ni siquiera me veía a la cara y no dejaba sus nudillos en paz.

-No, mira Buttes realmente no sé si estoy en lo correcto de venir aquí para que me ayudes con todo esto, pero al menos has de saber algo.

Dije sentándome en el sofa mientra acariciaba al cachorro de Butters que dormía entre las almohadas.

Dios, algo jamás me había importado lo suficiente como para tratar averiguarlo, pero sin embargo aquí estaba sentado con el niño "más marica" (como lo llamaban, en realidad era pura mierda lo que hablaban de él, simplemente Butters era amable, sensible y ya) en un sofá con carpetas tejidas a mano.

-No sé a qué te refieres.

Dijo Butters sentándose a mi lado imitando igualmente mis caricias al pequeño san Bernardo.

-Estos últimos días tú y Tweek han estado juntos y bien lo que me gustaría saber son las cosas que él te ha dicho.

Butters negó y dejo el pelaje para frotar freneticamete el movimiento de sus manos.

-No puedo ayudarte con eso, él me lo dice porque con-confía en mi.

Tenía razón y ya me imaginaba que se opondría en decirme algo.
Butters era reservado, tan reservado que me sentía más tranquilo de que él fuera la persona a la que le pediría, ayuda.

-Butters, ¿no crees que si no me importará saber si Tweek tiene novia estaría aquí?.

Él me miró juntando las cejas.

-¿Qué te hace creer que tiene novia?.

Preguntó un poco impresionado, sin embargo sus palabras me iluminaba la mente "¿Qué te hace creer...?".

-Sus padres me lo dijeron.

Conteste entusiasmado por escuchar lo que me tenía que decir, Butter negó rápidamente y comenzó a mover las piernas.

Tiembla por mí (Craig & Tweek).Where stories live. Discover now