11. Parisa.

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Algunos años atrás.

Derrick Hamilton ingresaba a su dojo. Iba caminando con la seguridad que lo caracterizaba, vestido con su judogi, sus manos descansaban sobre su cinturón rojo.

Cuatro áreas de tatamis se extendían y en cada una un grupo de personas practicaba diferentes disciplinas.

Se detenía y hacía un saludo a los alumnos que pausaban sus prácticas para saludarlo.

Al llegar al último tatami, al fondo a la izquierda, detuvo sus pasos.
Una sola chica se encontraba ahí. Daba pequeños saltos sobre sus puntas para después hacer una lagartija, se levantaba y volvía a saltar.

- Parisa - La llamó Hamilton. La chica dejó lo que estaba haciendo y se puso derecha frente a su maestro, haciendo un saludo.
- Sensei. - Con acento británico.
- Estás trabajando muy duro. - El hombre se cruzaba de brazos y veía con orgullo a la delgada chica.
- Hago lo que puedo sensei.
- Lo estás haciendo bien.
- ¿Ya me dejará participar? - Derrick colocó sus manos detrás de su espalda. Parisa no era mala, al contrario, la mayor parte de su vida había practicado judo. Ganó varias competencias. El gusto lo había heredado de su padre, quien a su vez era un antiguo amigo de Hamilton. Pero ella quería ir por más. Ese era el único problema de la chica, era muy ambiciosa y Derrick temía que al ingresarla oficialmente al mundo de las peleas mixtas, ésta fácilmente se envenenara de la codicia que rodeaba ese deporte.

- Tal vez.
- ¿En serio? ¡Gracias Derrick! - detuvo un momento sus saltitos de festejo y se puso seria. - Perdón, gracias por la oportunidad Sensei.
- No lo des todo por hecho Parisa. Antes tienes que cumplir con una tarea. Si lo haces bien, pelearás, si no, bueno, ya habrá otra oportunidad.
- ¿Y de qué se trata? - Derrick miró su reloj.
- Ya debería de estar... - Las puertas del dojo se abrieron y casi sin aliento, una chica de piel bronceada y ojos claros llegaba a donde Hamilton y su aprendiz.
- Yo... ¡Lo siento! Iba metida en la música y no vi que el bus se pasaba y...
- Entiendo Lauren...
- Y toqué el timbre y el chofer me miró mal y lo volví a tocar y...
- Lauren
- Y me gritó y me dejó seis calles arriba y... - Lauren vió como Derrick estaba con los brazos cruzadas y mirada impaciente, al lado de él otra chica que no parecía tan mayor a ella tenía la misma expresión en su rostro. - Lo siento. - Bajando la mirada.
- Bien, ya que estamos todos. - Dirigiéndose a Parisa. - Esta es Lauren. - Señalando a la castaña ojiverde. - Es tu nueva aprendiz. - Ahora miraba a Lauren. - Y ella es tu Sensei, su nombre es Parisa.
- ¿Qué?
- Mucho gusto - Estirando su mano. Parisa seguía mirando a Derrick. - Emmm... - Lauren bajó se mano. - Soy Lauren, espero...
- ¿De qué va esto Derrick?
- ¿Perdón?
- Quiero decir, sen... no. - Frunció el ceño. - Sabes muy bien que he estado trabajando por esta oportunidad mucho tiempo, no puedes sólo venir a decirme que tengo una nueva aprendiz. Sólo... Ahg...
- ¿Recuerdas que una vez vimos la tabla del aprendizaje?
- Sí. - Contestó la inglesa.
- ¿Cuál era el último nivel de aprendizaje, Parisa? - La chica puso ambas manos en su cadera. Ese tema lo vieron en una de las tantas sesiones que organizó Hamilton para que sus alumnos se vieran motivados; desafortunadamente no recordaba mucho acerca de esa plática en específico.
- Umm... - Lauren levantó su mano con miedo.
- ¿Sí Lauren?
- Bueno... Un día el señor Trevor nos habló de esa pirámide. Y... - Acomodándose su peinado de cola de caballo. - el último nivel es enseñar lo aprendido a otros. Sí se logra, entonces se han alcanzado todos los niveles de conocimiento. - Parisa puso los ojos en blanco mientras Derrick sonreía a la joven ojiverde.
- Muy bien Lauren. - Tocó la cabeza de la joven. - Así es. Sí alcanzas ese nivel Parisa, podrás participar en el enfrentamiento que es dentro de un mes.
- ¿Quieres que le enseñe TODO lo que sé a esta niña en un mes? Eso es imposible.
- No todo, además, no será tan difícil, ya tiene conocimientos en tae kwon do.
- Pff... Lo que faltaba, una taekwondoina
- ¡OYE! - Protestaba Lauren.
- Un mes no es suficiente Sensei. - Insistía Parisa. Derrick puso su mano sobre su barbilla.
- Ya sé. Una semana antes de la pelea vamos a enfrentar a Lauren contra uno de mis alumnos.
- Nunca le ganará.
- Sólo quiero que lo derribe. Sí tu aprendiz logra poner la espalda del mío en el tatami, la victoria es tuya, y tendrás tu pelea. - Parisa posó sus ojos en Lauren que estaba al pendiente de ambas opiniones.
- Eso sólo me da tres semanas para prepararla.
- Es mi última oferta. - Parisa no lo pensó demasiado.
- Hecho.
- Perfecto, entonces las dejo. Suerte Lauren.
- Gracias Sensei. - Agradecía la ojiverde. Lentamente giraba a ver a su nueva Sensei. Al encontrarse con su mirada se dio cuenta de que Parisa la inspeccionaba con los brazos cruzados. Lauren se sonrojó por aquello.
- Bien 'chica TKD', tenemos tres semanas para que logres derribar a uno de los alumnos del Sensei Derrick. ¿Sabes someter a alguien?
- No.
- PUES CLARO, ¿CÓMO VAS A SABER SI HACES TKD? - Moviendo las manos.
- No sé que tengas contra eso pero...
- No tengo nada contra... Eso. Pero sólo se la pasan gritando, y esa protección que cargan. Sólo entorpece los movimientos.
- Pues sí, pero también tiene buenos movimientos! Las patadas por ejemplo.
- Sí claro.
- ¡Es verdad!
- Demuéstralo.
- ¿Qué?
- Toma tu posición Lara.
- Es Lauren.

Yo te protejo. [Camren]Where stories live. Discover now